
Con 446 votos a favor, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó en lo general y en lo particular, con cambios, una reforma clave a la Ley Federal del Trabajo que pone fin a la práctica de sustituir el salario con propinas, dignificando las condiciones laborales de miles de trabajadores del sector servicios. El dictamen ha sido turnado al Senado para su análisis y eventual aprobación constitucional.
La reforma, que modifica los artículos 90, 344, 346, 347, 348 y 350, establece que el salario mínimo en hoteles, restaurantes, bares, estaciones de servicio, empresas deportivas y otros establecimientos similares no podrá ser reemplazado por propinas o gratificaciones voluntarias. Todos los trabajadores deberán recibir al menos el salario mínimo o el salario mínimo profesional vigente, según corresponda.
El nuevo marco legal refuerza que las propinas son propiedad exclusiva de los trabajadores, y no podrán ser retenidas ni administradas por los patrones. Serán distribuidas entre quienes las generen, con base en su tiempo y actividad, mediante acuerdos entre los propios empleados. Los inspectores laborales tendrán la obligación de verificar esta distribución y podrán intervenir como conciliadores en caso de discrepancias.
Uno de los puntos centrales fue la reserva aceptada del diputado Marcelo de Jesús Torres Cofiño (PAN), quien propuso que se reconozca a las propinas como parte del salario sin integrarlas al cálculo de las cuotas de seguridad social, evitando así cargas adicionales a los empleadores y asegurando certidumbre para ambas partes.
Asimismo, el diputado Raymundo Vázquez Conchas (Morena) reforzó la redacción del artículo 90, para dejar claro que el salario mínimo es un derecho irrenunciable y no puede ser sustituido por ningún otro tipo de ingreso voluntario o variable.
La reforma también establece que, en establecimientos donde se proporcione alimentación a los trabajadores, esta deberá ser sana, abundante y nutritiva, y se deberán cumplir todas las normas oficiales en materia de seguridad e higiene.
Esta medida representa un paso importante hacia la formalización del trabajo en sectores históricamente precarizados, elevando el piso mínimo de derechos y reconociendo la dignidad del esfuerzo laboral.
