Oración por la lluvia en el Valle del Yaqui.- La misa será el domingo 12 de junio a partir de las 10:00 horas, ante El Cristo del Oviáchic, en el mirador de la presa.- Doña Cristina Orozco de Félix Holguín, fue quien promovió la instalación del Señor de los Milagros hace 23 años, ante la sequía que se abatía sobre la región…
Bernardo Elenes Habas
La región de Cajeme y el Valle del Yaqui, suele sufrir por temporadas, las inclemencias de la Naturaleza.
La memoria de sus viejos habitantes es certera cuando hablan de lluvias que duraron cayendo por más de dos meses, día y noche sin parar, sobre el Valle, como sucedió con las equipatas que iniciaron a finales de noviembre de 1948, escampando hasta enero de 1949, fenómeno conocido como “La Creciente del 48”.
Pero también es recurrente que las grandes extensiones de terrenos antes despoblados, tuvieran la cara requemada por el sol, con escasa vegetación representada por cactus, arbustos y mezquites de los desiertos…
Las primeras familias que se instalaron en el Valle, en lo que sería su comunidad, desmontaron con sus manos estas áreas. Hombres visionarios trazaron los rudimentos de un sistema de riego buscando como fuente el río Yaqui.
Después vendría el reparto agrario de Lázaro Cárdenas del Río en 1937. La construcción de la presa El Oviáchic, inaugurada en 1957… No obstante, la
sequía, era una amenaza que preocupaba y preocupa a las familias todas…
En octubre de 2003, siendo gobernador de Sonora Eduardo Bours Castelo, solicitó ante la federación que el Valle del Yaqui fuese declarado zona de desastre debido a que la sequía se extendía ya por ocho años, con graves daños a la agricultura del sur de la entidad, teniendo, por esos días la presa Álvaro Obregón un almacenamiento del 13 por ciento de su capacidad.
En los años 1990, nuevamente el viento calcinante de la sequía barría amenazante la región. Lo recuerdan bien doña Cristina Orozco, esposa del ex alcalde de Cajeme Jesús Félix Holguín, y un grupo de familiares y amigas que visitaban el paraje de la presa en 1999, contemplando con tristeza el deprimente espectáculo del descenso del nivel del agua y la notoria ausencia de lluvias…
Y ella, mujer de fe, prometió que si se atenuaba la escasez de agua y el vital líquido respondía para el consumo humano y que florecieran las siembras en el Valle, uniría esfuerzos con la ciudadanía para que se modelara un Cristo que sería instalado en el Mirador de la Presa, como tributo del pueblo de Cajeme…
“Le pedí al Señor de los Milagros que si llovía le construiría un Cristo en el Mirador de la Presa… Cuando regresábamos a la ciudad, el cielo comenzó a nublarse y luego llegó la lluvia… Lloramos de emoción, por eso cumplí la promesa”, relata doña Cristina, quien desde ese momento se dio a la tarea incansable de contactar a familias cajemenses, planear el diseño del Cristo y su instalación, que ahí perdura y que es símbolo de esperanza y certidumbre para quienes visitan El Oviáchic, en cuyos retablos se lee: “Que nunca nos falte el agua en esta presa”.
Hoy, cuando asoma nuevamente el fantasma de la escasez de agua, con un nivel aproximado de 16 por ciento en la capacidad del embalse, las mismas voces y voluntades que propiciaron el nacimiento del Cristo del Oviáchic, están invitando a los cajemenses a unir su fe en una Oración por la Lluvia, con una misa prevista para el domingo 12 de junio ante El Señor de los Milagros en el Mirador de la presa, oficiada por Monseñor Felipe Pozos. “Todos estamos invitados a asistir y unirnos en oración por este don que tanto se necesita”, se lee en el texto que me hicieron llegar.
Le saludo, lector.
