Jacinto López, conciencia del Agrarismo en Sonora.-

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Bernardo Elenes

Jacinto López, conciencia del Agrarismo en Sonora.- Hoy se devela un busto en la explanada de la CTM en Hermosillo, central obrera que fundó y fue su primer secretario general.- Estarán presentes en la ceremonia el gobernador Alfonso Durazo, Fernando Salgado, Valentín González, Javier Villarreal.

Bernardo Elenes Habas

Hoy jueves 2 de marzo de 2023, en la explanada del edificio de la CTM estatal, en Hermosillo, tendrá efecto un homenaje al Padre del Agrarismo y del Obrerismo en Sonora, Jacinto López Moreno, líder legendario de mil batallas, quien sufrió los duros golpes de la represión en su tiempo y jamás claudicó.

En el aniversario 117 del natalicio de Jacinto López, será develado un busto, para que su memoria jamás se desvanezca en la niebla de los tiempos y se mantenga el testimonio de sus luchas populares, aunado a su calidad de fundador de la CTM y primer Secretario General en Sonora. Estarán presentes en el solemne acto, el gobernador Alfonso Durazo, Fernando Salgado, secretario general adjunto de la CTM nacional, diputado Valentín González, dirigente de la UGOCM nacional, Javier Villarreal, dirigente de la CTM en la entidad.

En el Valle del Yaqui, las antiguas y nuevas generaciones de campesinos y obreros, mantienen viva su memoria, y en el horizonte de la historia de esta región que abren sus tierras al cultivo, resaltan las figuras de Jacinto López, El Machi López, Ramón Danzós Palomino, Bernabé Arana León, Pascual Ayón, recorriendo el Valle, formando los sindicatos agrícolas y la UGOCM, que serían en 1937 base y fundamentación para que el presidente patriota Lázaro Cárdenas del Río, decretase una revolucionaria expropiación de latifundios propiedad de extranjeros y nacionales privilegiados y que reivindicarían los anhelos y las almas rurales ayunas de justicia social de miles de familias campesinas, que las habían desmontado con sus manos.

He aquí la crónica del reparto agrario del 31 de octubre de 1937:

El 31 de octubre de 1937, había júbilo en el Valle del Yaqui.

La presencia de Tata Lázaro, indicaba que la semilla de la justicia caía en los surcos de la historia.

Gritaban llenos de fervor revolucionario Timoteo Rivas, Ignacio Habas (“Nacho Viejo” mi abuelo), Homobono y Jesús Velázquez, Los Tolano, Los Encinas, como afirma el cronista Rogelio Arenas Castro, en su libro “Cajeme de mis Recuerdos”, que tuve el honor de prologar.

Lo sabían bien el Machi López, Pascual Ayón, Jacinto López, Bernabé Arana León, Ramón Danzós Palomino, quienes, a través de los sindicatos agrícolas, habían atizado la fogata del ejido para lograr el reparto de latifundios en el Valle del Yaqui, convirtiendo sus luchas valientes y sin tregua en realidad, aquel 31 de octubre, cuando se entregó a 2 mil 159 campesinos, 17 mil 417 hectáreas de riego y 36 mil 099 de temporal.

Hace 86 años, pues, los campesinos que habían desmontado con sus manos extensos espacios del Valle, para beneficio de extranjeros y nacionales privilegiados, comprendieron aquel 31 de octubre de 1937, cuando llegó el presidente Lázaro Cárdenas a convertir en realidad el reparto agrario, dando nacimiento al ejido colectivo, que todo era realidad. Que dejaban atrás una noche de sobresaltos y sombras pegajosas.

Esta labor no era casual. Venía desarrollándose desde años atrás, cuando El Machi, Bernabé Arana, Jacinto López, Ramón Danzós Palomino, Pascual Ayón, construían, a la par que los sindicatos obreros en la ciudad, los organismos agrarios en el Valle.

Los habitantes del viejo Cajeme, comentaban cómo veían salir de su casa en la calle Coahuila al sur, a Maximiliano R. López, quien caminaba por la Saperoa (6 de Abril) rumbo al poniente, colgando de su hombro un morral repleto de documentos.

-Allí va Huarache de Oro (así conocía el pueblo al Machi, porque hacía sus recorridos desde la ciudad hacia el Valle, caminando, usando huaraches). Anda organizando los ejidos que, dice, pronto estarán funcionando en  tierras de latifundistas como el Jimmy Ryan.

Sí, se referían a James Ryan, propietario de la Hacienda La Realidad en el Campo 4, donde mi abuelo fue mayordomo, es decir, encargado de los procesos de siembra y su vigilancia.

Y Jacinto, El Machi, al igual que Pascual Ayón, Bernabé y Danzós, tenían cierto que la política agrarista del General Lázaro Cárdenas, pronto sería realidad, debido a la comunicación escrita que mantenían con el Departamento Agrario, informando detalladamente de la conformación del Valle y los propietarios de sus extensiones, tales como W. A. Ryan, J. J. Ryan, S. O. Stoker, Herman Zilman, Herman Rishter, Hans Lawrens, Walter Arenz, Hugo Schwarzbeck, John Seifert, Hogara Singh, Alberto Steinback, Juan Adolfo Schraidt, Pablo Wittie, Fred Woller, entre una larga lista de extranjeros enumerados por Carlos Serrano Tellechea en su Micro Historia del Valle del Yaqui, quienes habían adquirido dichos terrenos a la Compañía Richardson.

Con el Reparto del 37, comenzaba una nueva etapa para los campesinos y sus familias, quienes empezaban a recibir recursos que jamás habían imaginado, porque antes, cuando fueron peones, sus magros salarios se quedaban en las llamadas “comisarías”, especie de tienda de raya que los latifundistas implementaban para surtir de provisiones a sus trabajadores.

Desgraciadamente el gobierno de Tata Lázaro no previó la orientación profunda en las familias para que aprendieran a manejar sus recursos en las llamadas “liquidaciones”, cuando les entregaban las ganancias de las cosechas.

Se relajaron las costumbres de austeridad, y esos dineros ganados desde el esfuerzo en el surco, quedaban en manos de los propietarios de cantinas en la ciudad y los llamados “salones” de la vieja zona de tolerancia, donde brotaba la música de las bandas regionales (la tambora o la perrada), y corría la cerveza y el vino junto con los sueños mágicos de un ejido justo y promisorio.

A los pocos años surgieron los conflictos en la estructura ejidal con la figura de “individuales” y “colectivos”. Incluso ese fuerte divisionismo provocó hechos violentos, de sangre. Pero los trámites que destruyeron el ideal cardenista y de Jacinto, se proyectaron ante el Departamento Agrario, que aceptó los intereses separatistas.

Este 2023 se cumplen, pues, 86 años, de ese proceso histórico de justicia, decretado por Tata Lázaro, quien al entregar la tierra a los campesinos, ponía en sus manos además de las escrituras colectivas, un rifle Mauser, para la defensa de su ejido…

Le saludo, lector.

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