Montajes

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Hace aproximadamente un mes, cuando algunos comenzaban a ‘picar piedra’ en Morena buscando una candidatura, tuvimos en la cabina de la Red 93.3 a José ‘Pepe’ López, quien aspiraba a ser considerado para competir en el distrito 4, territorialmente el más grande del estado.

Le pregunté entonces si creía haber recorrido suficientemente su distrito como para ganar la encuesta mediante la cual se elegiría al candidato y su respuesta fue lapidaria: “la encuesta es puro pedo, el partido no tiene ni la capacidad ni la voluntad de hacer esas encuestas; la decisión se toma en la cúpula”.

Todos sabían desde entonces, especialmente en el partido, que así se definirían las candidaturas: en la negociación de las tribus que se asumen con mayor peso, cuando no francamente con el dedazo y el no muy democrático sistema de las cuotas y los cuates.

Todos, sin embargo estaban también a la expectativa porque albergaban la esperanza de que su experiencia, antigüedad, trabajo, entrega o cualquier otra virtud podrían ser consideradas a la hora de elegir, y la decisión final los favoreciera.

No fue así en la mayoría de los casos, y no podría serlo. Para los 100 cargos en disputa hubo más de mil aspirantes registrados y simplemente no había manera de dejar contentos a todos, ni siquiera con las suplencias o promesas de chamba una vez que el voto popular los llevara a repetir la hazaña de 2018 cuando el partido dio un vuelco espectacular en la correlación de fuerzas en el estado.

Lo que está ocurriendo en estos momentos: la decepción, el desencanto, el coraje; las renuncias y las veladas amenazas de no sumarse a las campañas morenistas para no hacerle el trabajo a quienes consideran llegaron a las candidaturas a través de los métodos más ortodoxos del priismo, era previsible. En este espacio lo advertimos desde entonces.

A estas alturas puede asegurarse que en Sonora no hay montaje más grande que el de la democracia interna en Morena.

La candidateada lectora, el sentado lector dirán, y dirán bien, que en el PRI y el PAN usan los mismos métodos y no son consignados en la prensa de la misma manera. 

Créanlo, lo hicimos en su momento, incluso antes de que muchos priistas y panistas encontraran en Morena el refugio para sus expectativas electorales, cuando sus partidos les cerraron las puertas.

El punto es que Morena se vendió -se sigue vendiendo- como una opción distinta, democrática, tolerante, incluyente, horizontal, participativa, moderna. Pero en estos días, y no lo digo yo, lo dice su propia militancia, señaladamente aquellos que se quedaron en la orilla de las candidaturas, todo eso es, como lacónicamente lo expresó Pepe López, puro pedo.

Un gran montaje, para decirlo de manera menos escatológica.

La definición de candidaturas bajo el sistema de cuotas y cuates ya está teniendo consecuencias. 

En Nogales, unos 300 morenistas renunciaron y se sumaron a la campaña de Ernesto Gándara. Varios de ellos son funcionarios públicos de la administración municipal y se intuye que a su lado está el alcalde Jesús Pujol, que albergaba esperanzas reeleccionistas. 

En Álamos, uno de los precandidatos difundió un video en el que desprende de su camioneta las calcas de Alfonso Durazo mientras despotrica contra el candidato a gobernador.

En Navojoa, reportan a la alcaldesa Rosario Quintero enojadísima, ‘pateando botes’ en la oficina más refrigerada de palacio municipal.

En Guaymas no se sabe qué vaya a pasar con Sara Valle y hay versiones en el sentido de que pudiera sumar lo que tenga de fuerzas aún, a la candidatura de la alianza Va por Sonora.

En Etchojoa hay una sublevación que puede escalar, contra la reelección de Judas Tadeo Mendívil.

Y así en varias partes del estado. 

En Cajeme se impuso la negociación y si bien el alcalde Sergio Pablo Mariscal declinó en sus intenciones reeleccionistas dejando el camino libre a Javier Lamarque (que no es precisamente un imán para los consensos), mantiene un liderazgo importante en el sur del estado, como cabeza de una organización de alcaldes de aquella región.

Por cierto, la elección de Lamarque no parece la más acertada, pero en descargo, Morena tomó una excelente decisión al colocar a Margarita Vélez de la Rocha en el primer lugar de la lista de plurinominales al Congreso local. 

Margarita es una mujer preparada, forjada en las luchas de la izquierda desde sus tiempos preparatorianos y su compromiso con el proyecto de nación de Andrés Manuel López Obrador está fuera de toda duda. Sería una excelente coordinadora parlamentaria.

En Hermosillo y San Luis Río Colorado, donde la alcaldesa Célida López y el alcalde Santos González Yescas van por la reelección, todo parece indicar que los acuerdos se plancharon bien y la decisión no encendió focos rojos.

Pero no pasó lo mismo en algunos casos relacionados con las candidaturas a las diputaciones locales. 

Me quedo con lo expresado por la regidora María Engracia Carrazco en su muro de Facebook, porque creo que resume el sentir de muchos morenistas desplazados. A Mary Carrazco la conozco desde la Universidad, donde siempre ha estado en la primera línea de combate en las luchas estudiantiles y sindicales. Fue fundadora de Morena y su militancia de izquierda nunca ha sido titubeantes.

Pero le jugaron chuequísimo. No lo diré yo, les dejaré parte de su propio texto:

Decidí participar en esta contienda electoral desde el derecho que me confiere la propia Constitución y las leyes y reglamentos donde se protegen los derechos político-electorales de las mujeres.

Ante este anhelo, resulta que se han realizado una serie de ejercicios de violencia política en contra de mi persona en razón de género y se me ha limitado, obstruido, menoscabado y negado mi derecho a ser electa candidata aun cuando cumplí con la convocatoria y el estatuto de mi partido, donde por supuesto no se me dan los motivos o causas, simplemente se me dice que no tengo un padrino político que abogue por mí. 

No tengo apellido de renombre, no me mezclo con la cúpula corrupta infiltrada en mi partido y que pareciera ser “nadie me conoce” porque las encuestas (que fueron una verdadera mentira) no me beneficiaron.

Por favor no me feliciten, porque ese espacio que me asignaron como suplente en el distrito XI (donde nunca se me consultó, ni se me pidió mi opinión y que por supuesto NO ACEPTÉ) justamente era el D 11 en el cual me había registrado como aspirante, el cual fue asignado a otra persona, la que me dicen cuenta con mayores méritos que los míos, lo que los faculta a excluirme y violentarme de la forma más vil y perversa.

Seguiré aportando al proyecto de la 4T, creo en AMLO, también creo que algún día otro mundo será posible, cuando se logre desterrar verdaderamente lo que nuestro presidente acuña como “La mafia del poder”.

Mary Carrazco no le pone nombre a la persona que ‘ganó la encuesta’, pero se trata de la joven Celeste Taddei, de quien no diré que es hija del súper delegado Jorge Taddei, porque eso sería invisibilizar sus méritos y reforzar la figura patriarcal.

Lo cierto es que faltan dos meses de campaña y no se sabe bien a bien, cómo vayan a influir estas decisiones en la incorporación y el trabajo de los marginados, y cómo se vaya a traducir eso en votos.

La situación no es sencilla.

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