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Entretelones 
Samuel Valenzuela 

Samuel Valenzuela

Dadas las influencias que goza el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño por su cercanía al presidente Andrés Manuel López Obrador y su poderosa posición como presidente del Consejo Nacional de MORENA, creímos que sería pan comido el que se difiriera hasta septiembre el trámite legislativo de la reforma a la Ley Minera.

Es que esa solicitud fue hecha por el mandatario estatal al secretario de Gobernación y corcholata, Adán Augusto López y éste a su vez ordenó lo correspondiente al coordinador de la bancada del partido oficial en San Lázaro, Ignacio Mier, versión divulgada por fuentes oficiales y que este espació dio por buena en el anterior despacho, porque cómo no creerlo dada la relevancia de los efectos que dicha reforma tendrá en la economía de Sonora.

Pues algo pasó en un par de días, porque el viernes pasado por la madrugada fue aprobada con el voto en contra del PRI, PRD y PAN, resultando extraño el que Movimiento Ciudadano se haya sumado al oficialismo, en un trámite por demás atípico, porque horas antes, el presidente de la Comisión de Energía, el morenista Manuel Rodríguez, había anunciado el aplazamiento de la reforma hasta septiembre, a fin de convocar a foros de parlamento abierto y revisarla con los actores involucrados.

Colgados de la brocha.

Sí. Así lo había solicitado el gobernador de Sonora y la fuente informativa autorizada así lo dio a conocer al dar como un hecho el que el titular de la SEGOB y el coordinador de la bancada habían atendido esa propuesta y pues hay que reconocer que nos fuimos con la finta y dimos por hecho algo que en definitiva no lo era.

A lo mejor a don Adán Augusto no le gustó para nada la lapidaria opinión vertida por el gobernador respecto al nombramiento de Miguel Ernesto Pompa Corella como su coordinador de precampaña en Baja California Sur y le pasó factura, ordenando finiquitar ese trámite legislativo en la cámara baja del Congreso de la Unión, sin que siquiera fuera conocida por el pleno la propuesta de reforma.

Se supone que el titular de la SEGOB negoció con la cúpula de la Cámara Minera de México, pero resulta obvio que la consulta no bajó a los estados, particularmente hasta Sonora ni hasta el gobernador, quienes ahora deben fincar alguna esperanza en el Senado de la República para que sea esa instancia la que provea de ese espacio de tiempo para socializar una iniciativa que a ojo de buen cubero generará un altero de amparos, representará un retroceso en la certidumbre jurídica de los actores de ese sector productivo y significará una sensible baja en la generación de empleos y en sus aportaciones al producto Interno Bruto.

Pues una disculpa a nuestros tres o cuatro lectores porque le dimos volantín a una información cuyo origen nunca nos ha generado mayor credibilidad por los antecedentes de quien se atribuye la “información primaria” o los “trascendidos” como dirían los “clásicos”, pero como la especie fue confirmada por vías institucionales de la comunicación oficial, pues la dimos por buena.

Batalloso corte de riata.

Y como se trata de joder por completo a las actividades primarias de este país, a la reforma a la ley de Minería, se agrega al decreto que pretende desaparecer a la Financiera Rural y transferir a una amorfa Financiera del Bienestar, los tradicionales apoyos que por más de 100 años se canalizaron al campo mexicano a través de esquemas crediticios expeditos para el sector productivo.

En fin, nada mayúsculo que lamentar, porque, a fin de cuentas, con MORENA, con el PRI o con el PAN en el gobierno, así se toman las decisiones en este país, sin importar más que sus intereses de coyuntura y tampoco incluso, que en el caso de la minería, uno de los suyos proponga algo distinto y lógico.

Y es más, no vimos nada preocupado o afectado al gobernador por el desprecio de la corcholata en mención en el ceremonial del corte de la riata para inaugurar la pachanga de la Exposición Ganadera, a no ser que reflejo de su molestia hayan sido eso ocho machetazos que tuvo que asestar para poder cumplir el protocolo, con solo cuatro del alcalde Antonio Astiazarán, en tanto que Juan Ochoa, presidente de la Unión Ganadera Regional del Gobierno de Sonora, debe ser descendiente de alguna familia de San Salvador Atenco.

