Fue de esas amistades tardías, de esas que se fraguan muy lentamente con el paso del tiempo y se consolidan por coincidencias que se traducen en compromisos comunes, para en efecto, asegurar que Adalberto Rosas López fue amigo de este reportero y de este espacio editorial.
Con razón habrá quienes menosprecien dicha circunstancia, subestimen los resultantes del afecto que cubrió al menos 10 años de nuestra interacción con quien este viernes cumple dos años de su fallecimiento y dejado un gran vacío en el ámbito de los liderazgos ciudadanos de esta entidad.
“La vida es una historia de sueños, que la muerte interrumpe, pero no los puede matar”, escribió quien creemos fue el más cercano de los amigos de “El Pelón”, Alberto Vizcarra, a quien parafraseamos porque conlleva de forma implícita, el compromiso de mantener vivos esos sueños por los que tanto batalló el bragado cajemense.
A Rosas López lo conocimos y comenzamos a tratar cuando en calidad de exalcalde de Cajeme, sostenía fuerte litigio con el entonces gobernador Samuel Ocaña y construía su candidatura a la gubernatura como militante del PAN.
Fueron memorables esos zipizapes mediáticos que lo posicionaron como adversario de cuidado en la elección de 1985, la cual se definió en favor de Rodolfo Félix Valdés, sin que faltaran las versiones respecto a que ese resultado había sido un robo.
Luego fue diputado local, sin que tal posición le representara gran cosa e incluso lo percibíamos desencantado frente a la inocuidad legislativa frente al avasallante Poder Ejecutivo, para luego mantenerse como militante del PAN, aunque nunca interesado en alguna posición en la dirigencia de ese partido, de donde se sabe, salió defenestrado y como víctima de un blanquiazul copado por intereses empresariales y componendas entre factores del poder del Estado priista y panista.
Intentó ser candidato a la presidencia de la república; fundó un partido político y hasta escribió un libro, para a fin de cuentas, ya desencantado de los partidos políticos y de la partidocracia, entrar en la etapa más fructífera de su vida como líder social y así constituirse en factor de opinión importante en la diversa problemática del Estado.
Fundamental su participación en la lucha en contra del autoritarismo y corruptelas de Guillermo Padrés y la construcción del acueducto El Novillo, presencia que permitió la suma de lo más variado de la representación ciudadana del sur del estado y de la tribu yaqui.
Para esas fechas ya manteníamos una relación de amistad frecuente, vínculo que se fortaleció y se mantuvo hasta su muerte, tocándonos aquella declaración suya por allá en febrero del 2010: “llegaron hambreados”, acompañada de datos que mostraban el manoteo indecente que perpetraba la pandilla padrecista contra el erario y la arrogancia y la soberbia en la toma de decisiones.
Por supuesto que era la fuente de información primaria obligada en el seguimiento a los litigios en contra del acueducto, promovidos por los sectores perjudicados, recurrencia que derivaba en que nos acusara de que elevábamos el raiting de nuestros espacios editoriales a sus costillas.
Carrilludo, irreverente, franco y muy pragmático tratándose en defender derechos sociales, “El Pelón” no le arredraba construir alianzas con entes de gobierno si estas se traducían en beneficios para la gente, como fue el caso con la ahora gobernadora Claudia Pavlovich, quien como candidata tuvo su respaldo, junto a otros personajes del sur de Sonora cercanos al PAN.
Por cierto, recordamos cuando al término de aquel debate entre candidatos a la gubernatura llevado a cabo en Ciudad Obregón, íbamos de raite rumbo al hotel en el vehículo conducido por Javier Castelo Parada y como pasajero Rosas López, cuando a nuestro celular entró una llamada de Héctor Castro Gallegos, con la pretensión de alardear de sus estupideces que por encargo le dio el PAN para golpear a la candidata del PRI a lo largo de dicho encuentro.
“El Güero” Castro, al recibir severa maltratada de parte nuestra y decirle que teníamos a Adalberto al lado, nos pidió hablar con él y al consultarlo sobre dicha solicitud, nuestro amigo espetó: “No, dile que me da asco”, en tono lo bastante alto para que el del otro lado de la línea lo escuchara, y por supuesto el orate tuvo a bien no insistir.
