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Que en Hermosillo el PRI se prepara para ir por el carro completo, aseguró el dirigente municipal de ese partido, Edgardo Briceño, entendiendo por el carro completo: la alcaldía, las seis diputaciones locales y las dos federales. Y su declaración desató polémica.

La expectativa, sin embargo no es del todo descabellada. El adversario que históricamente le había presentado batalla al tricolor en esta capital, el PAN (que en las últimas siete de esas batallas le ganó cinco), presenta un desplome impresionante en las preferencias electorales y una seria desarticulación producto de sus conflictos internos que se han traducido en renuncias, desprendimientos y fisuras.

Su candidata a la alcaldía, Myrna Rea no ha logrado conectar con el electorado y sus candidatos a diputados locales y federales son en algunos casos, desconocidos y en otros, demasiado conocidos pero por su mala fama, como lo puede ilustrar Javier Neblina.

Luis Serrato como candidato a diputado federal, y Edmundo García y el Güero Nieves a las locales, son de los más conocidos, acreditan experiencia en campañas y ya han pasado por cargos legislativos, por lo que pueden resultar competitivos, aunque habría que calibrar el peso de la carga que llevan a cuestas, el de Padrés y el de la marca PAN, que pasa por uno de sus peores momentos.

Por otro lado, la principal fuerza emergente ha mostrado un crecimiento impresionante en la intención del voto, metiéndose de lleno en la pelea por la alcaldía. Nos referimos desde luego, a Morena que, empero, tendría que hacer una proeza épica en términos de resultados electorales, ya que en la pasada elección obtuvo 5 mil 800 votos en una plaza donde el triunfo se decide con una cifra superior a los 120 mil sufragios.

El gran enigma en todo caso es saber si esa intención de voto se traduce, efectivamente en votos, o se queda en casa a rumiar su descontento ante la falta de una estructura que trabaje el día de la elección llevando a la gente a las urnas masivamente, algo que hasta la elección pasada definitivamente no tenía.

Célida López está resultando una sorpresa, no por sí misma, sino por el efecto de la ola Peje, y ya comienza a recibir críticas por su condición muy reciente como una de las principales defensoras del padrecismo, a cuya profesión de fe no ha renunciado. Aun así aparece en las encuestas en el segundo lugar después de El Pato de Lucas, aunque en días pasados su equipo hizo circular una encuesta en la que aparece en algunos reactivos, en empate técnico con el puntero.

Esas no son malas noticias para el Pato, que se sabe respaldado por un partido con la maquinaria bien aceitada, pero sí lo son para el PAN que parece irremediablemente mandado a la tercera posición por primera vez en su historia, y lo peor, a manos de una de las suyas.

Morena no tiene, tampoco, un line up de candidatos a las diputaciones, para presumir. En su mayoría son personajes desconocidos en la escena política, o con presencia muy focalizada en sectores reducidos de la población. Quizá la más posicionada y con experiencia es Lorenia Valles, candidata a diputada federal por el distrito 03, que en estos días ha estado recorriendo colonias, visitando establecimientos comerciales y sosteniendo reuniones vecinales, así como desarrollando un interesante trabajo en redes sociales.

En general, todos le están apostando a la intención del voto por la marca, pero si no la refuerzan con trabajo de tierra como lo está haciendo Lorenia, pueden aspirar a competir y a sumarle votos a la coalición, pero no a ganar.

Por otro lado, los candidatos del tricolor son en su mayoría, hombres y mujeres con experiencia legislativa y de gobierno, así como en campañas electorales; todos también, bajo el “paraguas” del trabajo que ha hecho la gobernadora Claudia Pavlovich y que se acredita en su posicionamiento entre los tres mejores gobernadores del país.

En otros municipios y distritos se viven realidades distintas y en varios de ellos se esperan sorpresas, pero en Hermosillo el PRI aparece bien blindado, con candidatos competitivos, con el respaldo de un buen trabajo en el gobierno municipal que encabezó el Maloro Acosta, a quien le tocó bailar con la más fea al recibir una ciudad destrozada, y con mucho menos recursos que sus antecesores pudo sacar la chamba en prácticamente todas las áreas del gobierno.

Dejó pendiente asignaturas en el tema de la seguridad pública, que por cierto es uno de los principales ejes de la campaña que ha perfilado El Pato como prioridad.

Se espera, entonces, que las fuerzas emergentes como Morena y en menor medida Movimiento Ciudadano crezcan significativamente en su captación de votos, pero a menos que se presenten sorpresas, no les alcanzarán para alzarse con triunfos en Hermosillo. Veremos qué sucede.

II

La anterior huelga que estalló el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad de Sonora (STEUS) fue en 2014. Durante 68 días paralizaron las labores en la Máxima Casa de Estudios.

Los resultados no sólo fueron desastrosos para las actividades sustantivas de la Unison (docencia, investigación y extensión de la cultura), sino para el propio sindicato, que tuvo que levantar la huelga sin conseguir una sola de las demandas que la motivaron, y además sin el pago de salarios caídos. El fracaso fue tan estrepitoso, que después de la huelga, se le abrió un proceso de expulsión a la dirigente sindical, Dorotea Rascón, de quien por cierto, como Camelia La Texana no se ha vuelto a saber nada.

Ayer un juez federal negó el amparo solicitado por el STEUS ante la declaratoria de ilegalidad de la huelga, y teóricamente ésta tendría que ser levantada, a menos que en la asamblea sindical que se llevará a cabo este jueves, los trabajadores y empleados decidan mantenerla en lo que sigue el litigio en tribunales.

No hay un buen ambiente entre la comunidad universitaria a propósito de esta huelga. Profesores y estudiantes no están, mayoritariamente, a favor. Las autoridades hicieron los ofrecimientos que el presupuesto les permite hasta estirar al máximo la liga, pero no convencieron a los sindicalistas.

En vísperas de las elecciones, es natural que se atice el conflicto para ganar espacios mediáticos, pero la apuesta parece equivocada. Es decir, el voto duro de la izquierda universitaria puede permanecer inmutable y no aportarle nada más a los candidatos de Morena, aunque sí puede restarle muchos votos en la comunidad universitaria, pero sobre todo en la sociedad civil, que no ve con buenos ojos la paralización de labores en la Máxima Casa de Estudios.

Pero bueno, hay un ala dura en el STEUS que se mantiene firme a favor de la huelga y sostiene que la ilegalidad de la misma es “un borrego de la prensa oficial” y con ello anticipa que el paro pudiera prolongarse indefinidamente. También hay un segmento importante que votó en contra de la huelga y ante la declaratoria de ilegalidad, podría aumentar a la luz del recuerdo de lo sucedido en 2014.

Veremos cuál es la decisión que se tome en la asamblea este día.

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