La NASA ha documentado el proceso de desintegración del iceberg A-23A, considerado el más grande del mundo, que tras más de tres décadas encallado en el mar de Weddell, en la Antártida, ha comenzado a desplazarse y fragmentarse rápidamente.

Este gigantesco bloque de hielo se desprendió originalmente en 1986 de la plataforma de hielo Filchner. Durante casi 30 años permaneció inmóvil en el mar de Weddell, hasta que en 2023 comenzó a desplazarse lentamente hacia el norte, cruzando el hostil Pasaje de Drake en el océano Austral.
A finales de 2024, el A-23A se aproximó a la isla Georgia del Sur, en el Atlántico Sur, y para marzo de 2025 encalló a unos 100 kilómetros de su costa. Desde entonces, ha iniciado un proceso de desintegración acelerada.
La NASA reporta que entre marzo y mayo de 2025, el iceberg perdió más de 360 kilómetros cuadrados de su superficie, una señal del impacto que el cambio climático y las corrientes oceánicas están teniendo sobre las masas de hielo polar.
Este fenómeno es monitoreado de cerca por científicos, ya que su evolución podría tener efectos importantes en los ecosistemas marinos y en la navegación en la región del Atlántico Sur.