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Pasado el proceso electoral, vamos a lo cotidiano y qué más cotidiano que enterarnos del decremento significativo en Sonora de los delitos como el robo a casa habitación, negocio, a personas y vehículos, baja que a lo mejor pasa desapercibida por la incidencia de crímenes de alto impacto.  

Miren, de acuerdo a los reportes ciudadanos al 911, el robo a casa habitación en el año 2018 era de 8 mil 093, mientras que este año se presentaron tres mil 488 incidentes, generando un decremento de 56.9 por ciento, en tanto queel robo a persona ha presentado mil 424 incidentes este año, mientras que en 2018 fue de dos mil 981, logrando bajar este delito en un 52.23 por ciento.  

Ese es el resultado de los operativos de la Policía Estatal de Seguridad Pública y a estrategias de contención y combate al delito de la Secretaría de Seguridad Pública que encabeza David Anaya Cooley, en coordinación con corporaciones de municipales y de la Federación, que también han logrado prevenir y bajar el delito de robo a negocio, el cual era en 2018 de tres mil 706 incidentes y hasta mayo de este año, se registró una disminución del 44.39 por ciento al presentarse dos mil 061 incidentes.  

En el caso del robo de vehículos, durante los últimos cuatro años también presenta una disminución significativa, bajando hasta un 62.88 por ciento, ya que hasta el mes de mayo de este año se generaron mil 071 incidentes, en comparación con el año 2018 que fue de dos mil 885.  

David Anaya Cooley

Esas sin duda son buenas noticias, porque se trata de delitos que afectan, que pegan duro al patrimonio de las familias y cuyos autores en mucho de los casos son parte de redes criminales que eventualmente vienen a convertirse en víctimas o victimarios en los delitos de alto impacto.  

Combatir con éxito los delitos patrimoniales es una aportación importante para consolidar la certidumbre de las familias sobre sus bienes y eso ya es ganancia, que en el caso de las balaceras y eventos donde dirimen sus diferencias bandas del crimen organizado, esa es arena de otro costal y producto de la torpe estrategia del gobierno federal para enfrentarlas.      

Por lo demás, Así lo dijimos dos días después de la elección: http://elportaldelagente.mx/vuelta-a-la-hoja/ ahora hay que darle vuelta a la hoja ante el contundente mandato popular en favor del ahora gobernador electo de Sonora, Alfonso Durazo Montaño.  

De eso se trata la democracia, donde ganadores y perdedores deben darse por satisfechos por la decisión ciudadana plasmada en las urnas, correspondiendo a los primeros hacer lo que hace Durazo Montaño, en tanto que a los segundos les corresponde hacer lo que ya hizo Ernesto Gándara Camou.  

Alfonso Durazo

El primero convoca a la unidad e invita a la oposición a dejar atrás rencillas naturales en un proceso electoral y el segunde asume con dignidad y realismo el resultado adverso, para aportar ambos la dosis que les toca para que se de una transición sin aspavientos.  

Bueno el mensaje del ahora gobernador electo luego de recibir la constancia de mayoría, que lo coloca en la antesala de asumir la gubernatura de esta entidad el próximo 13 de septiembre, ya que si bien fue una retórica repleta de lugares comunes y propias del tradicionalismo discursivo de quienes ganan una elección de esta envergadura, de destacar su insistencia en la reconciliación con sus adversarios, subrayando que no actuará con base a rencores ni agravios.  

Por supuesto que lo anterior es muy alentador y debiera ser factor para bajarle rayitas a la incertidumbre para amplios sectores sociales que si bien resultan minoritarios a la luz del resultado de la elección, tienen peso específico si se insiste en combatirlos desde el Palacio de Gobierno.  

Lo que es: siempre hemos sostenido que Durazo Montaño es bueno para elaborar discursos y en esta ocasión, en el momento estelar de su vida política, no podía ser distinto, y aunque muy bien dicho y estructurado, llama la atención que vaya a contracorriente de una línea muy bien marcada desde Palacio Nacional en materia presupuestal donde Sonora evidentemente no es prioridad para la federación o eso de emprender acciones para que las clases medias recuperen su calidad de vida.  

Claudia Pavlovich

Ese mensaje también va a contracorriente de quienes desde las cloacas de Morena y de su equipo –presumimos—hacen llegar mensajes con pretensiones de intimidación; con amenazas e insultos e incluso con intenciones fatales, en un fenómeno muy similar al que experimentamos cuando Guillermo Padrés ganó la gubernatura hace 12 años, o sea, nada nuevo.  

Como sea, Durazo Montaño asegura que en lo personal no tiene espacio para almacenar agravios ni rencores y se muestra dispuesto a darle vuelta a la página y dejar atrás las diferencias y las confrontaciones propias del periodo electoral, todo eso acompañado de una convocatoria a la unidad y al trabajo conjunto de toda la sociedad sonorense en favor de la grandeza de esta entidad.  

