Investigadores de la Universidad de Oxford identifican un elemento clave de la enfermedad
Un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, ha identificado un mecanismo bioquímico clave para el desarrollo de la enfermedad de Huntington o corea de Huntington.
Esta condición se caracteriza por un deterioro de las neuronas que puede manifestarse con temblores o movimientos incontrolados, puede avanzar y causar dificultades para caminar, hablar o tragar. Los síntomas pueden presentarse en cualquier momento, pero es habitual que lo hagan en la década de los 30 o los 40 años. Algunos de ellos sufren deterioro cognitivo. Existen medicamentos para controlar los síntomas, pero la enfermedad no tiene cura. Es una enfermedad hereditaria.
En un nuevo estudio, publicado en la revista científica Nature Metabolism, estos investigadores han mostrado por primera vez el cambio bioquímico responsable del desarrollo de la enfermedad… y cómo bloquear ese proceso para detener el avance de la enfermedad.
El nuevo análisis parte de un cambio en el cerebro de los pacientes con esta enfermedad, descrito por primera vez en la década de los 80 del siglo pasado, y la probabilidad de que esté detrás de su activación.
Se han identificado problemas en neuronas específicas del cerebro, llamadas neuronas iSPN, las primeras afectadas por la enfermedad. Esto desencadena un desequilibrio en los niveles de dopamina, al perder una señalización importante, derivada de la activación del receptor de neurotrofina TrkB. Ese desequilibrio está relacionado con los primeros síntomas, como los movimientos involuntarios.
Antes de los síntomas
Los científicos empezaron observando ratones de laboratorio a los cuales les faltaba la función normal de esas neuronas debido a las alteraciones de TrkB, y vieron que tenían niveles de dopamina excesivamente altos, lo cual provocaba hiperactividad. Este cambio se producía antes de que hubiera síntomas visibles de la enfermedad.
También vieron que una proteína llamada GST02 desempeña una función importante en la regulación de los niveles de dopamina. Reduciendo de forma selectiva la actividad de esta proteína, pudieron prevenir alteraciones en la dopamina y evitar la presentación de síntomas en las cobayas.
La investigadora principal, Liliana Minichiello, profesora de neurociencia celular y molecular en el departamento de farmacología de la Universidad de Oxford, ha declarado: «El gran problema con la enfermedad de Huntington es que para cuando se desarrollan los síntomas, gran parte del daño ya está hecho y por eso es fundamental que entendamos los cambios que se producen antes de que se desarrolla la enfermedad si queremos descubrir terapias eficaces».
Esta investigación es la primera que ha permitido identificar un cambio químico específico, único en el desarrollo de la enfermedad de Huntington, lo cual ofrece la posibilidad de desarrollar nuevas pruebas de diagnóstico para conocer los cambios iniciales que lleva asociados, antes de que se produzcan daños irreparables.
«Comprender estos cambios iniciales proporciona conocimiento fundamental sobre cómo avanza la enfermedad, y este conocimiento podrá ayudarnos a desarrollar terapias preventivas que mantengan el equilibrio de los niveles de dopamina y retrasen la progresión de la enfermedad», ha añadido.
Yaseen Malik, primer autor del artículo publicado en Nature Metabolism, añade: «A pesar de nuestra razonable comprensión de su patofisiología (los procesos físicos que explican la enfermedad) la enfermedad de Huntington sigue sin tener cura, lo cual pone de relieve la importancia de conseguir intervenciones diagnósticas y terapéuticas anteriores a la presentación de los síntomas, y este estudio es un paso en esa dirección».