Demasiados ‘daños colaterales’

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La cuenta de personas inocentes heridas o muertas en episodios de violencia que les son ajenos sigue creciendo. 
La normalización del morbo y la sorpresa en la cotidiana revisión de las noticias va de la mano con la normalización del recuento diario de asesinatos y hechos de sangre protagonizados por miembros del crimen organizado.
El fenómeno no es nuevo, pero se ha recrudecido en los últimos años: en Empalme una madre y su hijo de siete años, así como un hombre adulto fallecieron cuando un grupo armado incendió su vivienda en septiembre del año pasado; en julio de este año, un comando tiroteó a una familia que viajaba en un vehículo: el saldo, tres personas muertas, entre ellas una niña de nueve años, en Guaymas.
En Cajeme, hace unos diez días, un joven de 16 años resultó con un balazo en la espalda, al quedar en medio de una balacera que terminó con la vida de dos hombres, en lo que parece otro ajuste de cuentas por drogas.
Ayer, una pareja perdió la vida cuando se encontraba dentro de su auto, en la caseta de cobro de la salida norte de Hermosillo. También estaban en el lugar y el momento equivocado. 
Un auto a gran velocidad, en el que un hombre huía de las balas que le disparaban desde otro auto, los impactó por detrás matándolos instantáneamente.
Estos son casos representativos de un recuento trágico mucho mayor, y que puede seguir creciendo porque los criminales están actuando a sus anchas, con absoluta libertad, sin miedo a la autoridad, a cualquier hora del día y en cualquier lugar, sin importar el derramamiento de sangre inocente.
Urge, en verdad urge que las autoridades de los tres niveles de gobierno hagan algo para evitar más muertes de hombres, niños y mujeres que no merecen un epitafio como ‘daños colaterales’.
II
El ex dirigente estatal del PRD, Miguel Ángel Armenta hizo circular ayer una fotografía en la que aparece flanqueando a Ernesto “El Borrego” Gándara, junto Gilberto Gutiérrez Sánchez y David Galván Cázares, también ex dirigentes estatales pero del PRI y el PAN, respectivamente.
La imagen tuvo la obvia intención de mostrar que, tras la aprobación primero de la dirigencia nacional del PRD y luego la del PAN para avanzar en una coalición opositora en más de la mitad de los distritos federales y en algunos estados entre los que se cuenta Sonora, aquí ésta es prácticamente un hecho.
Y sí. Ayer se dieron a conocer algunos avances en cuanto a los términos y condiciones del convenio de coalición, según los cuales ya se comienza a determinar en qué distritos (locales y federales) y ayuntamientos sería tal o cual partido el que postule candidatos y candidatas.
Faltaría ponerle nombres y apellidos, pero lo que es un hecho es que el único consenso hasta hoy es que el candidato común a la gubernatura sería “El Borrego” Gándara.
Este punto es importante, porque uno de los principales cuestionamientos que ha recibido esta alianza tiene que ver con la eventual fragilidad de un acuerdo de cúpulas y la necesaria alianza con la sociedad civil.
Pero en este punto debe considerarse que Ernesto Gándara tiene más de diez años trabajando en ello, recorriendo el estado desde que fue dos veces precandidato a la gubernatura; en su campaña por la alcaldía de Hermosillo y en la de senador. Puede decirse que es el único aspirante que durante todo ese tiempo ha construido una estructura territorial en todos los municipios del estado. Este dato no es irrelevante.
Sonora, junto con Nuevo León, Querétaro y Sinaloa, es uno de los estados donde las proyecciones indican que Morena no la tiene fácil. De hecho, aquí El Borrego aparece desde hace mucho en un empate técnico con Alfonso Durazo, sin que empiecen las campañas. 
Ya veremos, una vez abiertas oficialmente las hostilidades, cómo se mueven los números.
Subrayo lo de ‘oficialmente’, porque en los hechos, las hostilidades ya comenzaron y las redes sociales están pletóricas de mensajes proselitistas y sobre todo, de campañas negras y patadas debajo de la mesa.
Recientemente circuló un video en el que se muestra al precandidato de Morena llegando al aeropuerto de Hermosillo, donde fue recibido por una decena de guaruras y abordando una lujosa camioneta blindada.
El video generó muchos comentarios por el despliegue de seguridad con que se mueve el de Bavispe, pero en justicia, debe apuntarse que no puede ser de otra forma pues el cargo que ocupó antes de regresar a Sonora obliga a ese tipo de precauciones.
Lo que hizo más ruido, y así me lo comentaron varias amigas que desde su feminismo se identifican con el ala progresista y no pocas con la 4T, fue esa muchacha que, solícita y presurosa, acude con un spray en la mano para rociarlo de sanitizante antes de abordar la Suburban blindada.
La escena, me dicen, “les picó los ojos” porque proyecta la verdadera concepción sobre el papel de la mujer en la política: subordinación, papeles irrelevantes y hasta cierto aire de servidumbre. Bien podría, el precandidato, darle esa chambita a uno de los varios talegones que usualmente le acompañan. En fin.
III
Mucho ruido se hizo también con el anuncio en la mañanera de ayer, de que Tatiana Clouthier ocupará la secretaría de Economía federal, como parte de los cambios informados por el presidente de la República.
Creo que la “Tía Tatis”, como le llaman sus cercanos pasará a ser un florero más en el invernadero del gabinete y como enlace con el sector empresarial correrá la misma suerte que Alfonso Romo.
Me parece más relevante el destino de Graciela Márquez Colín, que ocupaba ese encargo, a la Junta de Gobierno del Inegi, instituto que se estaba convirtiendo en una verdadera piedra en el zapato del presidente al publicitar el resultado de sus estudios que revelan una catástrofe: 12 millones de mexicanos que perdieron sus ingresos y más de un millón de pequeñas empresas quebradas durante la pandemia, por ejemplo.
Con Márquez Colín, lo más probable es que el Inegi pase a ser el INOD: Instituto Nacional de los Otros Datos.
Otro de los cambios anunciados por López Obrador es el de Elvira Concheiro como nueva tesorera de la federación. La señora es una destacada socióloga, comunista de hueso colorado, experta en marxismo, con una tesis de doctorado alusiva a la concepción y práctica del partido, de Marx y Engels; una tesis de maestría titulada “Las fracciones de la gran burguesía” y una muy amplia producción sobre temas relacionados con el socialismo y el comunismo en el mundo y en la historia.
Todo eso está muy bien, pero la Tesorería de la federación no parece ser el campo más idóneo para una socióloga comunista, sin experiencia en temas financieros, administrativos y altamente exigente en asuntos prácticos de la economía global.
Su nombramiento me hizo recordar aquel viejo chiste sobre el nombramiento de Ernesto “Ché” Guevara como presidente del Banco Nacional de Cuba.
El chiste dice que al triunfo de la revolución cubana, Fidel Castro se reunió con su comité central para designar a los titulares de las diferentes posiciones en su gobierno. Llegado el turno de nombrar al presidente del Banco Nacional, preguntó a los allí reunidos: ¿Quién es economista?
Y el Ché levantó la mano. 
Pues tú vas a ser, le dijo.
¿Voy a ser qué?, preguntó el médico argentino.
Presidente del Banco Nacional de Cuba, le respondió Fidel.
Pero yo no sé nada de economía, reviró Guevara.
¿Y por qué levantaste la mano?, preguntó Fidel.
Es que yo pensé que había preguntado ¿quién es comunista?, y pues yo sí soy.
Y así fue como la firma del guerrillero apareció un buen tiempo en los billetes cubanos.
En fin, todo es un chiste.
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