Habrá que esperar que esta voluntad pacifista atempere la hormona y los odios que se destilan desde las alcantarillas morenistas, particularmente en contra de representantes de medios de comunicación críticos al partido oficial, en una especie de corte parejo como si los promotores de esa vendetta quisieran una prensa cortesana al estilo molecular.  

De resaltar, que al menos en materia de transición el gobernador electo cae en lo blandito, toda vez que la gobernadora Claudia Pavlovich lleva a cabo una gestión que es reconocida a nivel nacional por la transparencia y la rendición de cuentas, lo cual permitirá un traslape ordenado de la administración estatal y así el nuevo gobernador podrá asumir el mando con todos los hilos de la madeja en sus manos.  

Abel Murrieta

Qué distinto el caso de Antonio Astiazarán quien debe de lidiar con la necedad de Célida López Cárdenas de no aceptar el mandato popular mayoritario en Hermosillo y que demorará el proceso de transición administrativa, aunque a lo mejor está por asumir su triste realidad luego del posicionamiento de Durazo Montaño al considerar que en la democracia, la legitimidad en el triunfo en una elección, la da desde un voto de diferencia a 150,000 mil votos, porque la victoria cuenta lo mismo.  

En fin, en lo que a este reportero respecta, así como ha ocurrido en cada transición gubernamental a partir de 1979 y particularmente desde la transición de 1985, asumiremos nuestro ejercicio periodístico a partir de la consigna del emblemático líder yaqui, José María Leyva “Cajeme”, “Antes como antes, ahora como ahora” y como bien dijeron por ahí, hasta donde tope, con la confianza de la veracidad de los postulados iniciales de Durazo Montaño respecto a su relación con medios de comunicación.  

A propósito, ya va un mes desde el vil y artero asesinato de Abel Murrieta Gutiérrez, sin que ninguna autoridad emita alguna información sobre cómo va la indagatoria para satisfacer las exigencias de justicia de su familia y esa gran masa de amistades que cultivó a lo largo de su vida.  

Tenemos entendido que las investigaciones están a cargo de la Fiscalía General de Justicia del Estado, aunque por las características, implicaciones y antecedentes de ese deleznable acto criminal, el mismo presidente López Obrador anunció que en la indagatoria participaría la Fiscalía General de la República, sin que a la fecha se sepa de algún avance.  

Tomás Rojo Valencia

Para completar el cuadro, ya van 17 días de la desaparición de nuestro amigo el líder y vocero de la tribu yaqui, Tomás Rojo Valencia, sin que ningún esfuerzo desplegado hasta ahora para su localización haya dado resultados. y que junto al asesinato de Luis Urbano Domínguez, otro líder de la etnia, en una institución bancaria de Ciudad Obregón hace unos días, genera un ambiente de crispación en esa región de Sonora.  

Por allá a principios del 2020 platicábamos con Tomás quien nos externaba su preocupación sobre la consolidación de una estrategia emprendida por el gobierno de Morena de darle a la etnia gato por liebre a través del Plan de Justicia de la Tribu Yaqui que el presidente anunció en Pótam en octubre de 2019, en el cual para nada se cita la cancelación del acueducto El Novillo.  

Por lo anterior, extraño el silencio y la falta de compromiso de Adelfo Regino Montes, titular del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas y contradictoria la actuación de dicha dependencia federal que en coordinación con la SEDATU despliega un operativo de deslinde de tierras con miras a expropiar superficies de propietarios privados y del sector social con miras a ser entregadas a la tribu.  

Tal dinámica mantiene en focos rojos al sur de Sonora, y lo más contradictorio es que sabe a quien se le ocurrió priorizar ampliar el territorio yaqui cuando el agua que se requiere para hacerlo productivo es desviada a Hermosillo, mientras están suspendidas obras de infraestructura comunitaria para los habitantes de los ocho pueblos.  

Así las cosas, el ánimo de confrontación que se promueve desde Palacio Nacional ha encontrado un buen caldo de cultivo en esa región de Sonora, con la esperanza de que ya concluidos los procesos electorales y a la luz de los resultados, el INPI y la SEDATU se dediquen a las verdaderas prioridades en esas comunidades, luego de haber desplazado al Gobierno del Estado en dichas tareas.  

Mario Luna Romero

Al respecto, de destacar los planteamientos de Mario Luna Romero, al alertar sobre la tendencia de ubicar la desaparición de su compadre y vecino como un asunto ligado al crimen organizado, cuando la situación en esa región de Sonora puede servir de tapadera para atentar contra quienes defienden la autonomía de la etnia y son gestores efectivos para bajar beneficios a esas comunidades.  

También llamó la atención sobre cómo se ha etiquetado a Luis Urbano Domínguez, asesinado en una institución bancaria, como líder de la etnia, cuando el mencionado, si bien participó en la defensa del agua hace 10 años, ahora trabajaba en el ayuntamiento de Cajeme.  

Inquietante el que alrededor de 20 jóvenes yaquis hayas desaparecido en los últimos meses, lo cual pinta de cuerpo entero la crisis de inseguridad y el domino del crimen organizado en los valles de Guaymas, Empalme y en territorio yaqui.  

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