La psicosis afectiva es un grupo de trastornos mentales en los que los síntomas psicóticos, como alucinaciones o delirios, se acompañan de un trastorno del ánimo. Por suerte, las investigaciones siguen sus pasos de cerca
En España, la psicosis afectiva, que incluye patologías mentales como el trastorno bipolar y la depresión psicótica, afecta a una parte significativa de la población. Se trata de un término que hace referencia a un grupo de trastornos en los que, los síntomas psicóticos se presentan junto con un trastorno significativo del estado de ánimo, como la depresión o la manía.
La psicosis afectiva, en vista de su complejidad, requiere de un tratamiento multimodal que implica la combinación de farmacoterapia y psicoterapia. La ciencia, que le sigue los pasos muy de cerca con numerosos estudios e investigaciones, acaba de descubrir tras un ensayo clínico la presunta efectividad de un medicamento y su efecto beneficioso como estabilizador del ánimo.
Para analizar más de cerca este problema de salud mental multifactorial, sus consecuencias, y los tratamientos en marcha, hemos entrevistado a la psicóloga Lara Ferreiro.
¿Cómo detectar que alguien padece psicosis afectiva?
Como comienza explicándonos la psicóloga Ferreiro, los síntomas más evidentes tienen que ver con los delirios y las alucinaciones que padecen los pacientes. “En cuanto a los delirios, son creencias falsas que no se basan en la realidad y que a menudo están relacionadas con el estado de ánimo del individuo. Por ejemplo, una persona con depresión severa podría tener delirios de culpa o inutilidad”.
Las alucinaciones “son experiencias sensoriales que no tienen base en la realidad, como podría ser oír voces que otros no oyen o ver cosas que no están presentes en la realidad”.
Pero es que después están los síntomas del estado de ánimo, que pueden incluir episodios maníacos o depresivos. “Los primeros hacen referencia a un estado de ánimo excesivamente elevado, eufórico o irritable, acompañado de aumento de energía, actividad, y comportamientos impulsivos”.
Por lo que hace referencia a los episodios depresivos, los afectados muestran “un estado de ánimo persistentemente triste o vacío, pérdida de interés en actividades que antes eran placenteras, y síntomas físicos como cambios en el apetito y el sueño”.
El sufrimiento que provoca esta patología mental
Las personas con psicosis afectiva a menudo sienten que están atrapadas en un ciclo de emociones extremas y confusas. La combinación de síntomas psicóticos y alteraciones en el estado de ánimo puede llevar a una experiencia intensa de disconformidad, desorientación y angustia. La falta de contacto con la realidad y el dolor emocional significativo pueden hacer que el manejo de la vida diaria y las relaciones interpersonales sea muy difícil.
El sufrimiento de una persona con psicosis afectiva es profundo y multifacético. Los episodios pueden ser altamente disruptivos y desafiantes, afectando su capacidad para funcionar en la vida cotidiana y causando un dolor significativo. La intervención médica adecuada, incluyendo el uso de medicamentos y terapia, es crucial para ayudar a las personas a manejar sus síntomas, mejorar su calidad de vida y recuperar el equilibrio emocional y funcional.
Así se trataba hasta ahora la psicosis afectiva
El tratamiento de la psicosis afectiva suele ser multimodal e implica una combinación de farmacoterapia y psicoterapia. Entre sus formas más habituales de atajarla y controlarla, Lara Ferreiro nos habla de “estabilizadores del estado de ánimo, que son medicamentos como el litio y ciertos anticonvulsivos pueden ser efectivos para estabilizar el estado de ánimo en el trastorno bipolar”.
Otro canal de ‘ataque’ tiene que ver con antidepresivos y antipsicóticos: “Los antidepresivos se utilizan para tratar la depresión, mientras que los antipsicóticos pueden ayudar a controlar los síntomas psicóticos. En algunos casos, una combinación de antipsicóticos y estabilizadores del estado de ánimo es necesaria”.
Una tercera ‘pata’ del tratamiento está en la terapia cognitivo-conductual (TCC), que “ayuda a las personas a comprender y cambiar patrones de pensamiento disfuncionales y a desarrollar habilidades de afrontamiento para manejar los síntomas. Luego está la psicoeducación, que consiste en educar a los pacientes y a sus familias sobre el trastorno, para mejorar la comprensión y el manejo del día a día”.
Para finalizar, la experta considera fundamental el apoyo psicosocial: “La ayuda de la familia y de otros grupos de apoyo puede ser fundamental para el manejo del trastorno, proporcionando un entorno comprensivo y recursos adicionales”.
La esperanza que abre el nuevo tratamiento descubierto
Los resultados de un nuevo ensayo clínico han demostrado que la clozapina puede ser un estabilizador del ánimo para estos pacientes. El trabajo lo han realizado Investigadores del Grupo TXP de la Universidad CEU Cardenal Herrera, con la participación de 27 pacientes con trastorno esquizoafectivo y sintomatología psicótica.
