Homenaje del SUTSAC a Sabina Elenes.-

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Bernardo Elenes Habas

Homenaje del SUTSAC a Sabina Elenes.- Crónicas para la historia (No. 197).- Matilde Lemus recordó anécdotas cuando ambas fueron integrantes de la directiva sindical.- Maru Elenes agradeció a nombre de familiares y amigos y leyó un poema de su padre.

Bernardo Elenes Habas

El Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Cajeme (SUTSAC), sus dirigentes, no olvidan la esencia que motivó su nacimiento en la administración del doctor Oscar Russo Vogel (1976-1979): la unidad y defensa de los derechos de sus agremiados.

Sigue manteniendo esos valores que se conjugaron durante su fundación hace más de 40 años, como quedó demostrado ayer 17 de junio, al rendir homenaje post mortem a quien militó en sus filas por más de 30 años, sirviendo desde la estructura directiva con pasión y entrega: Sabina Elenes Cañedo.

El andamiaje directivo del SUTSAC, encabezado por su Secretaria General Matilde Lemus Fierros, con el respaldo de su base integrada por el personal de las dependencias que conforman el organigrama general del Ayuntamiento, se reunieron en la Sala de Cabildo en torno a la urna conteniendo las cenizas de Sabina, al cumplir su primer año de fallecida.

Matilde, en su intervención, recordó anécdotas vividas junto a Sabina, en el devenir de las actividades de la directiva a la que pertenecían desde años anteriores. Su intervención fue sensible y humana, dejando constancia de la fortaleza de valores y principios que se conjugan en quienes tienen la vocación del servicio social.

Notoria fue, también, la intervención de María Eugenia Elenes García, quien a nombre de los familiares de su prima hermana, ahí presentes, agradeció el homenaje del SUTSAC, su directiva, y fundamentalmente a las trabajadoras y trabajadores de la estructura municipal “a quienes Sabina conoció y ellos –nosotros, dijo-, reconocimos como compañera ejemplar, de lucha, de principios y valores muy firmes”. Luego leyó un poema de mi autoría que dediqué hace un año a mi sobrina.

Emotivo el pase de lista para recordar a la trabajadora ausente, y notable el video reflejando su contacto directo con quienes le dan fortaleza a la base trabajadora del Ayuntamiento.

Inevitable no recordar pasajes de la vida que jamás se van de la memoria: Un día de septiembre 2018, recién instalada la actual administración, me encontré con mi sobrina en los pasillos del área de regidores. Me dijo, llorosa, que la habían puesto “a disposición”. Ella formaba parte del equipo de trabajo de Imagen Urbana, que tenía nuevo titular en Ovidio Villaseñor.

A los días -27 de septiembre-, la dirección de Acción Cívica en ese tiempo a cargo del profesor Fernando González Meza, convocó a la ceremonia conmemorativa de la Consumación de la Independencia, ante el monumento a Miguel Hidalgo, a un costado de la Central de Autobuses.

Coincidentemente, en la parada cívica, me tocó estar al lado izquierdo de Ovidio Villaseñor.

-¿Usted es el nuevo director de Imagen Urbana? –pregunté.

-Secretario –me corrigió.

-Usted me puede ayudar haciendo un acto de justicia –le dije-. Explicándole que mi sobrina, con cerca de 30 años como empleada del Ayuntamiento, había sido puesta a disposición por la secretaría a su cargo.

Le expliqué que esa forma de tratar a una trabajadora con probada antigüedad y lealtad al Municipio, era humillante, porque si ninguna dependencia la llamaba y la incluía en su organigrama, solamente le quedaba el camino desesperante de la renuncia.

-Considere esa situación –le pedí.

-No se puede –me dijo. Explicándome que tenía varias solicitudes en lista de espera para ocupar puestos en la secretaría a su cargo. “Personas con estudios especializados y hasta posgrados”, añadió.

-Haga ese acto de justicia –insistí-, algún día yo podría ayudarlo en algo.

Me miró a los ojos con frialdad y me repitió que no era posible.

Fue la primera y única vez que hablé con Ovidio.

A mi sobrina la pusieron a disposición, pero afortunadamente amigos de ella la rescataron y le abrieron un espacio en la Comisaría de Providencia, donde se desempeñó hasta el día de su muerte.

Sabina quería cumplir su sueño de dirigir el Sutsac, por ello registró su planilla y esperaba elecciones, pero el coronavirus maldito le arrebató la vida en junio de 2020.

A Ovidio Villaseñor lo veía en ocasiones deambulando solitario por los pasillos de Palacio, ya sin su medalla de secretario de Imagen Urbana y sus sueños de grandeza.

Mi sobrina sigue viva, como quedó demostrado ayer, porque está en el alma de sus compañeros de lucha, dentro del sindicato que ayudé a conformar hace más de 40 años.

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