
Poema de domingo.- La voz milenaria de la Poesía, se coloca en el vértice de la esperanza, convertida en bandera de los seres de buena voluntad. Abomina de la violencia, del derramamiento de sangre, de la siembra de odio en calles de pueblos y ciudades y entre naciones. Pero, esa misma Poesía, también sabe combatir con el fusil de la palabra, como lo hicieron Federico García Lorca y Miguel Hernández contra la tiranía española, o Neruda, luchando con sus versos ciclónicos durante los siniestros temporales de sombras sufridos por su patria…
Bernardo Elenes Habas
Caen mis gotas de sol,
Mis oraciones líquidas
con raíces de viento,
dibujan en las sombras
un horizonte incierto.
Caen mis gotas de sol,
fogatas en el tiempo…
Yo te pido, Señor,
que en los días que vienen
no clausures la luz,
no apagues los luceros;
pon en los ojos nuevos
de los adolescentes,
nobleza, paz, bondad,
un paisaje de anhelos.
Yo te pido, Señor,
forjes al Hombre Nuevo.
El que sepa soñar,
Repartir sus praderas.
Desbordar sus ternuras.
Entregar sus veneros…
Yo te pido, Señor,
cuando el fragor inquieta,
tu simiente de paz,
de buenas voluntades,
y en un pacto de amor,
¡que se acaben las guerras!
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