
Poema de domingo.- A tres meses de haber sido inaugurada la Biblioteca Pública Municipal (aún no llevaba el nombre del periodista y Maestro Jesús Corral Ruiz) en el que fuera edificio de la UCAY, por calles Sonora y Guerrero, hace cincuenta años, integramos en ese templo del conocimiento el Grupo Cultural Siglo XX. Fuimos, al principio, el poeta Jesús Antonio Salgado Figueroa (+), las declamadoras María Gloria Carbajal Rascón y Enriqueta Dingfelder, y el guitarrista Javier Quiroz, la semilla fundadora.
Ramón Iñiguez Franco, director primigenio y creador de la Biblioteca, me solicitó escribiera un texto con mi biografía, para incluirlo en el programa del primer recital de poesía coral con versos míos, que se daría al público en el auditorio de la institución el 9 de junio de 1973 a las 20:00 horas. Le entregué, en lugar del texto pedido, un poema al que titulé Esta es mi canción, que aquí transcribo, como transcribo el mensaje de mi amigo el doctor y poeta Rigoberto Badilla, integrante luminoso del citado grupo:
“Ahí estaban, presentes y decididos, con la mano izquierda sobre el corazón, aquellos que una vez fuimos jóvenes; jóvenes enamorados del Arte y de la Vida, con la mirada siempre puesta en la belleza de las altas manifestaciones del espíritu. Eso éramos entonces, y eso somos ahora los que quedamos vivos…”.
Bernardo Elenes Habas
No voy a evitar la lluvia
del silencio
cayendo en el fuego
de mi sangre
que sólo tiene un tiempo
y un sonido,
para contar las cosas
de mis sueños
o para decir mi extraña
biografía.
Simplemente,
con transparente voz,
con derramada quietud
sobre los espasmos
de este ambiente,
con un grito como flecha
arrojado hasta el cosmos
para reventarse
en el centro de esta hora,
con ese sentimiento
diré mi canción, mi nombre,
y el nombre fuerte
de mis padres,
no mi biografía.
Ella, María, hija de la tierra,
del arado, del canto,
con alma limpia
predispuesta a la labranza.
El, Juan, marinero,
hijo del dolor,
jornalero del deber,
asalariado de los sueños
que tenía por patria el mar
cuando lo besaba el tiempo.
Ellos son mis padres.
Los juntó la brisa que llevaban
las gaviotas fugitivas
para bañar las heridas
del campo, de la sierra.
¿Y mis hermanos?
Qué más decir.
sólo que tenemos
el mismo signo y somos
bandoleros de los sueños.
¿Mi nombre?
Qué importa ahora,
tan sólo un juglar que llega,
dirá su canto y luego marchará
en pos de la jornada.
Esta es mi canción.
Escuchad ahora estas palabras
como hordas impetuosas
que ya galopan
tras de la ventura.
Esta es mi canción,
humildemente te la ofrezco…
(Foto, de izquierda a derecha: Javier Quiroz, guitarrista. Enriqueta Dingfelder, Bernardo Elenes Habas, María Gloria Carbajal y Jesús Antonio Salgado Figueroa).
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