Se cumplen 28 años de la muerte de una leyenda del periodismo en Sonora: Jesús Corral Ruiz.-

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Se cumplen 28 años de la muerte de una leyenda del periodismo en Sonora: Jesús Corral Ruiz.- Y 5 años en que el fundador de la Biblioteca Pública Municipal, Ramón Íñiguez Franco, trascendió el horizonte del Valle del Yaqui… 

Bernardo Elenes Habas

Don Jesús Corral Ruiz, hacedor de esa barca de tinta y papel que aún navega con diferente timonel –Diario del Yaqui-, murió un 3 de diciembre de 1993. Y un 4 de diciembre pero con 23 años de distancia -2016-, trascendió la vida y sus sueños, el fundador de la Biblioteca Pública Municipal, Ramón Íñiguez Franco.

La mañana del viernes 3 de diciembre de 1993, era sombría.

El frío, aleteaba fuerte sobre el Valle del Yaqui, como pocas veces sucede.

Ese día, había llegado temprano a la Redacción del Diario, porque le daba seguimiento, como reportero, a la invasión de predios urbanos por solicitantes de lotes, al sur de la ciudad, en el área del ejido El Rodeo. Era alcalde Faustino Félix Escalante y gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones.

Encontré a Olivia Torres, la recepcionista, llorando. Había desconcierto al interior de la que era, desde hacía muchos años, mi casa de trabajo.

-¡Don Jesús se dio un balazo! –me dijo.

Recibí una llamada de Gilberto Márquez, director del periódico en ese tiempo, confirmándome los hechos.

A partir de ese momento, algo se derrumbó en mi interior. Tenía un gran aprecio por don Jesús, debido a su cercanía, su amistad, sus enseñanzas.

Los signos dramáticos con que iniciaba ese diciembre de hace 28 años, me decían que ya no sería lo mismo. Que haría falta el horcón de en medio para sostener la ramada colectiva en que había convertido su periódico.

El tiempo fue puntual con sus respuestas. El rumbo liberal y juarista del Diario, cambió a los pocos años, porque pasados los sexenios de Manlio Fabio Beltrones, Armando López Nogales y Eduardo Bours Castelo, cayó en los brazos de Guillermo Padrés Elías.

Y desde el miércoles 27 de diciembre de 2017, inició una etapa diferente para el Diario, con nuevos propietarios, pues sus instalaciones y su legado histórico había sido vendido por sus sucesores… 

Hace 28 años, pues, murió Jesús Corral Ruiz. Periodista visionario, hombre de su tiempo que supo forjar escuela digna de su profesión, y con quien una gran cantidad de periodistas sonorenses (muchos han ido apagándose en el río de la vida), tenemos deuda de gratitud. 

Lo conocí muy bien, fue mi Maestro, fui su amigo.

Aprendí a recorrer junto con él -con Jesús Corral Ruiz-, los caminos del periodismo. Pero también de la literatura, de la amistad, de la lealtad sin límites. Valores que cultivaba y resaltaba en las reuniones bohemias, donde predominaba la buena charla, el buen vino, y la música fina que se deslizaba, siempre, como fondo agradable de las tertulias, luego de las esforzadas tareas en la sala de redacción del Diario. 

Las convivencias que organizaba el Maestro, no era tiempo perdido. Siempre había en ellas una enseñanza noble para quienes formábamos parte de esa asamblea de conciencias hermanas. Incluso, se repasaban pasajes de la historia de Cajeme y de México, donde se volvía evidente la pasión del periodista por la vida de Juárez, el Benemérito; pero también, se emocionaba con el estallido revolucionario de 1910, mismo que tuvo como bandera la búsqueda de la justicia social, y que, finalmente, propósitos tan generosos fueron truncados hasta llevar al pueblo por senderos de ignominia, como explicaba.

La literatura, especialmente en sus géneros de poesía y narrativa, se constituían en tema recurrente sobre las mesas de trabajo que improvisaba, donde brotaban madrigales y sonetos, a los que se encargaban de imponerle su luz Jesús Antonio Salgado y Rigoberto Badilla, con los arpegios de las guitarras de Joaquín Verdugo de Antonio Fonseca; o bien, la melodía bella surgida del talento de Luis Montoya en su teclado.

