En una semana, el próximo domingo 6 de junio, casi dos millones 200 mil sonorenses en edad de votar, tienen la oportunidad de elegir un gobernador, 7 representantes al congreso federal, 21 diputados o diputadas locales de mayoría, 12 de representación proporcional, 72 alcaldes o alcaldesas, 72 síndicos o síndicas y 486 regidoras o regidores.
De acuerdo al Instituto Nacional Electoral y del Instituto Estatal Electoral de Sonora, en esta entidad serán instaladas tres mil 748 casillas, de las cuales mil 522 serán básicas, dos mil 110, serán casillas contiguas, 91 extraordinarias y 25 serán casillas especiales, todas atendidas por 14 mil 292 funcionarios electorales, bajo el escrutinio de 63 observadores debidamente acreditados.
En total, quienes acudamos a las urnas este próximo domingo, estaremos eligiendo a mil 341 de nuestros conciudadanos aspirantes a puestos de elección popular, entre propietarios y suplentes, locales y federales, para lo cual, este sábado pasado se inició la distribución del material electoral a todos los municipios de la entidad, que solo para la elección local consta de siete millones 139 mil 52 boletas, además del material necesario para el desarrollo de la jornada electoral.
Son muchos números para que en la realidad vengan a decidir solo sobre dos propuestas contrastantes; sobre dos opciones que polarizaron las tendencias a lo largo de este proceso electoral y que se verán las caras en las urnas, que es donde a fin de cuentas se juega el presente y el futuro de Sonora y de los sonorenses, en un contexto donde el dilema es votar por lo nuestro, por la decencia, la honestidad, la eficacia y la transparencia o hacerlo por lo ajeno, la incompetencia, la corrupción y la opacidad.
A partir de la anterior realidad, los sonorenses no debemos tener muchos problemas para definir el sentido de nuestro voto frente a lo que representa Ernesto Gándara Camoucomo opción local, nuestra, con trayectoria decente, honesta, transparente y que ha demostrado ser eficaz como servidor público, mientras que su oponente, Alfonso Durazo Montaño es exactamente lo contrario.
Eso en lo que se refiere a la gubernatura, porque en lo que respecta a alcaldías las cosas se presentan más o menos de forma similar, solo que se potencian por ser la instancia de gobierno más inmediata a la gente, que observa de forma más descarnada los contrastes aludidos y facilita la solución del dilema entre la propuesta retrógrada y centralista del partido oficial y la oferta responsable de quienes proponen soluciones locales a problemas locales.
Sirva de ejemplo el caso de Hermosillo: casi tres años después de asumir la alcaldía, Célida López Cárdenas sigue obsesionada en mirar el espejo retrovisor, mientras tropieza a cada paso que da; casi tres años de quejumbres y lamentos mientras el municipio de Hermosillo está más despedazado que antes, los problemas comunitarios se han agudizado, los servicios públicos se han deteriorado; la deuda ha aumentado; la burocracia se ha incrementado y los índices de corrupción van al alza, en un contexto que ha denigrado y vulgarizado la administración del ayuntamiento.
Por todo eso y más, Antonio Astiazarán encarna la esperanza de que en lugar de entretenerse con el pasado, de culpar a anteriores administraciones por los problemas actuales, se ocupe de solucionar esos problemas actuales de forma eficaz, con innovación, sin lloriqueos, vulgaridades ni majaderías, pero sobre todo, con respeto a la diversidad y pluralidad política.
El mayor problema de la señora de Puerto Peñasco es convencer que ahora sí podrá hacer las cosas que no hizo en los últimos casi tres años y que ahora en lugar de esos lamentos y lloriqueos, se dedicaría a atender la problemática, cuando lo de ella es simplemente el efectismo, la lambisconería a Durazo e incluso, ni siquiera atender los principios básicos de Morena, en lo que simple y llanamente es una evidente demostración de simulación oportunista que no merece la confianza de la militancia de ese partido y mucho menos la confianza de los hermosillenses.
Igual que ella está Durazo, porque cómo este bodrio podría convencer que ahora sí será competente en sus tareas como servidor público cuando su trayectoria está marcada por el fracaso e incompetencia criminal, que a lo más que ha llegado ha sido andar de cuida puertas, carga maletas, redactor de demagogias discursivas y de cartas para justificar traiciones y deslealtades.
Muy poco queda por decir luego de tantos discursos y tantas declaraciones por parte de quienes buscan el voto de los sonorenses y en los cierres de campaña son los escenarios ideales para soltar el resto, prospectar apoyo al imaginario popular y por qué no, probar esquemas de movilización que podrían traslaparse a la jornada electoral.
Hemos estado atentos a los eventos realizados por los dos punteros a la gubernatura y los videos y fotografías no dejan mentir respecta a que la capacidad de convocatoria de “El Borrego” y su propuesta de un Sonora unido, supera con mucho al nefasto y distorsionado mensaje de la ruptura, de la confrontación, arrogante y centralista de Durazo Montaño, y vamos, hasta en asistencias nuestra solución local deja muy atrás al sonoguacho enviado de Palacio Nacional para imponer un virreinato.
