Un tufillo de impunidad se desprende de la renuncia de Eduardo Medina Mora a su cargo como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Aunque fuentes de la presidencia de la República aseguraron a www.sinembargo.com que el cuestionado personaje podría ser indiciado por “actos masivos de corrupción”, ha tomado fuerza la versión de que su renuncia fue parte de una negociación de altísimo nivel para dejar un cargo que eventualmente, podría ser ocupado por un nuevo ministro, afín a la cuarta transformación.
Los ministros de la SCJN son designados por el Senado de la República, de entre una terna enviada por el presidente de la República, previa comparecencia y por una mayoría calificada (dos terceras partes de los senadores).
Medina Mora era, ciertamente, insostenible. No sólo por los señalamientos sobre presuntas transferencias millonarias a sus cuentas bancarias en el extranjero y su presunta participación en el blindaje que sobre el ex presidente Enrique Peña Nieto y otros miembros de su gabinete operó, para protegerlos de las investigaciones sobre el desvío de 250 millones de pesos del erario chihuahuense a campañas electorales del PRI en 2016.
Medina Mora trae arrastrando una larguísima cola de complicidades con la odiada mafia del poder, desde los tiempos de Carlos Salinas de Gortari y los presidentes que le sucedieron, incluyendo a Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto, en cuyos gobiernos ocupó cargos muy relevantes (CISEN, PGR y la embajada en Reino Unido, por ejemplo. Con Peña fue nombrado ministro de la SCJN).
La maledicencia política sostiene que ante la carga de las pruebas en su contra, Medina Mora fue puesto a elegir entre la renuncia o la cárcel y, frente a esa disyuntiva, el polémico personaje optó por la primera opción.
¿A cambio de qué? Sólo se sabrá si en el futuro, el ex ministro es llamado a cuentas para responder por los delitos de los que se le acusa. Si el señor pasa al dorado exilio en el que viven actualmente otros cuestionados personajes de administraciones anteriores, se confirmaría lo que hoy aparece sólo como especulación.
No es un secreto que desde antes de ser presidente, Andrés Manuel López Obrador tiene una opinión muy negativa del máximo tribunal y que el camino de su proyecto de nación pasa por la sustitución de los ministros actuales, que no necesariamente son afines y le están dando algunos dolores de cabeza para sacar adelante sus proyectos estratégicos.
En esa lógica, Eduardo Medina Mora sería el primer escollo que el presidente libra en ese camino. Ya se verá.
II
Debo admitir que para mí fue una sorpresa enterarme de la cantidad de mujeres que se encuentran trabajando en el sector minero del estado. Esta actividad, antaño reservada sólo para hombres, en los últimos años ha tenido que abrirse, ante el empuje y capacidad de las mujeres, que hoy integran el 15 por ciento del personal, y van por más.
Las mujeres mineras no sólo han conquistado espacios laborales en las diferentes áreas de esta actividad, sino que por lo observado ayer, se han dado a sí mismas las formas de organización que les permiten acuerparse en la defensa y promoción de sus derechos laborales y humanos; en la capacitación y la búsqueda de interacciones en el plano nacional e internacional.
Ayer fueron reconocidas por la gobernadora Claudia Pavlovich, a quien correspondieron con el obsequio de una gran fotografía donde aparece junto a muchas de ellas al frente de uno de esos enormes vehículos para transportar hasta 200 toneladas de material pesado, conocidos como Yucles.
Por mi amiga Lourdes McPherson, incansable comunicóloga encargada del área en la empresa Argonaut Gold que opera en la mina de La Colorada, ya sabía que en otros ámbitos de trabajo, se está impulsando la incorporación de mujeres en las diferentes áreas del sector minero, pero desconocía hasta dónde están rompiendo los “techos de cristal”, como llamó la gobernadora a los límites que suelen ponerse a las mujeres.
Ayer quedó claro que siendo el 40 por ciento de la población económicamente activa, tampoco en el sector minero van a dejar de conquistar espacios.
El encuentro se dio en el Foro Mujer y Minería 2019, que se organizó como parte de los eventos para celebrar el 60 aniversario de la Comisión Sonora-Arizona, contando con la presencia de la coordinadora del Comité de Minería de la misma, Melissa Sanderson; la presidenta de Woman in Mining Sonora, Gabriela Grijalva, entre otras mujeres destacadas en el sector.
III
Mientras Adolfo Salazar Razo anunciaba oficialmente su intención de competir para ser electo consejero estatal y luego dirigente estatal de Morena, Guillermo Díaz hacía lo propio a través de su cuenta de Twitter, dando a conocer su renuncia al programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
Extraoficialmente trascendió que en los próximos días el titular de la representación federal del Instituto Nacional de Migración en Sonora, Julio César Navarro renunciaría a su cargo con las mismas intenciones.
Con esto se configuraría una terna de la que saldría el relevo de Jacobo Mendoza el próximo mes de noviembre, cuando los 70 consejeros electos (35 mujeres, 35 hombres, diez por cada distrito electoral federal) en un par de semanas más decidan en asamblea.
Una contienda en la que el rival más débil parece ser Guillermo Díaz, integrante de la corriente cuya figura más visible es la diputada federal Wendy Briseño cuya presencia parece circunscrita a Hermosillo; en segundo lugar aparecería Julio Navarro (si se inscribe); él forma parte del equipo de Javier Lamarque Cano, con mayor presencia en el sur del estado.
A la cabeza aparece Salazar Razo, que viene directamente de la oficina de Alfonso Durazo, aunque él sostenga que en el actual proceso no habrá ni imposición ni dedazo. La lógica indica que, siendo Durazo Montaño el jefe nato de Morena en Sonora y quien operó todo el proceso de selección de candidatos el año pasado, tiene una presencia más extendida a lo largo del estado, por lo que pudiera sumar más votos.
Sin embargo y por aquello de no te entumas, en la rueda de prensa que ofreció ayer por la mañana, Adolfo Salazar hizo un llamado a mantener la contienda en los cauces de la civilidad, sin campañas negras, ataques ni denuestos.
Veremos si es así.
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