Entretelones
Samuel Valenzuela
Samuel Valenzuela
Asediada y manoseada por quienes pretenden adaptarla a sus necesidades, intereses y ambiciones para mantener el dominio del poder político, este lunes cumple 107 años el compendio de normas garante de derechos y libertades en México y base fundamental de la gobernanza de este país.
Nunca como en estos tiempos, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ha corrido tantos riesgos frente a una reciclada clase política cuya desmesura llega a extremos nunca vistos con el objetivo de desmantelar principios sustantivos de nuestra Carta Magna, en materia de libertades, separación y autonomía de poderes públicos, democracia y fuerzas armadas.
AMLO y Norma Piña.
Es menester reconocer los avances de sus objetivos inconstitucionales, faltando solo plasmarlos en el eje rector de la legalidad de ese país y así, su contenido sea acorde a sus caprichos y ocurrencias, esas mismas que se vomitan a diario en las mañaneras presidenciales.
Son públicos los avances en los propósitos de control de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, faltando solo que se alcance el contrasentido de integrar a ese Poder mediante el voto popular inducido por instancias corruptas y bajo control del Poder Ejecutivo, cuyo dominio ya ha sentado sus reales en una mayoría abyecta e impúdica en el Poder Legislativo.
La limitación actual es la carencia de la mayoría calificada y a la resistencia opositora en el Congreso de la Unión, constituido en el último valladar de defensa de México y los mexicanos, que este 2 de junio recibirá furioso embate a través de lo que ya se configura una elección de Estado encaminada a instalar un gobierno paramilitar con poderes ilimitados si el oficialismo obtiene dicha mayoría calificada.
Con Norma Piña como presidenta, hasta ahora apenas estamos librándola con un Poder Judicial cuya precaria mayoría aún está comprometida con la legalidad constitucional, figura bajo acecho permanente por el austero que vive en Palacio Nacional quien desde hace meses opera lo necesario para sesgar la voluntad popular haciéndose del control de organismos electorales y así hacer suya la SCJN.
Lupita y Mónica.
La intención es que el Instituto Nacional Electoral y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación legitimen instalar un Maximato con todos los poderes amalgamados en uno solo; sin estorbosos organismos autónomos, sin contrapesos ni factores de equilibrio y la verdad es que hay buen avance en tales objetivos y solo falta concretarlos en las urnas.
Pues en este lunes constitucionalista, Andrés Manuel López Obrador enviará un paquete de reformas con miras a revertir el ámbito de libertades que nos hemos dado a través de muchos años, acto de propaganda electoral anticipada y apuesta que por lo pronto no puede ganar, pero sí podría si la presidenta del INE, Guadalupe Taddei Zavala y la titular del TEPJF, Mónica Soto Fregoso se ponen las pilas y se endurece la estrategia de cooptación de integrantes de dichos organismos.
Miren, particularmente el INE se ha convertido en un adorno bastante feo cuya parsimonia y laxitud en la aplicación de la norma es históricamente ejemplar, convirtiendo en intocable a un presidente López Obrador abiertamente activista en favor del partido de su propiedad y salvaguarda de las manos libres y estratosférico gasto del erario de la caterva de aspirantes encabezados por Claudia Sheinbaum.
Alentados desde el atrio mañanero hay tal flagrancia a lo largo y ancho del país de dicho activismo, que hasta por oficio los organismos electorales deberían de asumir sus responsabilidades y aplicar sanciones al igual que en otros partidos, aunque estos están muy atrás en conductas delicuenciales de esos mapaches electorales de nuevo y viejo cuño agrupados por el partido oficial.
Blanca Colosio con madrugadores.
La maquinaria fraudulenta del morenismo tiene tiempo en marcha y en Sonora no es la excepción, con un IEES presidido por Nery Ruiz Arvizu entretenido en temas administrativos e invitado de piedra en actos evidentemente ilegales en barrios, colonias, calles, instancias oficiales y demás, en el marco de lo que se asemeja a un mitin permanente a lo largo y ancho de la entidad.
Resulta extraña la poca o nula capacidad de reacción de las representaciones partidistas al no ejercer su derecho a la denuncia y a la exigencia de suspender las campañas anticipadas que incluye la cínica celebración de juntadas en edificios públicos con pretextos, volanteo intensivo, invasión de propiedades de particulares para colocar propaganda; condicionar beneficios de programas sociales a cambio del voto, saturar redes sociales con sus ofertas electorales y demás.
El único que ha alzado la voz y al menos hacer una denuncia pública es el priista inconforme y coordinador de los Xochitlovers en Hermosillo, Pascual Soto, quien en breve reseña mostró hace unos días la ilimitada capacidad del oficialismo para embarrar paredes con propaganda, colgar basura en la vía pública con lo mismo y movilizar contingentes atolizados y embrutecidos de demagogia.