Estos científicos descubrieron el efecto de la clozapina como estabilizadora de ánimo, ya que se pudo apreciar en la reducción de los síntomas afectivos en las primeras semanas del estudio, por lo que se le podría dar también un uso para síntomas psicóticos, como las alucinaciones o las paranoias.
“Con este nuevo tratamiento de clozapina, se mejora la tolerabilidad del tratamiento del trastorno esquizoafectivo, de tal manera que para los pacientes reduce significativamente las posibilidades de abandonar el tratamiento. Además, la clozapina tiene pocos efectos secundarios en comparación con otros fármacos antipsicóticos”, explica Ferreira.
Efectos en el cerebro de la clozapina
En cuanto a los efectos positivos en el tratamiento de la psicosis afectiva de este nuevo medicamento, Lara Ferreiro habla de tres bloques importantes de actuación.
Por un lado, parece que reduciría los síntomas psicóticos. “La clozapina puede reducir eficazmente los síntomas psicóticos, como alucinaciones y delirios, al regular el equilibrio de neurotransmisores en el cerebro. Al bloquear los receptores D2 de dopamina en áreas como el sistema límbico, la clozapina ayuda a mitigar la hiperactividad dopaminérgica que contribuye a estos síntomas”.
En segundo lugar, se produciría una mejora en la función cognitiva. “En comparación con algunos otros antipsicóticos, la clozapina tiene un impacto relativamente menor en las funciones cognitivas, y en algunos casos, puede incluso mejorar ciertas áreas de la función cognitiva. Esto se debe a su perfil de receptor más amplio y equilibrado, que no interfiere tan negativamente con las funciones cognitivas”.
En cuanto al apoyo sobre el estado de ánimo, “la influencia de la clozapina sobre los receptores de serotonina puede ayudar a estabilizar el estado de ánimo y reducir síntomas depresivos que a menudo coexisten con trastornos psicóticos”.
Posibles daños colaterales de este nuevo medicamento
La experta, de la misma manera que habla de los beneficios que podría tener este nuevo descubrimiento de la ciencia, también enumera algunos de los mayores daños colaterales. El primero, tiene que ver con daños neurológicos. “El bloqueo de los receptores histamínicos H1 puede causar sedación y fatiga en algunos pacientes”.
Y añade: “Aunque menos comunes con la clozapina que con los antipsicóticos típicos, algunos pacientes pueden experimentar síntomas extrapiramidales, como temblores o rigidez muscular”.
En cuanto a efectos en el metabolismo, “la clozapina puede causar aumento de peso significativo y un mayor riesgo de diabetes tipo 2 debido a su impacto en el metabolismo y en la regulación del apetito”. También se ha descrito la posibilidad de que este medicamento aumente el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, incluyendo hipertensión y taquicardias.
Conclusiones de la experta sobre la enfermedad y su futuro
La clozapina es un antipsicótico atípico eficaz para el tratamiento de la esquizofrenia resistente al tratamiento y otros trastornos psicóticos graves. Su impacto en el cerebro es multifacético, afectando diversos neurotransmisores y receptores para reducir los síntomas psicóticos y, en algunos casos, mejorar la función cognitiva y el estado de ánimo.
Sin embargo, su uso requiere una vigilancia cuidadosa debido a sus posibles efectos secundarios, que incluyen riesgos como agranulocitosis y efectos metabólicos. La supervisión regular y la gestión adecuada de estos riesgos son esenciales para maximizar los beneficios de la clozapina mientras se minimizan los efectos adversos.
Datos de la psicosis afectiva en España
Aunque los datos específicos pueden variar con el tiempo y según la fuente, compartimos un resumen de algunos porcentajes y datos curiosos relevantes sobre estos trastornos en el contexto español.
En cuanto al trastorno bipolar, “se estima que afecta aproximadamente al 1-2 por ciento de la población española. Esta cifra se basa en estudios epidemiológicos y datos de registros clínicos. El trastorno bipolar generalmente se manifiesta en la adolescencia o en la adultez temprana. Aproximadamente la mitad de los casos comienzan antes de los 25 años. Con respecto al sexo, afecta a hombres y mujeres por igual”.
En referencia al trastorno depresivo mayor con síntomas psicóticos, “la prevalencia de la depresión mayor con características psicóticas es menor que la del trastorno bipolar, pero sigue siendo significativa. Se estima que alrededor del 10-20 por ciento de las personas con trastorno depresivo mayor pueden experimentar síntomas psicóticos”.
En la población con trastorno depresivo mayor, “los episodios psicóticos pueden aparecer en menos del 10 por ciento de los casos, generalmente en formas severas de la enfermedad”.
Fuente: 20minutos.es