Un año que se va y otro que llega, siempre es motivo de reflexión y razón para evaluar o al menos rememorar, hechos y circunstancias que marcaron el espacio de tiempo que se va inexorablemente e imaginar prospectivas por el que viene, también de forma inexorable.
Este 2021 sufrimos la más dolorosa pérdida de nuestra vida; cumplimos 68 años y acabalamos 38 años en el ejercicio periodístico; en octubre pasado elportaldelagente.mx llegó a los 17 años en la red; en los últimos 12 meses perdimos a varios amigos y amigas que fueron víctimas del Covid-19, y en los últimos tres nos esforzamos para adaptarnos a la nueva realidad política de Sonora.
A casi dos años de pandemia, los mexicanos aportamos el 10 por ciento de las víctimas mortales que ha causado el Covid-19 en el mundo y dicho porcentaje tiende a ser mayor, dada la negligencia criminal ya tradicional e incompetencia de quienes seguramente tienen reservado severo juicio de la historia.
Luego de tres años de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se avanza en la reedición de los años de incertidumbre económica de los años 80 y los 90 que marcaron a toda una generación de mexicanos y que lleva todos los visos de marcar a otra, dadas las reiteradas torpezas de quienes han confundido el mayoritario apoyo popular con la patente de corso para llevar a la ruina al país.
Lo que son las cosas, en comparación de la perspectiva nacional, Sonora pareciera estar en una burbuja ajena a tal entorno y si bien hay problemáticas a las que resulta imposible sustraerse y que sin duda tienen gran impacto, en términos de gobernanza, la administración de Alfonso Durazo Montaño se cocina aparte a la de López Obrador, cuyo ejercicio político en términos generales dista mucho del Sonorense, y eso ya es mucha ganancia.
En el informe de los primeros 100 días y en declaraciones de prensa posteriores, el gobernador de Sonora ha sido reiterativo en pintar su raya respecto a la confrontación que se despliega desde las mañaneras contra todo y contra todos, y menos mal, el presidente ha atendido favorablemente las gestiones de apoyo del mandatario estatal.
Desde nuestro reducto familiar, el asueto de fin de año no implica ausencia o negativa a dar seguimiento al acontecer diario y por eso nos damos por enterados, que distinto a la cotidianidad de anteriores titulares del poder ejecutivo de esta entidad, a Durazo Montaño es menester reconocer que mantiene su agenda en estas fechas, con giras de trabajo, conferencias de prensa y eventos en Palacio de Gobierno.
De hecho, este miércoles realizó una gira de trabajo por Sahuaripa y Arivechi y un día anterior sostuvo reunión con vecino de una colonia de Hermosillo, manteniendo además reuniones en su despacho en Palacio de Gobierno o en su domicilio, actividad que mantiene en sus trincheras a su gabinete legal y ampliado y a la expectativa a toda la estructura federal.
Miren, la rendición de cuentas sobre los primeros 100 días consistió en desglosar de nueva cuenta proyectos, compromisos, anuncios y propuestas que fueron esbozados incluso desde que Durazo recibió su constancia de mayoría, que en efecto, establecen las bases de lo que viene para Sonora y que reiteró además en la conferencia de prensa del pasado martes.
Por supuesto que Durazo Montaño tiene la mesa puesta y como bien se ha dicho, no tiene derecho a fallar, cuando dispone del decidido apoyo federal, además de una decena de diputados federales como aliados incondicionales y como cereza de ese pastel, la mayoría calificada en el Congreso del Estado, y hasta ahora, capacidad de diálogo y negociación para el acuerdo con la bancada del PRI, principalmente
Dicho entorno le ha permitido mantener la operatividad del Estado en materia educativa, quizás el área más rendidora en materia de más o menos buenas noticias para el respetable, que en lo que se refiere a seguridad, pues sin duda viene siendo lo más cuestionado dada la imparable violencia criminal que se registra prácticamente en la mayoría de los municipios llamados grandes de la entidad.
Como sea, resulta alentador el mensaje incluyente, ajeno a fobias, a protagonismos y aspavientos, así como su reiterada negativa de incurrir en confrontaciones mediáticas o pretender descalificar a representantes de la oposición, partidista o ideológica, sin que se advierta además alguna reacción de parte de los frecuentemente aludidos grupos de poder, que según sus cuentas, impusieron sus intereses al gobierno estatal en los últimos 30 años en Sonora.
Pero las referencias en contra de éstos solo implica eso: que ya no son los mandones y cuya participación en asuntos de obras solo se da o se dará en función de su adaptación a las nuevas políticas públicas que privilegian el interés popular, como reitera a cada rato el gobernador.
Desde nuestra perspectiva reporteril, llama la atención que Durazo Montaño haya tomado distancia de la compulsiva, de la obsesiva actitud provocadora, intolerante, autoritaria y la mayor de las veces estúpida del presidente López Obrador, en su relación con todo el espectro opositor del país, ni ha caído en la trampa de la adulación y la lambisconería, aunque la mayoría de su gabinete le hace mucho la lucha, pero que en términos generales no reflejan la conducta del sonorense digno, orgulloso que sabe tratar con respeto a los gobernantes, a políticos y a sus superiores, sin incurrir en genuflexiones.
