
Poema de domingo.- Jugábamos con las palabras, en el taller de poesía en que Bartolomé Delgado de León, periodista y poeta cajemense, había convertido la sala de su casita en el callejón República de Cuba, de Ciudad Obregón. Y, ciertamente, era un taller de imaginación y creatividad, porque los poetas ahí reunidos (Jesús Antonio Salgado, Rigoberto Badilla, Daniel Delgado Saldívar, Horacio Soto, en ocasiones Fernando Arreola), le dábamos seguimiento a la primera frase que surgiera de entre los asistentes, y a la que se le hilvanaban, en forma coherente, espigas de palabras con vocación de poema. Fue de las deslumbrantes enseñanzas sobre preceptiva literaria que nos heredó, hace 50 años, Bartolomé.
Bernardo Elenes Habas
Esta inicial palabra
que brilla entre
las sombras,
Mi corazón dormido
con mineral silencio
le fue dando la forma.
Esta inicial palabra
que vuela de mi boca,
como flor, como piedra,
es mi canto sencillo,
mi oración más sublime,
mi ave, mi campana,
mi inédita ternura.
Yo cultivo palabras,
les pongo luz y aroma.
las rescato de abismos,
de libros, de mercados,
mis manos las pelean
contra los insensibles,
las entrego a puñados,
les doy forma y suspiro,
corazón y tibieza,
alas para que emigren,
libertad, sol, aliento.
Por eso en esta noche,
rodeado de palabras,
las mías, tuyas que amo,
que cultivo y me asombran,
que lloran, gritan sienten,
te recuerdo y te escribo
y hago por ti mis cantos.
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