Cada quien es libre de perder el tiempo como le dé la gana, pero esa libertad no debe hacer perder el tiempo a los demás y más cuando se trata de miles de ciudadanos hermosillenses que exigen respuestas expeditas a las instancias de gobierno, particularmente al ayuntamiento.
Mientras la derrotada aspirante a la reelección desparrama quejumbres tuiteros con los que pretende poner en duda el resultado de la elección con retórica ramplona, Antonio Astiazarán Gutiérrez mantiene las pilas bien cargadas con miras a una transición bien ordenada, transparente y de máxima publicidad con el fin de ofrecer resultados a la gente desde el primer día de su gestión como alcalde.
Curiosita la majadera al pretender anular resultados en algunas casillas donde perdió y argumentar presuntos agravios durante el proceso de votación que la mandaron al segundo lugar con poco más de cuatro mil votos de diferencia.
Menos mal que le adelanta a “su partido” que aceptará el resultado que definan las instancias jurídicas, sin que se observen por rumbos de Morena visos de entusiasmo para entrarle a dicha causa, no más allá de aquel tibio posicionamiento inicial en el que tácitamente reconocieron que no pudieron revertir resultados luego de tres revisiones, recuentos y cotejo de actas.
Conociendo a la señora de Puerto Peñasco, su conducta como si hubiera llegado muy temprano al reparto de autoestima, su egolatría y taras mentales, la neta es que nos da lástima al imaginar su estado de ánimo, luego de promoverse como la última coca cola del desierto y días antes de la elección, autoerigirse como el factor fundamental para el triunfo de Alfonso Durazo Montaño.
Mejor debería de asumir con dignidad lo que le pasó en las urnas y hacer valer aquellos posicionamientos que hizo al comparecer ante los integrantes de la Mesa Corsas, donde aseguró que está en condiciones de desempeñar cualquier posición en el gabinete duraznista, porque si sigue con tan patético lloriqueo, hasta eso se le podría cebar, ya que es notable el rechazo de cuadros de Morena que no aceptan su arribismo y oportunismo, y que sea ajena a los principios y plataforma de ese partido.
Pero su rebeldía a no aceptar la voluntad popular no debe implicar que los hermosillenses paguemos las consecuencias y por eso, oportuno el llamado del presidente municipal electo para que este próximo día de San Juan se inicien los trabajos de transición, de acuerdo a un oficio que envió al alcalde sustituto, Fermín González Gaxiola.
“Hemos diseñado una metodología de transición con el indispensable rigor técnico y metodológico, bajo los principios de gobierno abierto y con diversos instrumentos de transparencia proactiva, por lo cual, mucho agradeceré el trabajo conjunto y coordinado”, expone en el oficio, en el marco de un escenario irremediable e inevitable que obviamente no tenían previsto por rumbos del Palacio Municipal.
En ese propósito, Hermosillo y los hermosillenses no admitimos demora frente al desastre que sufre el municipio en infraestructura urbana, agua, seguridad pública, servicios públicos, transparencia, finanzas y la costosa burocracia.
Teníamos entendido que en el cabildo capitalino ya tenían listo el trámite para el regreso de la señora a sus funciones luego de su fallida aventura reeleccionista, pero alguien debió convencerla que esa decisión sería un reconocimiento tácito de su derrota y que afectaría de forma muy negativa a su litigio por revertir el resultado de la elección, lo cual es música para los oídos de González Gaxiola ansioso por sacar la mayor raja posible de ese cacho de gloria.
En fin, buscar chichis a las culebras es perder el tiempo, cuando sabemos que hasta Durazo Montaño y su equipo ven con displicencia la actitud de López Cárdenas y que incluso ya se tiendan puentes de comunicación con el alcalde electo, quien incluso como todo caballero, si bien lamenta la actitud de su otrora adversaria, se muestra respetuoso de que ejerza su sacrosanto derecho al pataleo.
Para completar el cuadro, vea usted el espaldarazo que dio el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, quien haciendo tripas corazón aceptó que la generación solar de energía eléctrica es factible en la entidad, inaudito descubrimiento luego que desde hace alrededor de 15 años ese es uno de los temas principales de Astiazarán Gutiérrez, quien como se sabe ha promovido la instalación de paneles solares en instalaciones de instituciones de asistencia social para abaratar sus costos de operación.
Para redondear ese implícito reconocimiento, sólo falta que el presidente reconozca que los aerogeneradores en Puerto Peñasco, también promovidos por el alcalde electo de Hermosillo, no afean el paisaje y que también pueden ser opción para desarrollar dicha tecnología tal como plantea en el caso de, proyecto la granja solar que dice explorar.