Bueno, todo esto ocurre a la vista de todos, porque a lo mejor lo más importante es lo que no sabemos ni vemos, pero que sí los ve el mismo presidente López Obrador y por eso su rabioso discurso patriotero con motivo de un aniversario más de la defensa del puerto de Veracruz, que dejó a la imaginación la inminencia de una invasión armada a nuestro país por parte del ejército de Estados Unidos, con un llamado a estar alertas y prestos a tomar las armas en defensa de nuestra soberanía.

Norma Lucía Piña Hernández.

Pretender encender ánimos nacionalistas al más burdo estilo patriotero, resulta la más estúpida estratagema para desviar la atención del fiasco en que ha resultado su gobierno en las más importantes áreas que inciden en el bienestar de la gente.

Resulta un insulto a la inteligencia ciudadana el prospectar una inminente invasión armada a nuestro país y lo que es peor, elucubrar sobre un cierre de filas de todos los mexicanos en defensa de la patria, como si atrás de la frontera norte, se concentraran divisiones de la armada gringa y su poderosa flota naval estuviera apostada en las costas del pacífico y del golfo de México.

Lo delicado de esta reacción, es que se deriva de la información dada a conocer hace unos días respecto a la infiltración de agentes de la DEA al grupo criminal de los llamados Chapitos y dar a conocer todo un esquema de distribución de fentanilo desde Sinaloa hacia diversos centros urbanos del territorio continental de los Estados Unidos.

Descompuesto, iracundo, encolerizado se escuchó al presidente mexicano al alardear del ánimo patriota que tenemos los mexicanos cuando se trata de defender la soberanía nacional, cuando la catilinaria presidencial infiere que esa soberanía incluye defender a los grupos del crimen organizado.

México, ruta del fentanilo.

En resumen, el presidente advirtió que no permitirá que ninguna fuerza extranjera persiga a narcotraficantes en territorio nacional, porque asegura que México tiene la capacidad para someterlos, sin importar que, a más de cuatro años en el gobierno, las cosas luzcan peores en dicha materia.

Sabe donde quedó el presidente pacifista que se supone era, resultando chocante el repelente tonito discursivo al llamar a los mexicanos a la defensa de la soberanía, dando por hecho que labores de inteligencia de agencias gringas en contra de la producción del fentanilo son una violación a la misma, criterio distinto al aplicado en el proceso y sentencia contra Genaro García Luna, caso que la fiscalía de la corte gringa construyó mediante esas técnicas de inteligencia, infiltración y espionaje en México.

Como una mala broma, anacrónico, sin sentido ni fundamento el discurso bananero de López Obrador, quien, en pocas palabras, llamó a los mexicanos a estar alertas y en dado caso, tomar las armas para defender un extraño concepto de soberanía, ante la pretensión de autoridades extranjeras de investigar a carteles mexicanos, desconociendo de plano que México ha firmado tratados internacionales sobre cooperación y colaboración con países socios, aliados y organismos internacionales, en la lucha contra el tráfico de drogas, de armas, lavado de dinero, tráfico de personas y delincuencia organizada.

Fue tan burda, rústica y sin sentido la convocatoria, que hasta causó la hilaridad popular y un altero así de memes que inundaron las redes sociales, con opiniones lapidarias respecto a su estado mental, quedando pendiente la respuesta institucional del gobierno de Estados Unidos frente a esa ofensiva nada diplomática de su vecino país y principal socio comercial.

¡El avión, el avión!

Lo cierto es que tratándose de soberanía territorial, las agencias antidrogas de Estados Unidos disponen de tecnologías de espionaje, de seguimiento y ubicación de objetivos vía satelital, así como drones que sin poner un pie en territorio mexicano pueden destruir blancos con limpieza quirúrgica, caso que hasta ahora no se ha dado ni se dará a pesar de la provocadora actitud de un presidente que dio un discurso como si se hubiera anclado en la tercera transformación.

Ese “heroico” nacionalismo, debió sustentar cuando sin meter las manos se puso de pinicuchi y fue sometido por Donald Trump, a quien le entregó la soberanía de México en materia migratoria, con el agregado de haberse convertido en el ariete de la ultraderecha del más rancio abolengo, y de lamerle las verijas al simiesco personaje, pasar a radicalizar su talante contra su sucesor Joe Biden, porque se atreve a perseguir a narcos mexicanos.