Si recurrimos a las odiosas comparaciones, ya ven que en Navojoa el abanderado de la Alianza Va Por Sonora amalgamó asistencia multitudinaria de priistas, perredistas, panistas y ciudadanía apartidista, destacando el contingente de la verdadera izquierda regional y la presencia de liderazgos como Joel Ramírez, Carlos Navarro López, Juan José Lam, Miguel Angel Armenta, Iliana Rodríguez, entre otros.
El caso del de Polanco no puede ser más patético lo ocurrido el sábado en San Luis Río Colorado en donde presidió desangelado cierre con una asistencia inferior a medio millar de personas, como justo resultado de su tradicional postura excluyente, al despreciar a candidatos y partidos que decidieron apoyar su candidatura, pero fueron con candidatos propios a alcaldías y diputaciones locales.
Al contrario, en Hermosillo, “El Borrego” encabezó histórico evento en donde las militancias de organizaciones políticas e integrantes de la sociedad civil se disputaron la algarabía y las formas más contundentes para manifestar su apoyo a su propuesta, con la presencia en el templete de toda la fórmula local y federal postulada en esta jurisdicción electoral.
Las diferencias son evidentes, mientras que en Hermosillo miles de sonorenses escucharon el motivante, propositivo y esperanzador mensaje de Gándara Camou, en San Luis Río Colorado muy pocos escucharon y más pocos entendieron el chorizo clasista, retrógrado y setentero discursito de un candidato rodeado de guaruras, distante y que representa lo peor que le pudiera pasar a Sonora.
Y así ha ocurrido en todas las plazas de la entidad donde ambos aspirantes han realizado cierres, como fue el caso de Alamos o Puerto Peñasco, en donde “El Borrego” redemostró la clase de convocatoria que tiene entre la gente, que por su parte también demostró que no está para seguirle el rollo al enviado de Palacio Nacional y a su bola de guachos que lo rodean.
Pues este domingo anda por la esquina noroeste del estado el candidato de la alianza Va Por Sonora y estaremos en mejores condiciones de hacer las comparaciones aludidas, ya que disponemos de material videográfico suficiente del cierre del fracturado morenismo y seguramente también dispondremos el que genere del candidato que representa la solución local.
A esa exitosa movilización que se repite en todos los eventos borreguistas, se agrega que a donde vaya el abanderado de la Alianza va Por Sonora, contingentes y aspirantes de distintos partidos supuestos peones del morenismo, se suman a sus propuestas, sean del PT, del PES, Fuerza por México y Redes Progresistas e incluso del Verde y del Panal en una suma de medio centenar de declinaciones en favor de “El Borrego”.
Andan en problemas los de la esquina de la regresión y por eso han tenido que recurrir al fotochopeocon el fin de rellenar los grandes huecos que deja la ausencia social a sus eventos de cierre o incluso a utilizar recursos financieros, materiales y de recursos humanos del ayuntamiento de Hermosillo, para que más de 24 horas antes de su cierre, bloquear la vialidad más transitada de la capital de Sonora.
Si, así como lo lee: desde el sábado por la tarde una nube de agentes policiacos, se apostaron en las inmediaciones de la Plaza Emiliana de Zubeldía, la cual fue cercada con vallas metálicas, mientras se erige una torre de luces y un templete, ostentación arrogante y autoritaria de un partido y candidatos que simulan modestia y se esfuerzan en parecer progresistas, cuando no son ni una cosa ni la otra.
Para completar el cuadro, nos reportan que personal de confianza de la comuna capitalina han sido citados para tomarse fotografías grupales en sus áreas de adscripción una hora antes del evento con rústica presión que los obligue a acudir al cierre, la misma que se aplica en organismos e instituciones afines a Morena, léase sindicatos e instituciones públicas.
Miren, a partir de ejercicio demoscópicos distritales, locales y federales, la Alianza Va Por México y la Alianza Va Por Sonora ganará la mayoría de los escaños en el Congreso local y al menos cinco de los siete distritos electorales federales, que en el caso de Hermosillo, con la inercia ganadora en estos días finales de campaña de parte de el Toño Astiazarán y de Ernesto Gándara Camou, enfilan a la victoria a Kitty Gutiérrez y a Arturo Fernández, así como al Güero Nieves, Manuel Puebla, Karina Zárate, Alejandra López Noriega, Ely Sallard y Lizeth Guadalupe Castro.
Estamos a pocos días pues de acudir a las urnas para a punta de votos dar enérgico bofete en la mera jeta a las pretensiones centralistas, a la incompetencia y a la corrupción que personifica con todas sus letras Durazo Montaño, y quedan a penas un par de días de activismo, porque a partir del miércoles inicia la veda, lo cual implica un espacio para la reflexión, que si se utiliza bien, será el último clavo en el ataúd donde yacerá la fantasía cuatroteniana en Sonora.
Ahora lo que falta es que esas multitudinarias asistencia a los cierres de Gándara Camou trasciendan en las urnas; que esa gente acuda a votar y motive a más personas a hacer lo mismo; cuidar la elección de las estrategias fraudulentas que ya asoman su feo rostro desde las alcantarillas de Morena, todo con el fin de que Sonora sigua gobernada en base a la decencia, la moralidad y la eficacia.
Sonora nos necesita y México también; no le saquemos la vuelta a ese patriótico compromiso ante la amenaza histórica de que el presidente López Obrador siga empujando a la nación hacia el precipicio y que su chalán quiera hacer lo mismo en Sonora.
