Un gasto Catastrófico.

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La falta de cobertura de los servicios de salud, particularmente en el grupo de trabajadores informales y en los más pobres, en combinación con el alto nivel de financiamiento del sistema a través de gastos de bolsillo de los hogares, dio pie a una reforma del sistema de salud que entraría en marcha en enero de 2004. Con esto se buscaría evitar el gasto de bolsillo, para la atención de pacientes con enfermedades que no se pueden costear tan fácilmente como el cáncer.

El objetivo de la reforma en mención, fue proveer de protección financiera a aquellos grupos poblacionales, los no asalariados, autoempleados y la población más pobre, que hasta antes de la reforma carecían de cualquier tipo de cobertura en salud que los protegiera financieramente de los riesgos de sufrir de gastos catastróficos y empobrecedores debido a su búsqueda de atención. Por otro lado, se diseñó una estrategia de apuntalamiento de la oferta de servicios para poder satisfacer la demanda esperada, y una cruzada por la mejora en la calidad de los servicios de salud otorgados. El Seguro Popular, un seguro de salud público, buscó dar prioridad a los hogares de más bajos ingresos, principalmente en áreas rurales, y que en su gran mayoría son conducidos por mujeres y se diseñó un esquema de financiamiento en la Ley General de Salud llamado: “enfermedades por gastos catastróficos”. Cuando en 2004 entró en operación el Seguro Popular, se introdujo la figura de las enfermedades que provocaban gastos catastróficos. En aquel momento, la finalidad era terminar con un problema que afectaba a las familias que, a causa de padecimientos como el cáncer, cuidados intensivos neonatales y los infartos al corazón, entre otros, perdían todo su patrimonio para poder pagar los tratamientos. Se suponía que de manera progresiva la lista de padecimientos aumentaría, a fin de terminar con las barreras financieras que impedían el acceso a la atención médica y lograr la universalización de la salud. Ese esquema de afiliación, sustituido en enero de 2020 por el Instituto de salud para el Bienestar (Insabi) y éste a su vez por IMSS Bienestar (2023), se financiaba con recursos aportados por las entidades federativas con la supuesta intención de que, eventualmente, la cobertura sería total. Un esquema con visión, estructurado para que garantizara la atención con posibilidades de crecer y tratar otras como Lupus, Esclerosis múltiple, incluso pacientes con Insuficiencia Renal. No se pudo llevar a cabo. Después de 19 años de vigencia, se eliminó de la Ley General de Salud el concepto de enfermedades de gastos catastróficos y, por lo tanto, la lista que aseguraba la cobertura de tratamientos de algunos de estos males para personas sin seguridad social. Cuando se creó, el Consejo de Salubridad General, aprobó 66 intervenciones, aunque varias estaban acotadas a la edad de los pacientes. Quienes presentaban un infarto al miocardio recibían la atención médica gratuita si tenían menos de 60 años, los enfermos de hemofilia estaban cubiertos hasta los 10 años, mientras el tratamiento curativo de hepatitis C estaba autorizado para personas de entre 20 y 50 años.

En Enero del 2020 al surgir INSABI, el “Fondo de Protección para Gastos Catastróficos” cambia de nombre a “Fondo de Salud para el Bienestar” (Fonsabi). Para el 2021, un año después de su creación, tuvo una reducción del ¡44%! pasando de 113,000 millones de pesos en el 2019 a 64,000 millones en el segundo trimestre del 2021. Pero los pacientes oncológicos, no estaban recibiendo su tratamiento en totalidad. Ahora, con la reforma a la ley que entró en vigor el 30 de mayo de 2023, se eliminó la categorización de gasto catastrófico, por lo que el Consejo de Salubridad General, dejó de tener la facultad de definir cuáles tratamientos se pagan o no. Lo mismo ocurre con las enfermedades raras. A partir de

2017, el Consejo, decidía sobre si estos males se consideraban como gasto catastrófico. Se reconocieron 23, pero existen más de 5 mil y, al no ser considerados, tampoco se promovía la investigación, la posibilidad del diagnóstico clínico y menos aún, el acceso a las medicinas. Se fue Seguro Popular, Deshicieron Normas Oficiales que garantizaban la atención legal de ciertos padecimientos, ahora desaparece el Fondo y la categorización considerado como Gastos Catastróficos y con ello, garantizar la atención a todas estas enfermedades que atentan muchas veces con el bolsillo de la población más vulnerable. ¿Qué hacer? ¿Comprar seguros de atención médica privada? Probablemente la mejor opción para algunos, pero ¿y para otros?

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora

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