Poema de domingo.- En Cajeme, Sonora, sus dos periódicos principales, Diario del Yaqui y Tribuna, mantenían en tiempos pasados, espacios dominicales para la difusión del arte y la cultura: eran las llamadas páginas literarias.
El Diario lo hacía desde su fundación en 1942, debido a la vocación por la narrativa y la poesía de su propietario, Jesús Corral Ruiz, quien definía espacios para que entrara la luz de escritores y poetas de esos tiempos a las páginas de su matutino.
El mismo Corral Ruiz escogía, al principio, el material y diseñaba sus formatos. Después estarían en la coordinación del Domingo Literario, Bartolomé Delgado de León, Héctor Mass Conant, Ascensión Contreras Monteón, Moisés Ortiz López, Bernardo Elenes Habas (quien le cambió el nombre a Taller de Literatura, con diseño diferente), y finalmente Ramón Íñiguez Franco, bautizando el suplemento como Quehacer Cultural.
Tribuna, desde su nacimiento en 1965, carecía de sección literaria; se encargó de abrir ese caudal Bartolomé Delgado de León en 1967, creando La Cultura en el Noroeste, de fuerte trascendencia en el ámbito literario de Sonora y más allá…
Bartolomé había salido del Diario en 1958, época del “Movimiento Contrerista”, fenómeno político que debido ala disputa por la candidatura y luego la presidencia municipal de Cajeme entre priístas y posteriormente PRI contra la abrumadora participación popular, dividiendo a las familias, obligó a Bartolomé a abandonar el periódico de sus inicios, incorporándose al vespertino Heraldo del Yaquicomo director, creando una trinchera “contrerista” que hizo historia a través de su columna “Y dígalo que yo lo dije”, reportajes y editoriales.
Después, ya apaciguados los ánimos políticos, Bartolomé le dio vida al periódico Claridadesen 1964, pero con el nacimiento de Tribuna en 1965 fue llamado por los propietarios de éste para que coordinara la sección editorial y escribiera una columna diaria.
Bartolomé jamás abandonó sus raíces literarias como el poeta de fina factura que era, creando en Tribuna, al poco tiempo de su entrada, el suplemento dominical La Cultura en el Noroeste, cuya vida se extendería hasta 1969, 1970.
Hoy, esas parcelas de letras en el Diario y en Tribuna no existen, debido a que ya no hay soñadores de la talla de Jesús Corral Ruiz y Bartolomé Delgado de León, iniciadores del periodismo cultural en la región, porque los nuevos empresarios las dejaron agrietarse y morir de sed, persiguiendo otras quimeras…
El manojo de versos que aquí le ofrezco, fueron publicados hace 30 años en el Taller de Literatura del Diario que estaba a mí cargo, cuando sus páginas eran tierra fértil no solamente para la política y la economía, sino también para la creación literaria, para la dimensión estética, porque se demostraba así que el Valle del Yaqui no solamente produce trigo y millonarios, sino también poetas y narradores que siguen luchando para que su voz no se seque y los nombres de Cajeme y Sonora se sigan escribiendo con mayúsculas…
Bernardo Elenes Habas
Hoy destrozo las anclas
que daban vigencia a mi canción nocturna,
aquí,
en este puerto.
Comprendo que es la hora para otear
horizontes,
para dejar que fluya el grito reprimido
y buscar en las voces
insondables del cosmos
respuesta a mis preguntas.
Me duele el viento frío, la metálica escala
con que el hombre ha medido
la palpitante flor,
la amistad, la esperanza.
Me duelen los silencios, los recuerdos,
los días, y aprendo a navegar
mi barca en la tormenta.
Destrozo, pues, las anclas,
la azul caligrafía
del sueño portentoso,
mi carta taciturna
de pescador antiguo,
mi voz comprometida.
Me planto ante el timón,
hago bogar la nave
con rumbo indescifrable.
No es posible olvidar,
guardo silencio
y muero…
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