Dos años del asesinato de Abel Murrieta.-

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Bernardo Elenes

Dos años del asesinato de Abel Murrieta.- Lo acribillaron en plena labor de proselitismo electoral buscando lograr la Presidencia Municipal de Cajeme.- Las balas asesinas lo alcanzaron en el cruce de las calles California y Guerrero de Ciudad Obregón, delante de su equipo de campaña de Movimiento Ciudadano.

Bernardo Elenes Habas

Eran las 17:00 horas del jueves 13 de mayo de 2021.

Abel Murrieta Gutiérrez, junto a su equipo de campaña por Movimiento Ciudadano, entregaba volantes conteniendo los puntos principales de su compromiso como aspirante a la presidencia municipal de Cajeme para el trienio 2021-2024. Abría diálogo directo con los automovilistas en el cruce de las calles Guerrero y California.

Despertaba simpatías. La ciudadanía le daba su voto de confianza por su valentía exponiendo de frente que una de sus propuestas esenciales era atacar sin tregua la violencia desatada en el Municipio, la que diariamente cobraba -y cobra- vidas entre delincuentes, pero también de gente inocente que recibe las balas del odio y de la ambición sin deberla ni temerla, por vivir desprotegida, en un escenario de muerte al que ninguna autoridad se atreve a entrarle de fondo, menos con las premisas que alienta el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de “abrazos, no balazos”.

Y a las 17:00 en punto de la muerte, recibió diez fogonazos de plomo, en su cuerpo y su cabeza, tiñendo con su sangre el proceso electoral de Cajeme. Marcándolo con su grito final de “¡apártense!” dirigido a sus colaboradores, en un intento de protegerlos. Allí, en las calles California y Guerrero, se derrumbaron sus sueños de convertirse en alcalde del Municipio que lo vio nacer y al que sirvió como funcionario público y como postulante de la abogacía…

Ese hilo rojo de sangre en política, se repetía en la historia de Cajeme, con la muerte a balazos también, del candidato electo a la diputación local por el Distrito 17, Eduardo Castro Luque, el 14 de septiembre de 2012, quien no alcanzó a rendir protesta en el Parlamento Sonorense, el 15 de septiembre, para ser parte de la LX Legislatura, al lado de los también cajemenses Luis Alfredo Carrasco Agramón, Abel Murrieta Gutiérrez, Abraham Montijo Cervantes.

Tiempo atrás, 26 de noviembre de 1953, cuando el manto de una neblina fantasmal arropaba a la región, pasadas las 11 de la noche, al abrir la puerta de su vivienda ante el llamado de un supuesto amigo, en calles Coahuila entre 6 de Abril y Jesús García, sacudieron el silencio cuatro disparos, arrancando la vida de Maximiliano R. López, El Machi. Tres de esas balas acabaron con la vida del líder campesino. Caía un dirigente incorruptible, creador, junto con Ramón Danzós Palomino, Jacinto López, Bernabé Arana León y Pascual Ayón, de los sindicatos ejidales que habían propiciado la expropiación de latifundios en el Valle del Yaqui y reparto agrario decretado por Lázaro Cárdenas del Río, en 1937.

Y el día 3 de septiembre de 1937, José Moreno Almada, quien había obtenido en las urnas la Presidencia Municipal de Cajeme, y esperaba el 16 de septiembre para rendir protesta y asumir el cargo, fue muerto a balazos.

Don Miguel Mexía Alvarado, primer Cronista de la Ciudad, relata así los hechos en su libro señero Cajeme de Ayer:

“Al parecer, Pepe (José Moreno Almada) fue a reclamarle en términos nada cordiales al Presidente Municipal, Mayor Felipe Ruiz, la detención de sus amigos que habían sido acusados de distribuir un volante ofensivo contra las autoridades. Esto sucedió en las oficinas del Ayuntamiento, frente al comandante de la policía, Enrique T. Ceceña. Nunca se aclararon suficientemente los hechos, pero la versión oficial fue que éste último cortó la discusión abatiendo a tiros a Moreno Almada. Ceceña fue a dar con sus huesos a la cárcel, declarando que se vio obligado a disparar contra Moreno Almada cuando vio que éste hizo un ademán dando la impresión de que iba a sacar un arma para agredir a su jefe”.

El alcalde interino, quien suplía en esos días a Francisco Urbalejo, era el Mayor Felipe Ruiz, padre de quien sería, con el tiempo, notable periodista de Cajeme, Jesús Corral Ruiz.

Se cumple, pues, un año de la cobarde agresión que arrancó la vida del cajemense Abel Murrieta, ex diputado local, ex diputado federal, ex Procurador de Justicia de Sonora, aspirante a alcalde de su Municipio, abogado que llevaba el caso sobre la masacre de la familia LeBaron, asesinada en el área de Bavispe, el 4 de noviembre de 2019.

No se ha hecho justicia. 

Le saludo, lector.

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