En ese ambiente, irrumpían las voces privilegiadas del Chacho Barreras, Francisco Moreno Apodaca, Horacio Soto, María Constanza, quienes dejaban constancia de su arte como juglares de todos los tiempos…

Debo decir, también, en este memorial de amigos idos, que hace cinco años –diciembre 4 de 2016-, murió Ramón Íñiguez Franco. Periodista, escritor, poeta. Sin duda, un personaje singular en el universo que supo construir dentro de las actividades creativas y la promoción y difusión cultural.

La prodigiosa heredad para Cajeme, su gente, sus generaciones actuales y venideras, por parte de Ramón, son sus palabras. Sus poemas. Sus crónicas de caminos y distancia. Pero, esencialmente, obras perennes como la Biblioteca Pública “Jesús Corral Ruiz”, donde su visión, aunada a la de su compadre Rodolfo León Manzo, quien luego de ser consejero de la Junta de Progreso y Bienestar, fue alcalde de Cajeme (1973-1976), se constituyó en raigambre que hizo y hace brotar, día a día, las ramas de sus sueños.

Llegó al Valle del Yaqui, desde su natal Guadalajara, en 1968, con la juventud a flor de piel, ejerciendo su profesión de periodista. Enseguida tuvo a su cargo la Unidad Deportiva de la colonia Constitución. Luego, en 1973, fundó la Biblioteca, donde nació aquel Grupo Cultural Siglo XX, lleno de rebeldía y luz, en el que conjugábamos esperanzas culturales y sociales María Gloria Carbajal, Jesús Antonio Salgado, Rigoberto Badilla, Daniel Delgado Saldívar, Luis Alfonso Valenzuela, Ramón Cruz, Ricardo Nieblas, Antonio Fonseca, José Manuel Franco, Luis Alfonso Othón, Horacio Soto, entre muchos poetas, músicos y compositores, que forjamos el alma del recinto, con ciclos de lecturas de poesía, audiciones musicales, obras de teatro.

Coordinó, posteriormente, el trabajo editorial en el ITSON con la colección “Granos de trigo”; le dio forma y vigencia a los “Juegos Trigales del Valle del Yaqui”; le entregó en el 2008, el alcalde Francisco Villanueva Salazar, la presea de Ciudadano Distinguido de Cajeme, y llevaba en el pecho, como medalla luminosa, su amor por Sonora, por Cajeme, por Navojoa: espacio de nacimiento de su esposa, la poeta Magda Irma Palomares, con quien procreó una familia ejemplar.

Las páginas literarias de Diario del Yaqui, estaban revestidas de un singular esfuerzo y tradición.

El mismo Jesús Corral Ruiz, fundador de esa empresa periodística en 1942, procuró, siempre, un espacio para que la semilla de la poesía y la narrativa tuvieran parcela donde reventar en espigas luminosas.

Coordinando esa sección brillaron con luz propia el mismo don Jesús, Bartolomé Delgado de León (la etapa más trascendente, porque sumaban esfuerzos en los Domingos Literarios, integrantes del Grupo Cultural Ostimuri creado en 1953-54, como Miguel Sáinz López Negrete, Bartolomé, Carlos Moncada Ochoa, Juan Eulogio Guerra Aguiluz, Alberto Santana, Jesús Grijalva, Herón Padilla, José L. Guerra Aguiluz, Jorge Lara Castellanos, Héctor Navarrete Dondé, Jorge García Sánchez, Gabriel Amézaga, Humberto Rodríguez Durán, entre muchos oficiantes de la pluma, el pincel y el pentagrama), Héctor Mass Conant, José Escobar Zavala, Moisés Ortiz López.

Moisés, quien también se desempeñaba como reportero en el Diario, me entregó en 1983 los “Domingos Literarios”, mismos que resembré con nuevos diseños, bajo el título de “Taller de Literatura”. Surgieron más creadores que fortalecieron tan importante espacio de letras, sueños e ideas, hasta 1993, en que vino a mi relevo Ramón Iñiguez Franco con una nueva bandera: “Quehacer Cultural”, que dirigió hasta su muerte en el 2016.

Desgraciadamente este suplemento se extinguió junto con la muerte de Ramón, de la anatomía vital del Diario, al ser vendida la empresa fundada por don Jesús Corral Ruiz, en diciembre de 2017. Como también desapareció desde 1973 el suplemento “La Cultura en el Noroeste”, que comandaba Bartolomé Delgado de León, en Tribuna del Yaqui, dejando a escritores y poetas cajemenses, sin papel y tinta donde publicar y entregar sin egoísmos las obras literarias que acumulan en sus archivos o en el horizonte de su creatividad desbordada…

Le saludo, lector.

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