La lumbalgia como enfermedad ocupacional.

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Sin duda la mayoría hemos cursado en ocasiones con algún dolor de espalda, después de realizar ejercicio o algún trabajo pesado sintiendo un dolor que nos hace extender la columna para sentir un poco de alivio, o bien en situaciones más graves como algún esguince o lesión por el movimiento de alguna vertebra. Una de las enfermedades ocupacionales más frecuentes en nuestro medio.

La lumbalgia se considera una de las principales causas de consulta en los servicios de emergencias. Según la OMS, esta dolencia es una de las enfermedades más frecuentes y prevalentes en el mundo. En estudios estadísticos realizados en los últimos años, se ha determinado que este síntoma es más común en el sexo femenino, que se ve más asociado con el aumento de la edad y que es el principal síntoma generador de discapacidad. En los centros de salud se vive la constante consulta o subsecuentes de esta patología, generando incapacidades recurrentes de los pacientes que lo sufren, siendo población en edad laboral y reflejando un alto impacto en los costos para la salud pública. Por ende, se considera de suma importancia el adecuado abordaje de esta patología y el control óptimo, para así disminuir las consecuencias que esta le genera a la población afectada y a los sistemas de salud. Las causas de la lumbalgia son variables debido a las distintas estructuras que coexisten en la región lumbar, sin embargo, se pueden clasificar de acuerdo con las características del dolor en: lumbalgia mecánica, que incluye todos aquellos dolores debido a la afectación de músculos o ligamentos. Este dolor se caracteriza por empeorar con movimientos o esfuerzo físico y mejorar con el reposo. También en lumbalgia no mecánica, que incluye todas aquellas lumbalgias inespecíficas, con una subclasificación de lumbalgia de origen inflamatorio, la cual se caracteriza por presentar dolor que empeora con el reposo y mejora con la actividad física al contrario de una lumbalgia mecánica; además, asocia predominio de presentación o exacerbación nocturna y rigidez matutina. Y lumbalgia por dolor referido o enfermedad visceral, la cual se origina por presentar afectación de órganos en la región pélvica o renal brindando un dolor que se puede trasladar a la zona lumbar sin que su afectación principal sea esta zona. Se debe tomar en cuenta que existen patologías que se presentan como lumbalgia aguda y pueden generar un riesgo en la vida del paciente. Algunos ejemplos son síndrome de cauda equina, disección aortica, ruptura de aorta abdominal, osteomielitis o absceso epidural. Estas se logran identificar por la presentación clínica y los factores de riesgo que se establecerán en el interrogatorio de la historia clínica, realizada por su médico. Además, una de las lumbalgias que se presentará con más frecuencia en los servicios de salud es la lumbalgia con presencia de síntomas neurológicos, como la lumbociática, que se caracteriza por presentar un dolor quemante o eléctrico que irradia a miembros inferiores hasta la rodilla o el pie. Este dolor puede causar claudicación, la cual es el dolor al estar de pie o caminar y mejora al caminar. Los factores de riesgo se establecerán a través de la historia clínica, donde se evidencian los antecedentes del paciente, y así mismo el padecimiento actual, logrando recolectar la información para identificar lo que en la literatura (y en las redes) se denominan banderas rojas.

En estudios de cohorte reciente se ha establecido que existen nuevos factores asociados a desarrollar lumbalgia que no necesariamente involucran el esfuerzo físico o daño estructural e inflamatorio, sino que influye un modelo biopsicosocial donde se incluyen creencias y expectativas negativas del dolor, repuestas emocionales, conductas de dolor, percepciones

sobre la relación del dolor, la salud y el trabajo. Se evidenció que gran parte de los pacientes valorados no recordaban un exacerbante físico o biológico de su lumbalgia. Es de suma importancia conocer las banderas rojas establecidas para lumbalgia, ya que estas evidencian que se podría generar algún riesgo para el paciente y la evolución de esta patología. Dentro de las principales banderas rojas se establecen: dolor de predominio nocturno, edades extremas, compromiso del estado general o baja de peso, fiebre, resistencia a analgésicos, compromiso neurológico (relajación de esfínteres o deterioro neurológico progresivo), uso de drogas intravenosas, uso de esteroides o estados de inmunosupresión, historia de trauma; historia de infecciones crónicas en especial infecciones pulmonares, urinarias y piel; historia de antecedente de cáncer. Reconocer estos factores indicará las posibles etiologías de la lumbalgia y el manejo de esta, ya que establecerá la oportunidad de justificar los posibles estudios a requerir. Sin duda un problema de salud pública.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora

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