El conservadurismo en México no cambia, sólo se transforma y cambia de abanderados al entrar al quite la ultraderecha evangélica en relevo de una ultraderecha católica, que sin embargo mantiene activos muy importantes en el partido gobernante que se dice de izquierda.
La ultraderecha católica tuvo tiempos de esplendor durante las presidencias de Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón Hinojosa, cuando el semiclandestino Yunque pudo colocar a importantes piezas en los entresijos del poder político en este país, que replegados durante la gestión de Enrique Peña Nieto, se reagruparon al amparo de MORENA y se fortificaron como facción importante en lo que ha sido su principal reducto, el PAN.
Esa ultraderecha católica está en franca desventaja frente a la evangélica, ya que el principal abanderado de esta última es el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien incluso cuenta con el incondicional respaldo de un partido como el PES, que si bien perdió su registro, en el congreso federal y legislaturas locales, sus votos cuentan en favor de lo que les ordene desde MORENA.
En Sonora hay sobrados ejemplos respecto a esa confusa geometría política que se amalgama en el partido oficial y se refleja en el Congreso del Estado y en el gabinete del gobernador Alfonso Durazo Montaño, a quien alguna vez le preguntaremos cómo es qué, junto con el presidente de la república, logró hacer confluir a polaridades tan extremas en un proyecto que se dice liberal, progresista y de izquierda, juarista y republicano.
El único prietito en el arroz hasta ahora es Lilly Téllez, quien no pudo soportar por mucho tiempo estar en un lugar contrario, totalmente opuesto a su formación conservadora, les tiró con los trastes y se fue al partido que le corresponde, que en el caso de Célida López Cárdenas, de destacar su aguante para permanecer en una organización política totalmente contraria a su formación ideológica, aunque al menos se atreve a desahogarse esporádicamente, como cuando arremetió contra colectivos de mujeres que hacen activismo en favor del aborto, a las cuales llamó taradas.
Está el caso también de María Dolores del Río, sobre quien cuando militaba en el PAN se dijo que era parte del Yunque, aunque el encumbrado y experimentado político Héctor Larios, aseguró que lo dudaba porque “nunca la he visto en las reuniones”, pero hay más, como es el caso de Jesús Manuel Acuña Méndez, cuyo troglodismo en contra de representantes de medios de comunicación y de derechohabientes, lo hacen ver como conspicuo integrante de esa ultraderecha infiltrada en la administración de Durazo Montaño.
Mala la entraña de ese funcionario al soltar a sus perros y gatos, para que desde el anonimato cuestionen el que medios de comunicación vendan publicidad a instancias de gobierno y arremetan contra esfuerzos de superación en el mercado laboral y académico de nuevas generaciones, en un entorno que debería avergonzar a su señor padre, el respetado profesional de la abogacía y amigo nuestro, Don Francisco Acuña Griego, e incluso, avergonzar al mismo gobernador.
Por lo pronto la vamos a dejar de este tamaño, no sin antes pedir a Acuña Méndez que amarre a sus esbirros y si quiere agredir a nuestra familia, que lo haga de frente no como los cobardes o en todo caso, como el chuchomeño también tiene dueño, bien harían desde Palacio de Gobierno, darle una terapia de civilidad, respeto a los demás y recomendarle que esa injundia que le pone para el insulto y el denuesto, la aplique en el desempeño de su difícil encomienda o simplemente amarrarlo.
Pero como decíamos, en esta confusa geometría política que acompaña a MORENA en su arribo al poder, no hay espécimen más destacado que Manuel Espino Barrientos, de sobra conocido en Sonora y desde entonces uno de los liderazgos más publicitados del Yunque y que ahora, como recién inscrito militante del partido oficial, aspira a ser gobernador de Durango, luego de subirse a la 4T como comisionado del Servicio de Protección Federal.
Impresionante la capacidad de adaptación, lo camaleónico de dicho personaje que fue cercano a Vicente Fox y de Felipe Calderón, con quien salió peleado siendo forzado a abandonar la dirigencia nacional del PAN, a pesar de que durante su gestión le fue robada la presidencia a López Obrador en el 2006, viéndose luego como asociado de Peña Nieto y ahora ser fiel promotor de la 4T.
Pues se festejó en todo lo alto su inscripción como militante del partido oficial que lo enfila como candidato a la gubernatura duranguense, así como es el caso de Sergio Gutiérrez Luna, quien de fallido operador de la aplicación del nuevo sistema de justicia penal en Sonora durante el gobierno de Guillermo Padrés y asesor de la bancada del PAN en la legislatura de Sonora 2015-2018, de pronto apareció en la ciudad de México como representante de MORENA en el INE y ahora como presidente de la Cámara de Diputados, hace incansable activismo para ir por la gubernatura de Veracruz.
