El pasado 3 de octubre, Rosa Icela Rodríguez aceptó el cargo de secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana en relevo de Alfonso Durazo Montaño.
No lo ha asumido, pues posiblemente se encuentre todavía recuperándose de coronavirus; mientras tanto quedó como encargado de despacho el subsecretario Ricardo García Berdeja.
Pero hasta el momento, ni uno ni otro han aparecido públicamente para al menos informar sobre sus planes, ya no se diga para delinear estrategias, mantenerlas o rediseñarlas; para presentar un plan de trabajo o emitir un posicionamiento respecto a un tema urgente como es la relación con los gobernadores en materia de seguridad.
Se entiende que las llamadas Mesas para la Construcción de la Paz, en las que participan los tres niveles de gobierno siguen operando, pero a la luz de los últimos acontecimientos parecería que sus encuentros son sólo para tomar café. Sus operativos conjuntos son, en la mayoría de los casos, pedradas al matorral ya que se fue el conejo.
Al menos en Sonora, hay regiones donde el crimen organizado francamente les disputa el territorio a las instituciones: Cajeme, Guaymas, Empalme y señaladamente Caborca son áreas donde la inseguridad ha escalado a niveles dramáticos: la población vive con miedo ante los constantes enfrentamientos de bandas rivales, que ya han cobrado varias vidas inocentes, incluyendo algunos niños.
Apenas ayer en Caborca, un pequeño de tan solo cuatro años de edad fue víctima de las balas.
Ya han pasado dos semanas desde que la periodista en receso aceptó el cargo de secretaria de Seguridad y lo más notable ha sido su ausencia, asunto grave si se considera que bajo su responsabilidad no solo está la Guardia Nacional, sino el Centro Nacional de Inteligencia, el sistema penitenciario y la protección civil del país.
Todos temas prioritarios que reclaman la atención diaria y la coordinación permanente con los estados, de lo que en este lapso no se tienen noticias. Urge, en verdad urge que retomen esas tareas.
Lo que ha trascendido es que, aun sin tomar su cargo, Rosa Icela Rodríguez comienza a armar su equipo de trabajo, pues varios cuadros importantes en la estructura de la Secretaría se vinieron con Alfonso Durazo a Sonora para ayudarle en la campaña. Uno de ellos, que llegó como avanzada desde agosto es Jesús Valencia, quien funge como delegado especial del partido y tiene a cargo las tareas de organización interna.
(Una tarea, hay que decirlo, titánica, toda vez que las pasiones se han desbordado y en todos los municipios las tribus se están dando hasta con la cubeta en la ruta de la asignación de candidaturas a todos los cargos que estarán en juego el año próximo).
II
Y a propósito, ya muy noche llegó a este despacho el trascendido de que Antonio Gallardo, responsable de la delegación Sonora de la secretaría de Gobernación ha causado baja. Por las altas horas, no se pudo corroborar la información, pero este día lo averiguaremos.
La curiosa lectora, el escéptico lector se preguntarán quién es Antonio Gallardo y porqué ya no despacha en esa importante dependencia federal, pero sobre todo, qué hacía al frente de la misma.
Trataremos de despejarle esas dudas. Antonio Gallardo es un activista de Morena que trabajó en el distrito 4 federal durante la campaña; intentó en algún momento competir por la dirigencia estatal de su partido, pero desistió tras la promesa de buscarle un buen trabajo en la estructura del gobierno federal, lo cual consiguió.
La pregunta de qué hacía en la dependencia se responde con un ‘nada’, y quizás esa fue la razón por la cual habría causado baja, aunque hay versiones que apuntan hacia otros motivos al parecer relacionados con malas prácticas contrarias al espíritu de la 4T que a la letra rezan: no mentir, no robar y no traicionar al pueblo.
De confirmarse la especie estaríamos sumado 15 dependencias federales que se encuentran acéfalas a dos años de haber comenzado el nuevo gobierno. De acuerdo con el súper delegado Jorge Taddei Bringas, eran hasta hace poco 14 las dependencias sin titular, algo que, salvo la mejor opinión de los lectores, ni siquiera se nota.
Lo cierto es que si Gallardo ha dejado de cobrar como responsable del despacho, la revolución podría hacerle justicia a su segundo de a bordo, Cervando Flores Castelo que, dado su dinamismo, abnegación y entrega vendría a darle un nuevo impulso a esa dependencia.
Todos los que conocen a Cervando saben que así es, ¿verdad? ¿Verdad?
III
Circuló ayer una encuesta de Analítica Media en la que se miden las preferencias electorales rumbo a la sucesión 2021. En ella aparece Ernesto Gándara como candidato de la alianza PRI-PAN-PRD superando al candidato de la alianza Morena-PT.
“El Borrego” aparece con 45% mientras que Alfonso Durazo aparece con 33%.
Llama la atención porque es el primer ejercicio demoscópico en el que se mide a los aspirantes como cabeza de sus respectivas coaliciones, que por cierto ni siquiera se han concretado.
Morena, desde luego, tiene otros números y éstos indican una relación inversa, en la que Alfonso Durazo supera a “El Borrego” hasta con diez puntos.
Pero en ambos casos, el aspirante de Movimiento Ciudadano, Ricardo Bours aparece en un lejanísimo tercer lugar, sin llegar siquiera al 10% de las preferencias.
Como la demoscópica lectora, el encuestado lector lo saben, este escéptico tundeteclas también cree que las encuestas publicadas no son un indicador confiable, por varias razones, entre ellas el hecho de que quien las paga, gana. Pero también porque los encuestados han aprendido a mentir y hasta las toman a chunga, de manera que como dice el lugar común, la única encuesta que vale es la del día de la elección y una vez que se cuenten los votos.
Lo cierto también es que los servicios de inteligencia de El Zancudo han detectado cierto nerviosismo en el equipo de Alfonso Durazo frente a la posibilidad de una alianza que lleve como candidato común a Ernesto Gándara.
El partido ni siquiera ha comenzado, los jugadores apenas están calentando y a este juego le falta mucho. Seguiremos pendientes.
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