Entretelones
Samuel Valenzuela
Samuel Valenzuela
Así como buena parte de la juventud mexicana, el 11 de septiembre de 1973 andábamos en nuestro despertar ideológico en el marco de un proceso que escaló luego del 2 de octubre de 1968 y el halconazo del 10 de junio de 1971, en un México donde fuerzas militares y paramilitares imponían su ley en contra de movilizaciones populares y perseguían, torturaban y asesinaban a sus líderes.
Como estudiante de prepa de la Universidad de Sonora, nos jactábamos de estar bien informados, comprometidos en la lucha social y fuimos parte de quienes atendieron la convocatoria a la movilización para protestar contra el golpe militar perpetrado por el ejército de Chile en contra del gobierno de Unidad Popular encabezado por Salvador Allende y repudiar la instalación de la dictadura encabezada por Augusto Pinochet.
Peligrosa convivencia: Pinochet y Allende.
Recordamos nuestra confusión cuando el presidente Luis Echeverría se erigió como el mayor crítico a la mortal embestida contra la democracia chilena; convirtió en santuario las instalaciones de la embajada de México en Santiago, la capital chilena, como primera escala al exilio, mientras que en nuestro país la represión policiaca, militar y paramilitar contra estudiantes, colonos urbanos, campesinos y sindicatos independientes, era cosa de todos los días.
Candil de la calle, oscuridad de su casa, reza el refrán popular con un presidente que para efectos de la opinión pública mundial se auto promovía como liberal y progresista, pero que al interior del país se conducía como cualquiera de los dictadores militares tan de moda en Sudamérica, en aquellos tiempos de la guerra fría.
Un par de años después, también un 11 de septiembre tendríamos una probadita de la acción militar del ejército mexicano, para luego constatar que no éramos los únicos confundidos por la incongruencia del gobierno mexicano, al cavilar junto a integrantes de comunidades de países de Sudamérica y México en el exilio en Estados Unidos, sobre el empoderamiento castrense y el debilitamiento de gobiernos civiles.
Cuando el militarista simulaba.
50 años después, de nueva cuenta podríamos decir que volvemos a estar confundidos, cuando el presidente más militarista, el más abiertamente militarista de Hispanoamérica viaja a Chile para recordar la sangrienta barbaridad perpetrada por militares al mando de Pinochet y lamentar el trágico fin de la democracia en ese país y los efectos de 17 años de dictadura militar.
Sí, eso hace en estos días Andrés Manuel López Obrador, el mismo que ha exacerbado la intervención y participación de los militares en prácticamente todos los ámbitos de la vida nacional y convertirlos en la fuerza dominante como pilar fundamental del partido oficial o sea de MORENA, gracias a los millonarios negocias otorgados a la aristocracia de las fuerzas armadas del país.
A pesar de sus compromisos de regresar al ejército a sus cuarteles, López Obrador hizo todo lo contrario y lo que vive México en los tiempos de la 4T es un golpe militar blando, operado junto a un gobierno civil sometido y cuya permanencia depende fundamentalmente de las armas de una de las partes, y a la capacidad de simulación, demagogia y manipulación social de la otra, con fines de enriquecimiento mutuo, así como está ocurriendo pues.
Con qué cara López Obrador se planta frente a nuevas generaciones de chilenos víctimas de la bota militar, mientras que en México las diversas ramas del ejército reciben supermillonarios presupuestos para operar mega obras aún inconclusas y que se han convertido en un resumidero de dinero, mientras que al sector salud, a la investigación tecnológica y a la educación les recorta de forma criminal sus recursos a ejercer el año próximo.
Sabe si el aún joven presidente Gabriel Boric esté enterado de las andanzas de su homólogo mexicano, aunque seguramente eso le valdrá progenitora, ya que él no canta mal las rancheras cuando se trata de aprovechar coyunturas, como aquella que lo convirtió en beneficiario de la histórica lucha de Camila Vallejo, referente de la izquierda chilena en resistencia al legado pinochetista.
Y no salgan con que el ejército es el pueblo uniformado y salvaguarda de la paz social, que eso mismo decía Pinochet para justificar la presencia militar hasta en la sopa de los chilenos, en tanto no se requiera usar su fuerza y las armas para imponer los designios y en reciprocidad a quien tanto poder y recursos financieros les ha entregado, y la amenaza está ahí para lo que se le ofrezca al militarista que se pasea por Chile en el 50 aniversario del golpe militar.