Ese beligerante mensaje que advierte de riesgos que nadie ve, es parte de una conducta callejonera, de barra de cantina de mala muerte, de un presidente fuera de sus cabales que lo llevó a romper de facto la relación entre el Poder Ejecutivo Federal con el Poder Judicial, dislate histórico que amenaza la vigencia misma de la constitución general de la república, con insultos rayanos en la vulgaridad contra la presidenta Norma Lucía Piña Hernández, a los que se suman gobernadores y gobenadoras que olvidaron también que juraron respetar la constitución.

Anda histérico el presidente y no se conforma con nada; está cerrado en su dogmática obsesión respecto a que por encima de nuestra carta magna, las cosas deben hacerse como a él le de la gana, sin importar tampoco que su rampante militarización no ha dado los resultados esperados y sin querer aceptar que la Guardia Nacional debe estar bajo mandos civiles.

Increíble su capacidad para mentir o para hacerse pasar por ignorante al vociferar sobre presunta reversa de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando simplemente se trata de un proceso ordenado y paulatino en la aplicación de la norma constitucional que pone en manos civiles la estructura de ese organismo nacido para apoyar en tareas de seguridad pública.

Contrastan esos arranques en contra del Poder Judicial y esos presagios de inminente invasión a territorio nacional, con su entusiasmo al dar a conocer que por fin, el avión presidencial pudo venderse a precio de remate, ya que luego de una avalúo de hace un par de meses por 115 millones de dólares, su venta se pactó en 92 millones de dólares, luego de haberse gastado cerca de 300 millones de dólares sumados los costos de la adquisición, modificaciones personalizadas y mantenimiento.

Emomali y Andrés.

Miren, hasta el mismo López Obrador reconoció que ese aparato no es tan lujoso, porque en efecto, el avión presidencial no se encuentra ni entre las 15 aeronaves de mandatarios de diversas naciones del mundo y es más, se nos figura que es más lujoso el Palacio Nacional donde vive ese santo varón ejemplo de austeridad republicana y pobreza franciscana.

En fin, luego de una rifa fraudulenta y cuatro años y medio embodegado, el avión presidencial fue vendido al gobierno de Tayikistán, pequeño país de Asia central, que tiene una extensión territorial menor a la del Estado de Sonora, considerado como uno de los más pobres del mundo, que con poco más de nueve millones de habitantes, un gran porcentaje de varones trabajan en Rusia y cuyas remesas representan el 35 por ciento del PIB; 15 por ciento aporta el turismo y servicios y el restante 50 por ciento el narcotráfico por su estratégica ubicación geográfica.

Desde 1994 Emomali Rahmon es el presidente de ese país, resultando un misterio como es que se concretó la venta de ese avión con un país donde son inexistentes las relaciones diplomáticas, ya que México no tiene ni siquiera representación consular y tampoco ellos en nuestro país, destacando además que ese montañoso Estado asiático, solo cuenta con dos aeropuertos con pistas pavimentadas de una longitud de tres mil metros.

Que no pase de eso.

Y como es domingo, por lo regular procuro terminar temprano los Entretelones y así abrir espacios de ocio también para nuestro apoyo logístico, y por eso ya en el tirado de barra nos vamos enterando que el presidente López Obrador sufrió nuevo percance de salud durante su gira por Mérida.

Ojalá y Dios quiera que no sea de cuidado, pero inquietan las versiones contradictorias donde por un lado se habla de un desvanecimiento mientras comía antojitos yucatecos y de la suspensión de la agenda del día, por otro lado, el vocero Jesús Ramírez Cuevas desmentía la especie asegurando que todo bien y que la gira continuaba.

Lo inquietante es esa operación limpieza en redes de donde de pronto desaparecieron posteos que aluden ese soponcio y luego la versión oficial desmiente al desmentido de Ramírez Cuevas y confirma la suspensión de la gira, con un tuitazo del mismo presidente o de su community manager donde informa que por tercera ocasión ha sido infectado por el Covid-19 y que por esa razón acompañará a su hijo menor, Jesús Ernesto, en su cumpleaños 16 y que como estará aislado será el titular de la SEGOB quien se haga cargo de las mañaneras mientras duran sus dolencias.

Sea covid o un mal cardiaco, ese nuevo achaque es preocupante; de hecho su sistema inmune y su corazón no deben estar en la mejor forma luego de varios días de crispación, de reacciones coléricas, de casi estar en permanente estado furibundo en sus interacción pública y sin la templanza que obliga a un jefe de estado, no quedándonos más que rogar al altísimo porque las cosas no pasen a mayores.

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