Es más, hay quienes aseguran que eso de la geometría política, derecha, centro, izquierda y sus ultras quedaron en un mito y sin efectos en materia ideológica y más bien se trata de simulación con el objetivo único de obtener espacios en la administración pública o de representación popular, sin importar antecedentes a contracorriente de lo que ahora postulan.
Pero sostener simulaciones por mucho tiempo resulta muy difícil e invariablemente es insostenible hacerse pasar por progresista, liberal de izquierda, austero, honrado e inteligente, sin serlo, simulaciones que van cayendo como piezas de dominó de forma irremediable, para que finalmente queden los portadores auténticos de esos valores.
En el gobierno de Sonora el proceso de cribado apenas empieza, pero como decíamos ya se observan varios simuladores en proceso de mostrar su verdadera cara e incluso, ya la muestran, y ya se verá como lidia con eso el gobernador Durazo Montaño, porque a nivel del gobierno federal, vaya que el presidente está en un verdadero brete con tanta máscara que cae.
Ya ven lo ocurrido este sábado, en el marco de la boda de la consejera del INE Carla Astrid Humphrey con Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, quienes reunieron a 300 invitados en exclusivo palacete de Antigua, Guatemala, con la asistencia de lo más conspicuo del sector gobierno y de afines del sector privado.
El fasto y el boato de dicho enlace, contrasta con el discurso incesante del presidente extrañamente aferrado a romantizar la pobreza y reprobar aspiraciones de progreso y de plano descalificar a las clases medias, con duras críticas a quienes incurren en lujos, viajes, autos y banquetes, cuando se puede vivir con una muda de ropa, un par de zapatos y frijolitos con tortillas.
Pues quienes asistieron a esa boda lo hicieron en vuelos privados y el menú, el ambiente, la música y demás fue propia del casorio de un jeque árabe y pudo ser empañada, ya que en uno de los vuelos donde viajaron distinguidos personajes, se encontraron siete sobres con cinco mil dólares cada uno, los cuales fueron incautados por la autoridad guatemalteca y los viajeros detenidos por varias horas.
La principal damnificada por ese guateque es Paola Félix Díaz, ahora exsecretaria de Turismo del Gobierno de la Ciudad de México, y que al caérsele la simulación de austeridad, de compromiso social y eso de que primero los pobres, optó por presentar su renuncia, la cual le fue aceptada de forma inmediata por Claudia Sheinbaum.
Para completar ese cuadro de simulaciones, los mismos contrayentes dieron a conocer que unieron sus carencias para disponer de una vivienda donde formar una familia, logrando obtener un crédito por 24 millones de pesos para adquirir una casita en exclusivo sector de la capital del país, con la posibilidad de que la luna de miel consista en una visita a las pirámides de Teotihuacán, a Xochimilco y al Castillo de Chapultepec.
En el listado de asistentes a esa pachanga, está el ya mentado firma fuerte de la cámara baja del Congreso de la Unión, Gutiérrez Luna, lo cual nos permite elucubrar que seguramente fue acompañado por su esposa Diana Karina Barrera, diputada a la legislatura sonorense por el PT y quien nos podría platicar qué tal estuvo la esfera de carpaccio con aguacate y tártara de atún; los ravioles rellenos de queso brie y sorbete de limón, así como el asado de tira y el róbalo crujiente, así como el macarroni de chilcayota, además de si estaba helada la champaña Moet Chandon.
Este es el nuevo proletariado y nada qué alegar, cuando además no faltan quienes en defensa de quienes asistieron a esa fastuosa pachanga, acusan que quienes la critican es que no fueron invitados y ni lejanamente tendrán la oportunidad de disfrutar privilegios que solo se consiguen si se simula ser de izquierda, liberal, progresista, austero y honrado.
Y se acabó la sequía para la fayuca, ya que luego de 19 meses de cierre por el Covid-19, se abre la frontera terrestre entre México y Estados Unidos para asuntos no esenciales, para lo cual se ha montado un gigantesco operativo a lo largo de la carretera 15 para proteger a los ansiosos que no hallan la puerta de cómo hacerle para gastarse sus dolarucos.
Este común mortal y nacionalista mexicano no tiene ninguna intención de sumarse a la marabunta que cruzará o intentará cruzar al otro lado a partir de este lunes, ya que además de no disponer de la divisa gringa, no tenemos ánimos para lidiar con la prepotencia de las autoridades gringas en la frontera, que actúan como si estuvieran haciendo un favor, situación que limita a sólo necesidades extremas el tener que soportarlas, y necesidades extremas no es comprar calzones, camisetas y demás baratijas.