Queman recibos de la luz.
Mientras tanto, en el país que mal representa sigue la parafernalia en el partido de su propiedad, por el ungimiento de Claudia Sheinbaum como candidata presidencial, quien trae distraída a la clase política oficialista, ansiosa por ser protagonista en la tradicional cargada y quedar bien con ella.
Primero la confusa medición de factores que determinaron el triunfo de una de las corcholatas; luego la payasada de entregar un bastón de mando intransferible de acuerdo con las tradiciones de los pueblos originarios; después reunión con los patiños y dirigencia nacional de MORENA y del Consejo Nacional, y luego reunión con gobernadores del partido oficial, en un cronograma al más puro estilo del PRI setentero y en abiertos eventos electorales anticipados.
En uno de esos eventos reportan la contundencia del gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, pero en su papel de presidente del Consejo Nacional de MORENA, al describir a Xóchitl Gálvez y al proceso que la encumbró como candidata presidencial de la oposición, retahíla muy similar o casi exacta a las cotidianas descalificaciones durante las mañaneras, aportando solo una nueva: fake.
El gobernador se dio una escapada de sus responsabilidades partidistas para venir a Navojoa y Ciudad Obregón a entregar becas y de volada se regresó a la Ciudad de México donde el domingo se llevó a cabo sesión del Consejo Nacional, para este lunes estar al filo del medio día en la entrega de 42 patrullas para fortalecer la seguridad de 19 municipios, además de armamento a la Policía Estatal, con un gasto por ambas entregas de casi 57 millones 600 mil pesos.
Alfonso Durazo Montaño.
De reconocerse la versatilidad y la capacidad de trabajo del gobernador de Sonora y aún más, su capacidad para desdoblarse de un discurso lapidario político partidista con propósitos de denigración a adversarios, a una actitud incluyente y mensajes en los que hace percibir que gobierna para todos y el respeto que dice tener para los liderazgos de los distintos partidos de oposición, tal como lo explicó en entrevista posterior al evento celebrado en las instalaciones del Instituto de Seguridad Pública.
La buena noticia de todo esto es que aseguró que “la gente no está sola” en el contexto de la creciente inconformidad por los altos cobros del consumo de electricidad, reconociendo además la legitimidad de la movilización del sábado de la Unión de Usuarios, la cual le demostró que hay un gran número de hermosillenses afectados por dicha cobranza excesiva.
Anunció que este martes se reunirá con directivos de la CFE de esta región del país, para revisar todo ese altero de datos con los que se pretende justificar la cara cobranza en proceso, y que bueno que en su gestión se incluya la posibilidad de ampliar los umbrales de consumo de energía subsidiada y mejor su argumentación respecto a que el calor veraniego de Sonora es igual todos los años y nunca como este año se había generado un problema por inexplicable incremento de recibos de luz.
Mientras el gobernador encabezaba dicho evento, un centenar de usuarios de la llamada empresa de clase mundial quemó recibos frente a las oficinas de la CFE para luego ir hasta el Congreso del Estado donde fueron atendidos por integrantes de la representación popular sonorense, quienes aseguraron que apoyan la exigencia ciudadana, para que la paraestatal reconsidere dicha alta cobranza, aunque, a decir verdad, difícilmente será posible y más bien todas las soluciones, si es que las hay, se reflejarán hasta el año próximo, ya que sería ilusorio esperar reembolsos o criterios de última hora en la formulación de rangos de consumo.
Rafael Ojeda Durán.
En el apartado de anuncios, el gobernador informó que este martes estará en Guaymas el secretario de Marina, Rafael Ojeda Durán, con quien inaugurará los primeros cuatro frentes terminados en las obras de modernización y ampliación del recinto portuario compartimentadas en 13 frentes, infraestructura que requirió de una inversión de 500 millones de pesos.
A esto nos referíamos al citar el empoderamiento militar y el aparente plagio del gobierno civil por parte de las fuerzas armadas, esas que no solo realiza tareas de seguridad pública o de auxilio en emergencias, además del combate al narcotráfico, sino que también administra aduanas, opera aeropuertos civiles y construye obras prioritarias para la Administración actual, como el Tren Maya, con asignaciones presupuestales históricas.