Así era quien hace dos años partió de forma sorpresiva y valgan estas pocas líneas de Entretelones para recordarlo y mantenerlo vigente en el imaginario popular, mientras surge por ahí algún sucesor que llene esos zapatones en el liderazgo social sonorense.
Por lo demás, Por supuesto que el dirigente estatal del PAN, Ernesto Munro sabe de qué habla al referirse a los efectos políticos que sufre MORENA por los problemas judiciales y detención en Estados Unidos del ahora alcalde con licencia de Bacum, Rogelio Aboyte Limón.
También se entiende su comprensión, apoyo e incluso tristeza, de quien como secretario de Seguridad Pública Estatal, tuvo que apechugar los avatares de su compañero de partido, el PAN, Arturo Reyes Trujillo, quien como alcalde electo de Fronteras y a pocos días de asumir el cargo, fue detenido con fines de extradición y ahora purga una condena de casi 22 años de cárcel por conspirar para poseer y distribuir cocaína y lavado de dinero.
Así como en aquella ocasión, en esta también son fregaderas que los partidos políticos sean tan irresponsables como para que se les infiltren y hasta sean candidatos sujetos de tal catadura, ya que de plano resulta increíble que hayan pasado desapercibidos hechos evidentes de la pudrición que arrastraban y que soslayaron a punta de billetes.
Mientras tanto, siguen apareciendo omisiones presupuestales para el gasto federal de este año, toda vez que a la desaparición del programa de jornaleros agrícolas y del programa de empleo temporal, se agrega la reducción del 50 por ciento de los recursos para la operación de estancias infantiles a cargo de la antes SEDESOL y como prestación al servicio de la clase trabajadora.
Además, no se han actualizado los convenios entre la ahora Secretaría de Bienestar Social con instancias infantiles particulares, por lo que por lo pronto, si esos padres y esas madres trabajadoras que dejan a sus hijos en esos establecimientos para poder ganarse el pan diario, deberán pagar por ese servicio con cargo a sus salarios.
Las estancias infantiles de la SEDESOL en Sonora fue un logro conseguido por el entonces delegado, Gustavo de Unanue Galla, en atención a una propuesta de la comunicadora Juana María Olguín Tarín, quien en su espacio radiofónico de alta audiencia recibía cotidianas referencias sobre dicha necesidad, para aterrizar en la conformación de asociaciones de madres que operaban con el apoyo de la dependencia, estancias de cuidado infantil en domicilios particulares, estimándose una población atendida de casi ocho mil infantes.
Pues sabe cómo le irán hacer a partir de la abusiva reducción presupuestal, porque en el caso de los jornaleros agrícolas y sus familias como el primer eslabón y el más débil de la cadena productiva en el sector rural, nada se ha dicho para subsanar dicha omisión, que en el caso del programa de empleo temporal, los productores deberán entrar al quite luego que las recientes heladas siniestraron extensos cultivos de legumbres y hortalizas.
Y de plano salió ladina la alcaldesa de Hermosillo, Célida López Cárdenas, al pasarse por el arco del triunfo una disposición de elemental sentido común como la que se aprobó durante la gestión de Ernesto Gándara Camou en la presidencia municipal capitalina, con el fin de no utilizar colores partidistas en la documentación oficial ni en el parque vehicular de servicios a cargo de la comuna.
El argumento de que las unidades recolectoras de basura pintarrajeadas de lila similar al logo de MORENA porque se trata de donaciones, es una treta mañosa que va en contra de la exigencia de que los partidos no lucren de acciones de instancias de gobierno ni de sus recursos, que al fin y al cabo están para servir a todos los ciudadanos.
Ofende la inteligencia de la gente esa marrullería, pero como la impunidad es la norma, por supuesto que la argucia prevalecerá, sin descartar que se extienda en otros ámbitos, incongruencia evidente frente a la ancestral demanda de los ahora morenistas que renegaban de aquel azul podrido que imponían en todo las administraciones panistas o el rojo que hasta 1997 usaban los del PRI.
