El patolli es uno de los juegos más antiguos que se conocen de la América prehispánica. Los teotihuacanos ya jugaban al patolli entre los años 200 a.C. y 1000; los toltecas, entre 750 y 1000; los mayas, ente 1100 y 1300, y, finalmente, los mexicas entre 1168 y 1521. El patolli deriva del vocablo náhuatl que significa “frijol”, y está asociado a deidades, ritos religiosos y acontecimientos calendáricos.
El patolli se jugaba sobre un pequeño tapete en el cual se dibujaba un aspa dividida en un total de 52 casillas. Como fichas se utilizaban doce piedras de colores, seis rojas y seis azules, y como dados se empleaban cinco frijoles negros perforados con valores distintos. Este popular juego fue prohibido por los españoles y las reglas del mismo se han perdido.
Ahora, durante las labores de rescate realizadas por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) en la estructura identificada como T7-44279, cerca del poblado de Xpujil, en el estado de Campeche, en el contexto de las obras de construcción del Tren Maya (que están sacando a la luz una enorme cantidad de elementos de patrimonio) se han descubierto nueve patollis esgrafiados (grabados en la roca) y que, según estiman los arqueólogos, podrían tener más de mil años de antigüedad.
Diversos tipos de patolli
Félix Camacho Zamora, coordinador del Área de Conservación del Proyecto de Salvamento Arqueológico del Tren Maya, explicó que los patollis no estaban en buen estado de conservación. Los grabados presentaban diversas grietas, abrasión, y perdidas de capas, por lo que con el fin de preservar estos importantes hallazgos se llevaron a cabo una serie de medidas de emergencia para consolidarlos, como inyectar agua de cal para estabilizar el estuco y la aplicación de estabilizadores para proteger la pared.
Los restauradores comenzaron su trabajo documentando gráfica y fotográficamente cada uno de los nueve patollis antes de proceder a su extracción. Posteriormente se llevó a cabo un trabajo de sellado, reparación de las fisuras y de las grietas, y finalmente se les aplicó una capa protectora antes de embalarlos para ser trasladados al Laboratorio de Restauración de Chetumal.
Las imágenes revelaron que los patollis eran de varios tipos: dos circulares, cuatro cuadrados y otros con líneas borrosas que dificultan su identificación. Los investigadores creen que la variedad en los estilos de estos patollis facilitará el estudio de las distintas fases constructivas y aclarará los usos que pudo haber tenido la estructura en la que fueron encontrados.
Según el director de la excavación, Alfredo Saucedo Zavala, el conjunto ceremonial donde fueron localizados los patollis presentaba al menos dos etapas constructivas, y cree que estos elementos datan del Período Clásico Tardío (600-900). El arqueólogo espera que los análisis realizados a los restos cerámicos que también se han encontrado en el lugar corroboren esta hipótesis.