Está por verse si este 2 de junio al gobierno cuatrotero le alcanza y obtiene lo que ambiciona con el apoyo de organismos electorales y todo está en la voluntad ciudadana y la inteligencia popular para decidir su futuro frente a la disyuntiva de otorgar patente de corso a la nueva oligarquía o mantener a México por la vía de la democracia.
Pascual Soto.
La cuestión es votar a favor o en contra de las propuestas de quienes prometieron pacificar al país; de quienes regresarían al ejército a los cuarteles; de quienes acabarían con la corrupción; de quienes respetarían la separación de poderes y a organismos autónomos; de quienes garantizarían acceso a la salud para todos; de quienes acabarían con la pobreza, de quienes no traicionarían ni mentirían a la gente.
Sabe si a cambio de pichicaterías entregadas vía programas sociales, la gente votaría por quienes mediante gastos estratosféricos han desangrado las finanzas del país construyendo viles cascarones como el tren maya, dos bocas, un aeropuerto, una megafarmacia y la compra de una aerolínea sin que tengan futuro ni razón alguna de utilidad pública y ser un atascadero de corrupción en el que chapotea el presidente, su familia compadres, amigos y amplio sector de su gabinete.
En fin, vean lo que está en juego en la próxima elección y por lo pronto, crece el escándalo por las revelaciones sobre los vínculos del presidente con cartel de la droga, sin que argucias como resucitar el caso Colosio distraigan al respetable de la simplista y vulgaridad en que López Obrador convirtió el ejercicio de gobierno.
En asuntos más terrenales, excelente la comparecencia el viernes pasado de Blanca Colosio Altamirano ante el ya legendario Grupo Madrugadores en Hermosillo, en donde además de describir su perfil como mujer sonorense de pura cepa, resumió en pocas palabras su objetivo de vida, como presidenta de la Fundación Colosio y como Secretaria General del PRI capitalino: ser útil a la gente.
Natalia Rivera.
Con el tema Derechos e Intereses de la Gente, la de tan ilustre y espetado apellido paterno ofreció amplia e informada exposición de los compromisos que deberían mover a quienes desde partidos políticos despliegan su activismo no solo para simplemente conseguir una candidatura o ascensos partidistas, sino de origen trabajar en la sociedad en conjunto emprender acciones para elevar la calidad de vida y el bienestar de la gente.
Muy documentada y estructurada la exposición de Colosio Altamirano ante la heterogénea integración ciudadana del grupo coordinado en Hermosillo por Héctor Javier Pérez; un altero así de reflexiones sobre derechos humanos, la responsabilidad de entidades públicas de respetarlos resolviendo la problemática comunitaria, y en fin mucho de qué escribir a casa dejó esta mujer a quien no por nada perfilan como posible abanderada a una diputación local con cabecera en Hermosillo.
Ya abundaremos al respecto, porque por otra parte, en una tertulia entre amigos en este puente constitucionalista se diseccionó a se hizo pedazos a la actual legislatura estatal, a partir de que según esto, la mayoría pretende ir por la reelección, agarrados del clavito que les puso el gobernador Alfonso Durazo Montaño de que si ven sus nombres en una boleta vean por ellos, porque ni las manos metieron cuando cedieron casi la mitad de su presupuesto anual para que el gobierno implementara el programa de becas más ambicioso de la historia.
La mera neta que de no ser de tres o máximo cuatro integrantes de la actual representación popular sonorense, esta fuera peor que la pasada, y ya con nombres y apellidos, de no ser por Natalia Rivera, Jacobo Mendoza y Fermín Trujillo y alguno más por ahí, las cosas podrían ser más patéticas.
Ella y ellos dan decoro a un entorno mediocre y ya desde la perspectiva de grupos parlamentarios, Movimiento Ciudadano la libra, porque el del PAN con Alejandra López Noriega se quedaron en connato y el resto carece de voz y opiniones propias; saltimbanquis oportunistas y convenencieros o simplemente ocupando un lugar en el espacio para aprobar o rechazar lo que les indiquen.
Es de esperarse que el electorado vote con mejor tino el 2 de junio y de esa forma el poder legislativo restituya la dignidad y ejerzan la representación de la gente, de los sonorenses, no la del gobernador ni la de sus partidos, para de esa forma cerrarle el paso a la arrogancia, a las decisiones autoritarias de una señora cara de vinagrillo; a las ocurrencias y disparates de una chica snob; al radicalismo atolizado de otra, a las limitaciones intelectuales de bastantes, a la insolente corrupción de una y al oportunismo y holgazanería de la mayoría.
