Fallo en la Matrix(quierda)

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En los dos sexenios anteriores, a los titulares del Ejecutivo estatal les tembló mucho la mano a la hora de hacer cambios en sus gabinetes. Tanto Guillermo Padrés como Claudia Pavlovich terminaron su gestión acompañados casi con los mismos que comenzaron.

A diferencia de sus antecesores, Alfonso Durazo ha demostrado ser sumamente pragmático y en el primer tercio de su gobierno ya ha realizado al menos una docena de movimientos en su gabinete legal y en el ampliado.

No han sido cambios menores: de quienes comenzaron el sexenio ya no se encuentran en sus cargos el secretario de Gobierno, Álvaro Bracamonte Sierra; el de Economía, Armando Villa Orduño; el de Hacienda, Omar del Valle Colosio; el de SIDUR, Heriberto Aguilar, la del Trabajo, Olga Armida Grijalva; la de Turismo, Célida López Cárdenas y su Jefe de Oficina, Rodolfo Castro Valdez.

Cuatro de ellos ya no están en el gabinete (Bracamonte, que se fue a la secretaría Técnica del Consejo Nacional de Morena; Aguilar, que se sumó a la campaña de Claudia Sheinbaum; Castro, que renunció para atender un litigio por presunta corrupción en Baja California, donde se desempeñaba como secretario de Hacienda antes de venir a Sonora y Olga Armida, que desapareció de la escena pública al pasar a una difusa coordinación de asesores.

El nuevo secretario de Hacienda es el extesorero José Manuel Quijada; la nueva secretaria de Economía es Margarita Vélez de la Rocha, que solicitó licencia a su cargo de diputada local y Célida López es la nueva jefa de Oficina del Ejecutivo. Adolfo Salazar Razo es el nuevo secretario de Gobierno y Francisco Vázquez Valencia relevó a Olga Armida Grijalva en la secretaría del Trabajo. Este fue uno de los primeros cambios y pese a la gravedad de su encomienda por el cúmulo de viejas inercias y el gran rezago de expedientes, Vázquez Valencia ha sacado muy bien el trabajo.

No han sido los únicos cambios. También los hubo en la secretaría Técnica, en la Particular, en la Coordinación de Comunicación Social, en CECOP, en la Consejería Jurídica y en varios organismos descentralizados. También hubo relevo en la Fiscalía estatal, aunque se supone que esta es autónoma. (Yes)

A estas alturas, queda claro que el estilo personal del gobernador en esta materia es implacable y en ese sentido es muy probable que los cambios se mantengan como una constante de su gobierno.

Los criterios para enroques y relevos solo él y sus muy, muy cercanos lo saben, pero en algunos casos es evidente que eran una ‘papa caliente’ por conductas inapropiadas (vamos a llamarle amablemente al manoteo, y en esta hipótesis caben Cuauhtémoc Galindo, del ISIE y Gracia Anduro en el Cecytes) y en otros simplemente no cumplieron la expectativa, como en el caso de Grijalva Otero.

II

Bajo estos criterios muchos se preguntan qué hace todavía en la secretaría de Seguridad María Dolores del Río, pero la respuesta solo la tiene el gobernador.

Hay sin embargo un punto que llama la atención en otros casos, y quizá tenga que ver más con la lealtad, la identificación con el proyecto de nación del presidente López Obrador que con la eficiencia, la mediación de conflictos y el rendimiento de buenas cuentas que sustenten la convicción de que el gobierno de la 4T en Sonora ha pintado su raya respecto a viejas y nocivas prácticas como en nepotismo, el despotismo y la ineficacia.

Queda claro que Alfonso Durazo integró su equipo de trabajo atendiendo criterios de inclusión derivados de la correspondencia con diversas fuerzas que apuntalaron el triunfo electoral de 2021 en la gubernatura, algunas de las cuales venían acompañándolo desde la campaña al senado en 2018 y desde antes.

Por eso ‘jaló’ a Cauhtémoc Galindo y Carlos Zataráin a su gabinete ampliado; uno en el ISIE, otro en CECOP. El primero salió por la puerta de atrás en medio de un mar de dudas sobre presuntos malos manejos administrativos; el segundo hoy es subsecretario de Gobierno, relevando a Guillermo Díaz, que se fue a la dirección del sistema Conalep.

Para nadie es un secreto que uno de los apoyos históricos del movimiento obradorista en Sonora proviene del activismo universitario, estudiantil y magisterial. Incluso orgánicamente hay una corriente que se denomina Morena Universitaria de la cual surgieron muchos cuadros para el organigrama gubernamental en la actual administración. Solo uno en el nivel de Secretario: Aarón Grageda en la SEC, donde se le ha enredado la piola varias veces: con los uniformes escolares y con la habilitación de escuelas para el regreso a clases después de la pandemia, por citar dos casos.