Por los dichos del presidente en su mañanera, pareciera que descubrió el hilo negro y el secreto del agua hervida al reconocer que Sonora es el territorio idóneo para desarrollar parques solares, sin que tengamos idea el porque es necesario explorar esa ventaja, aunque sí en el caso de que en su operación sea paraestatal y que la inversión sea con recursos públicos.
De lo único que hay que estar pendientes, es que esa propuesta no se convierta en pretexto para eliminar la tarifa de verano indispensable para todos los habitantes de este estado.
Por lo demás, tal como lo anunció en su discurso inaugural, la Rectora de la Universidad de Sonora, Rita Plancarte Martínez integró un equipo de trabajo paritario en la estructura operativa y académica de la máxima casa de estudios de la entidad e incluso el sector femenil salió ganando ya que de 18 funcionarios de primer nivel, 10 son mujeres.
No tenemos el listado completo, pero por lo pronto nos vamos a dar lija porque entre los seleccionados está un par de amigos nuestros, Rafael Ramírez Villaescusa y Luis Armando Mendoza, Abogado general de la institución y director de comunicación social, respectivamente.
También están Benjamín Burgos Flores, en la dirección de Administración; Claudia María Ortega, Contraloría General; Carlos Armando Yocupicio, Tesorería General; Martha Martínez Figueroa, Apoyo a Programas Institucionales; Carla Mercedes López Montes, Planeación y Evaluación; Ramón Enrique Robles Zepeda, Secretario General Académico; Josafat Marina Ezquerra Brauer, Directora de Apoyos Docentes; Blanca Silvia Fraijo Sing, Directora de apoyo a programas educativos; María Olga Quintana Zavala, Directora de Apoyo a Estudiantes, y Diana María Meza Figueroa, Directora de Apoyo a la Vinculación y Difusión.
Ya en otro despacho podremos citar los nombres de estas mujeres y hombres que acompañan en el arranque de su gestión a la primera mujer rectora de nuestra querida alma mater, frente a circunstancias que dejan ver un panorama muy complicado, los cuales incluso, podrían resultar en una gestión muy transitoria dado el plus que aportó la elección pasada a grupos que abanderan reformar la Ley 4 vigente desde fines de 1991.
Y nos acabamos de enterar del hallazgo del cuerpo de una persona en las inmediaciones de Vicam, que por su vestimenta es Tomás Rojo Valencia, desaparecido desde el 27 de mayo pasado, para cumplirse así el peor de los presagios sobre el fatal destino para nuestro amigo.
Estamos devastados por ese desenlace, que no por ser algo que podría darse como muy posible, duele menos, lastima menos y más cuando sabemos que este tipo de hechos por lo regular quedan en la impunidad por tratarse de “contratos” para sacar del camino a personas incómodas.
Nos duele profundamente lo ocurrido a un personaje bragado, de pelea, dedicado a la gestión de beneficios de la tribu yaqui ante instancias de gobierno y que en los últimos meses se había confrontado con sectores de la misma tribu y con representantes del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, por su intransigente lucha en favor de la autonomía de la etnia.
De acuerdo al comunicado de la Fiscalía General de Justicia de Sonora, faltan pruebas de ADN para determinar con exactitud la identidad de los restos encontrados, pero por su vestimenta que llevaba esa mañanita que salió a caminar, todo indica que Tomás pasa a engrosar la funesta estadística de muerte que tiene en la incertidumbre a los mexicanos, mientras el gobierno federal juega a los soldaditos.
No por nada el Departamento de Estado de los Estados Unidos actualizó la alerta de viaje para sus ciudadanos en 16 entidades de nuestro país: Baja California, Chihuahua, Coahuila, Colima, Guerrero, Jalisco, Estado de México, Ciudad de México, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Puebla, Sinaloa, Sonora, Zacatecas y Tamaulipas, por el alto riesgo de ser víctimas de un delito como el secuestro.
En máxima alerta están los estados de Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa y Tamaulipas, a los que de plano el gobierno gringo recomienda a sus ciudadanos no viajar.
Respecto a Sonora, Nayarit, Morelos, Zacatecas, Jalisco, Estado de México, Jalisco, Guanajuato, Durango, Chihuahua y Baja California, se recomienda reconsiderar viajar a esos esos estados, en tanto que con mucha precaución lo hagan si visitan Baja California Sur, Aguascalientes, San Luis Potosí, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz, Chiapas, Hidalgo, Ciudad de México, Oaxaca, Nuevo León, Querétaro y Quintana Roo. Esa alerta también debería valer para los mexicanos.