En materia de comunicación las cosas lucen bien y no puede ser de otra manera ya que hasta donde conocemos a Durazo Montaño y lo que ha mostrado ya con su investidura, él mismo es quien mejor coordina las actividades en dicha materia y lo único que requiere es eficiencia en su equipo operativo para que sus mensajes, actividades y propósitos lleguen con oportunidad a la gente a través de los medios de comunicación.
Por cierto, el arribo de la presente administración estatal puso en evidencia a no pocos profesionales de la comunicación, cuyo ejercicio independiente y crítico a instituciones de gobierno duró hasta que consiguieron un empleo en el sector oficial, lo cual por supuesto no cuestionamos y simplemente lo señalamos como cosa curiosa de toda esa prospectiva de objetivos que brinda el ejercicio periodístico.
Pues se sacaron la yuca, porque el gobernador es muy buen comunicador y eso sin duda les aligera mucho su chamba e incluso responsabilidades, quedando solo pendiente el que se cumplan todas esas grandes expectativas generadas por tantos buenos anuncios, porque si no, podrían ser requeridos a que pongan en práctica habilidades que ahora resultan innecesarias pero que seguramente tienen o si no las tienen, ahí se verán.
En este cierre de año y el porvenir, todo gira en torno a la pandemia, que en el caso de los asuntos de Estado ha pegado muy duro en las finanzas de Gobierno con todo y las secuelas en la sociedad, destacando que así como lo hizo en su momento la gobernadora Claudia Pavlovich, su sucesor recurre a la Secretaría de Hacienda para conseguir los recursos que le permitan condiciones mínimas de operación, como son el pago de nómina y cubrir el gasto corriente.
La anterior administración pudo entregar al día esos compromisos, en tanto que ya sabemos de las batallas que se han librado en los últimos meses y la problemática derivada de las ruinas financieras del nuevo gobierno, asunto aludido con mucha frecuencia por el gobernador cuando se trata de justificar la morosidad actual, resultando sumamente atinada la decisión de conseguir un adelanto de 800 millones de pesos con cargo a las participaciones federales del 2022, mientras se logran estabilizar las cosas, tal como lo hizo la gobernadora en su momento.
Por lo pronto, en la balanza del ánimo ciudadano están las grandes expectativas que representa el arranque de un nuevo gobierno con tantos proyectos anunciados y por la reconocida capacidad del gobernador para gestionar buenas respuestas en instancias federales, con el fin de ejecutar obras de infraestructura de gran calado y para atender rezagos sociales históricos, que ya veremos si se concretan en los próximos meses y años.
El contrapeso en dicha balanza no es cualquier cosa y las consecuencias de igual forma, frente a una problemática nacional principalmente de orden económico, de Salud y de Seguridad Pública que tienen graves repercusiones en el entorno sonorense, como lo es la escalada inflacionaria, el Covid-19, la imparable violencia criminal del narco y la incapacidad del Estado para hacerle frente.
Este año ha resultado particularmente difícil para este tunde teclas. Seres queridos que ya no están; sufrimos las consecuencias de imponer sentimientos de amistad frente a la realidad política electoral y paradójicamente esa decisión redujo nuestro círculo de amigos, pero los que quedan son los genuinos e incluso a nivel familiar se presentan tales efectos.
Ya son siete transiciones gubernamentales durante nuestro paso por el periodismo y en todas se han requerido ajustes y procesos de adaptación en función de lo que refleja el espejo del sector oficial y hasta ahora, desde Samuel Ocaña, hasta Claudia Pavlovich, hemos mantenido nuestra trinchera a veces en condiciones muy precarias, con la prospectiva de que en los años que vienen sigamos igual.
En fin, luego de un 2021 muy difícil, al 2022 le ponemos buena cara, con la esperanza de entornos mejores para todas y todos; que a fin de cuentas el esfuerzo de vacunación haga ceder el Covid-19 de forma definitiva; que la fortaleza de México y sus instituciones, de su economía y su superestructura social, sea suficiente para superar las torpezas e incompetencias de la actual casta gobernante; que se supere la improvisación y la incompetencia y por fin se logre pacificar a las bandas del crimen organizado que generan tanta angustia social; que Durazo Montaño pueda concretar tantas cosas buenas anunciadas, y que las puertas hasta ahora cerradas, se abran.
Ahora, en la fiesta de fin de año y recepción del nuevo, hay que tener mucho cuidado; evitar riesgos de contagio; no tronar cohetes y mucho menos armas de fuego, ni conducir en estado de embriaguez y en términos generales pasar con felicidad y en la intimidad familiar esta fecha tan emblemática.
En fin, deseamos un 2022 pleno de éxitos, salud plena y unidad familiar para todas y todos.