Pero hay al menos otros dos: Cecytes, donde se tuvo que relevar a su directora y a varios funcionarios acusados de corrupción, y el ISIE, donde Cuauhtémoc Galindo al parecer se sirvió con el cucharón sopero y tuvo que ser ‘renunciado’ oprobiosamente.

En estos casos se trata de gente plenamente identificada con la izquierda, que está probándose en el ejercicio de gobierno, algunos con excelentes resultados; otros con pésimas cuentas, acaso porque no han podido acreditar con solvencia el equilibrio entre lealtad y capacidad.

Hay por lo menos tres casos notables cuyos nombramientos debieron intercambiarse por un pañoletón para que el gobernador se lo amarrara fuertemente sobre las sienes al modo en que lo hacían nuestras santas madres cada vez que las atacaba un dolor de cabeza.

María Engracia Carrazco, del Instituto Sonorense de Educación para los Adultos, por ejemplo, se ha convertido en una permanente fuente de conflicto con el personal de la institución. Arrogante, prepotente, abusiva, grosera, son algunos de los epítetos que le endilgan los trabajadores y trabajadoras de esa dependencia, que han realizado paros de labores y manifestaciones exigiendo su renuncia.

La respuesta que han tenido del secretario de Gobierno es que mientras no demuestren que Carrazco ha incurrido en actos de corrupción no pueden removerla. Ciertamente no es de corrupta de lo que se le acusa, sino de arrogante, prepotente, abusiva y grosera, lo cual genera un mal ambiente de trabajo en la institución, que eventualmente puede reventar de mal modo.

Mary Carrazco es el ejemplo típico de la sindicalista que hoy juega el rol de patrón y se convierte en todo aquello que combatía.

El veterano aguilucho Armando Moreno Soto, héroe de mil batallas en el activismo universitario desde sus épocas de estudiante y después como académico sindicalista acaba de ser derrotado justo en el terreno de las batallas donde solía ser un guerrero. Como rector de la Universidad Estatal de Sonora y en su papel de patrón intentó extender su control hacia la planta laboral operando para imponer a su gente en la dirigencia sindical, fracasando en toda la línea. En la UES, le vendieron chiles a Clemente Jaques y esas no son buenas noticias para el gobernador y su proyecto.

Sucedió un poco lo que en la Unison, donde la dirigencia del STAUS tuvo las condiciones más favorables que pudiera haber imaginado para impulsar la reforma a la legislación universitaria que entre otras cosas devuelve a estudiantes y maestros la oportunidad de acceder a los órganos de gobierno universitario, pero a la hora de las elecciones de representantes estudiantiles, magisteriales y de trabajadores, fueron derrotados en todos los frentes. Esas tampoco son buenas noticias para el gobernador.

Claro, la dirigencia sindical no es una instancia orgánicamente bajo la férula del gobierno, pero es obvia su identificación plena. No les salieron las cuentas.

En el Instituto Sonorense de Cultura su directora, Beatriz Aldaco, se ha convertido en otro dolor de cabeza. Ella no puede considerarse propiamente como parte de Morena Universitaria, aunque sus orígenes como activista se remonten al campus Hermosillo. Al frente del ISC ha sido una fuente permanente de conflictos; le ha dado un poder metalegal a su hijo, que despacha como subdirector de facto; trae acusaciones de nepotismo por el caso de una sobrina que trabaja en la institución y se ha confrontado con una buena parte de la comunidad cultural de Sonora.

Entró en conflicto con académicos e investigadores de Culturas Populares a quienes quiso despojar de la vieja casona Hoeffer y fracasó en el intento; le tronó su primera edición del FAOT y ahora quiere destituir al director de la Orquesta Filarmónica, lo cual ha abierto una nueva ruta de conflicto.

Tampoco el gobernador puede hacer mucho, pues la señora Aldaco llegó a ese cargo con una recomendación directa del mismísimo presidente de la República al que conquistó con una carta que no le pide nada al himno al aeropuerto Felipe Ángeles. Le dio en la pura pata de palo.

Sobre estos tres casos, puede haber noticias en los próximos meses.

III

Hoy, hoy, hoy, todo está listo para la presentación del libro “De La Habana a Camagüey” en Navojoa a las siete de la tarde en el reservado del Hotel Boyee, por lo que extendemos una amable invitación a la banda zancudera de la Perla del Mayo para que nos acompañe.

Y en Ciudad Obregón, el sábado 1 de julio estaremos presentándolo en el Salón Bicentenario del Hotel Wyndham, a las siete de la tarde. Queda abierta la invitación y allá nos vemos. Me dará mucho gusto saludarles.

Por cierto, ya está agendada la presentación en Nogales para el día 14 de julio y en Guaymas, como parte de los eventos del Festival del Mar Bermejo, al día siguiente. Allá nos vemos.

También me puedes seguir en Twitter @Chaposoto

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