Aunque debido a su estado de conservación no se hayan podido extraer restos todavía a la superficie, este hallazgo es prometedor
Un equipo de investigadores noruegos ha hallado en el lago Mjøsa, el más grande de Noruega, los restos de un naufragio que podrían tener más de 700 años. El descubrimiento se realizó a más de 400 metros de profundidad, en una expedición que originalmente buscaba municiones descartadas entre 1940 y 1970. Sin embargo, las señales de sonar revelaron la existencia de un antiguo barco, ahora centro de atención científica.
Este naufragio, ubicado en un ambiente de agua dulce, está notablemente bien conservado gracias a la ausencia de organismos como las polillas marinas que degradan la madera en entornos salinos. Las imágenes sugieren que podría tratarse de un føringsbåt, una embarcación local usada históricamente para transportar carga y pasajeros. Aunque las condiciones climáticas impidieron recolectar muestras de madera, se espera lograrlo el próximo año.
El barco, parcialmente enterrado bajo sedimentos, podría pertenecer a un periodo entre los siglos XIII y XIX. La construcción tipo “clinker”, con tablas superpuestas, era común desde la Era Vikinga hasta el siglo XIX. No obstante, determinar su edad exacta es un desafío sin analizar la madera, ya que su estado de preservación dificulta estimar su antigüedad solo por el deterioro.
La profundidad del naufragio, cercana a medio kilómetro, presenta retos técnicos como duración de baterías y condiciones meteorológicas adversas. A pesar de esto, los avances recientes permiten tomar imágenes más detalladas. Arne Julsrud Berg, del Museo de Mjøsa, confía en que pronto se podrán reconstruir planos precisos del barco, documentando su diseño original y aportando claridad sobre su historia.
El naufragio es uno de los hallazgos más relevantes en el lago Mjøsa, donde se han localizado embarcaciones desde el siglo XVIII. Sin embargo, este es el más antiguo y científicamente interesante hasta ahora. Según los expertos, la posibilidad de que sea una embarcación vikinga añade un atractivo especial, pero aún es prematuro confirmar su origen exacto sin un análisis detallado.
La clasificación del hallazgo también es motivo de debate. Aunque se ha referido como un naufragio, la embarcación mide aproximadamente 10 metros, lo que la califica más como un bote grande que como un barco, según estándares tradicionales. Esto refuerza la necesidad de una evaluación exhaustiva para comprender su contexto histórico y funcionalidad.
Este emocionante descubrimiento reaviva el interés por la historia marítima del lago Mjøsa, que fue una importante vía de transporte desde tiempos remotos. Las investigaciones futuras, con mejores condiciones y tecnología avanzada, prometen revelar más detalles sobre esta embarcación y su época, conectando a los investigadores con el pasado de la región.