
Los paneles solares son una excelente inversión para reducir costos de electricidad y apostar por la energía limpia. Sin embargo, muchas veces olvidamos un aspecto fundamental para que funcionen a su máxima capacidad: la limpieza periódica.
De acuerdo con expertos en energía solar, se recomienda limpiar los paneles solares al menos dos veces al año. Esta frecuencia puede variar dependiendo del entorno en el que se encuentren. Por ejemplo, si el inmueble está en una zona con mucho polvo, cerca de campos agrícolas, industrias o donde haya caída frecuente de hojas o excremento de aves, podría ser necesario limpiarlos cada tres o cuatro meses.
¿Por qué es tan importante? La acumulación de polvo, suciedad o residuos puede reducir hasta un 20% la eficiencia de los paneles, impidiendo que capten toda la luz solar posible. Incluso si llueve, esto no garantiza que se limpien por completo, ya que las lluvias ligeras pueden dejar residuos o manchas.
La limpieza debe realizarse con cuidado para no dañar los paneles. Lo ideal es usar agua y una esponja suave o un cepillo de cerdas blandas, evitando productos abrasivos o de alta presión que puedan deteriorar las superficies.
En resumen, para asegurar que tu sistema solar opere al máximo rendimiento y se prolongue su vida útil, una limpieza regular es esencial. Evalúa el ambiente donde están instalados y ajusta la frecuencia de mantenimiento. Una pequeña acción que puede marcar una gran diferencia en tu ahorro de energía.
