De muchas cosas se puede acusar a Heriberto Aguilar, el dirigente estatal de Morena: que se le ‘cuatrapean’ las cifras sobre todo tratándose de hectáreas, que no sabe hacer hilos de tuiter, que no tiene un árbol, sino una enredadera genealógica en las estructuras del poder, en fin, de muchas cosas, menos de que no vino a ponerle sazón a una contienda que se antojaba ciertamente aburrida.
Bastó que el guaymense se plantara al centro del cuadrilátero y se golpeara el pecho con ambos puños invocando a los dioses del pancracio, para que desde la tercera cuerda se le lanzara un veterano gladiador que había estado alejado de los encordados, y con un tope volador declaró formalmente inaugurada la temporada de lucha todos contra todos, máscara contra cabellera en el callejón de los madrazos.
Lo de ayer ya lo hubieran querido Jis y Trino para un episodio de El Santos contra la Tetona Mendoza, en el que se agarraran el Peyote Asesino con el Diablo Zepeda y la Kikis Corcuera con la Rata Maruca y así…
Resulta que a Heriberto “Tres Máscaras” (es diputado, dirigente estatal y coordinador de los comités de defensa de la 4T) se le ocurrió decir que a Morena eran bienvenidos priistas y panistas comprometidos con el proyecto de AMLO, pero se reservaban el derecho de admisión para personajes como el exgobernador Beltrones, mejor conocido como “La Manlio Negra”, enigmático personaje que suele presentarse como técnico puede ser más rudo que “El Perro Aguayo” en sus días de gloria.
Pues Manlio, que suele decir que él no escoge a sus enemigos, esta vez cayó en la provocación del “Tres Máscaras”, luchador que se supondría más cerca de la interbarrial que de la WWE y le respondió que ni de loco entraba a Morena porque ahí estaba lleno de improvisados y mediocres.
Heriberto aguantó la hurracarrana y en cuanto pudo zafarse soltó una patada voladora al “Yaqui Güero”, Rogelio Díaz Brown que apenas se iba subiendo al ring en relevo australiano y le recordó que a su paso por la alcaldía de Cajeme había dejado aquel municipio hundido en la inseguridad y corrupción; pero el luchador cajemense esquivó el lance y le respondió que además de improvisado y mediocre, el “Tres Máscaras” es ridículo.
Pero el luchador guinda no vio venir al tercer relevo tricolor, “La Cometa” Sylvana que le aplicó un tirabuzón y una combinación de tirante con medio cangrejo diciéndole que le debería dar vergüenza andar de palero ante la falta de medicamentos, la alta inseguridad y las tarifas ruinosas de la CFE en Sonora.
Pero “El Tres Máscaras”, aun en desventaja numérica le aventó una desnucadora clásica diciéndole que solo pisa el estado cuando necesita votos y después ya no vuelve.
Fue hasta entonces que subió al encordado el versátil peleador “Orange Duck”, al que en los vestidores había ninguneado el “Yaqui Blanco” diciendo que el amparo que anda promoviendo contra la CFE es “patito”, y poniéndose inopinadamente del lado de “Tres Máscaras” “Orange Duck” la emprendió contra el cajemense y le dijo que el que debería tramitar un amparo, aunque fuera ‘patito’ es él, por las broncas que dejó a su paso por el Congreso local.
Y el cajemense le contestó con una doble Nelson diciéndole que nel, que si de transas hablaban, que pagara las deudas que dejó “Orange Duck” a su fracasado paso por la dirigencia del PRI, y que de paso les devolviera la diputación que les robó a los priistas.
A esas alturas ya la arena estaba de bote en bote y la gente loca de la emoción, así que no faltó quién se metiera al encordado y hasta Karla “Manos de piedra” Estrella le entró al zafarrancho y agarró a “Tres Máscaras” aplicándole el Martinete, una llave prohibida que por cierto fue la que a la postre llevó a la muerte al “Perro Aguayo”.
“Lo malo (o lo bueno) de criticar a un político sonorense por acordarse de su tierra cuando necesita votos, es que le tiras a Sylvana y le pegas a Durazo”, le restregó al guaymense esta luchadora amateur, pero que vuela como mariposa y pica como abeja.
N’ombre. Aquello era un maremágnum, una rebambaramba, una cosa espantosa de patadas voladoras, piquetes de ojos, sillazos, desgreñadas y moquetes, nomás para ir calentando el terreno preelectoral que, no me dejará usted mentir, hasta antes de esto estaba bastante flojito.
II
Donde hubo un repliegue táctico y una declaratoria unilateral de cese a las hostilidades fue por rumbos del Congreso del Estado, donde las diputadas Natalia Rivera y Rosa Elena Trujillo anunciaron que se desistieron del litigio que mantenían para reponer el procedimiento mediante el cual se eligió a la presidenta del Instituto de Transparencia, Ana Patricia Briceño.
El argumento: que sobre la diputada Beatriz Cota Ponce, presidenta de la Comisión de Transparencia se dejó caer una pesada carga de denuestos y campañas sucias, así como toda la responsabilidad en la serie de irregularidades ordenadas por terceros para sacar adelante ese proceso y ahora se pretende fincarle responsabilidades administrativas.
En un acto de sororidad, las legisladoras se desistieron de la demanda, argumentando que no serán parte de una estrategia para limitar la participación de las mujeres en las instituciones, ni para contribuir a su denigración. Punto y final.
Lo anterior lo dieron a conocer en rueda de prensa donde la bancada de MC anunció la realización del Picnic Naranja en su novena edición, un evento que fue ideado y organizado por Charly León García en 2016 en Hermosillo, pero ya se replica en varios estados del país como una forma alternativa de plantear la política.
El evento se llevará a cabo el domingo 15 de octubre en el Parque Madero y se contará con varios grupos invitados: Apson, Woosh, Honey Pot, G12, Capiruchos y López Pérez. Habrá también cámara 360, exhibiciones circenses, torneos de ajedrez y catán; peleas de box y freestyle, DJ, grupos de baile, exposiciones de fotografía y grafitti. Se pondrá bueno.
III
Y en medio de la rebambaramba también hay espacio para el reconocimiento a uno de los funcionarios que discreta pero eficientemente ha venido retomando el rumbo en el área de la gestión de conflictos laborales.
Ayer el gobernador Alfonso Durazo encabezó la conmemoración del primer aniversario de la implementación de la Reforma Laboral, un tema en el que ha sido pieza clave el secretario del Trabajo, Francisco Vázquez Valencia, pues en este tiempo Sonora se ha colocado en el primer lugar nacional en materia de resolución de conflictos laborales. Como dato, el 92.4% de los que llegan al Centro de Conciliación son resueltos por la vía del diálogo y el acuerdo.
Se ha reducido además el tiempo en que esto sucede, llegando a ser de 45 días a través de la conciliación, pero en caso de no llegar a acuerdos pasa al Poder Judicial, donde se dirimen en un lapso de tres a seis meses, cuando en el pasado había casos que demoraban hasta 10 años.
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