TATUAJES, BIKINIS, SOL Y ARENA. ELEGANCIA PLAYERA.

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Plutarco Riesgo Vásquez

15 de noviembre de 2025.

Medio día de viaje, tres más completos y otro medio día para el regreso, de una estancia breve en Puerto Vallarta, fueron más que suficientes para calibrar las tendencias tanto antropomórficas, como de la moda playera y de algunas formas de convivencialidad en este otoño de 2025. Les comparto mis percepciones.

Empecemos por las formas humanas prevalentes. Es a la vez interesante como triste, corroborar lo manifestado por la UNICEF: en México, el 36.5 % de los escolares y el 40.4 % de los adolescentes presentan sobrepeso u obesidad (1). Por estas fechas, en el hotel donde me hospedé, el 50% de los turistas eran principalmente canadienses y unos cuantos norteamericanos. En Canadá, uno de cada siete niños es obeso y eso los tiene preocupados (2). La relación para los norteamericanos es de uno de cada cinco (3). Los contrastes que percibí entre los niños de ellos y nosotros, me fue imposible no verlos. La medalla de oro es nuestra.

En mis tiempos de preparatoriano, no había en Ciudad Obregón más que el gimnasio Atlas y lo que ahí se practicaba, era preponderantemente box. El público femenino, era inexistente. Medio siglo después, las

cosas han cambiado drásticamente. Ahora hay tantos gimnasios como Oxxos (¡exageré!), y más de la mitad de la asistencia, es femenina. Y si a ello agregamos las canchas de pádel, el creciente número de caminantes y trotadores en la laguna del Náinari en las mañanas y tardes y las cada vez más clases de zumba por las cuales optar, uno pensaría que los resultados serian patentes.

Pues resulta que no tanto. Si lo que sucede en Ciudad Obregón, ocurre en otras ciudades del país, en éstos cuatro días de muestra, el saldo favorable, al menos para lo que los ojos, es marginal. Donde más se nota, y se nota bien, tanto en gringos como en nativos, es en el grupo etario que va de los 18 a los 25 años: morros calotes con abdomen de lavadero, y morras macizas con todo bien acomodado. Pero nada más. Llegados los 30’s, las panzas y las lonjas empiezan a ganar terreno. Y hay que ver en que forma: en México, el 70% de los mexicanos padece sobrepeso y casi una tercera parte sufre de obesidad (4). Los canadienses no pueden echar sus campanas al vuelo: el 27.2% son obesos (5), y los norteamericanos tampoco. Ellos rondan prevalencias del 40% (6).

El semestre pasado en la materia optativa Educación médica y Calidad con mis alumnos de último semestre, un día tuvimos un debate por demás vigente: “La obesidad: ¿elección, variante normal o enfermedad?”. Me parece que esa discusión se da de manera subrepticia en las sociedades urbanas occidentales, nos estamos tardando en encontrarle solución, y por dicha tardanza estamos pagando un elevado precio.

Me tocó ver a muchas mamás jóvenes (30 a 40 años) con hijos desde bebés hasta los 10-12 años. Las extranjeras, un verdadero agasajo visual; las nacionales, inspiración onírica para Fernando Botero. Valga mencionar que como en todo, hay excepciones, tanto en unas como en otras. Emerge aquí un aprendizaje elemental: la maternidad no trae consigo una ganancia de peso irremediable. Si las canadienses pueden, ¿por qué las mexicanas no?

Donde las cosas se emparejan es en el grupo de la tercera edad. Las doñitas y doñitos de allá y de acá somos muy parecidos corporalmente: más allá de las arrugas y las canas, nos une una marcha encorvada, y la dinapenia e hipocinesia que los años traen consigo, aunque aquí, también hay notables excepciones.

Quiero pensar que, por tratarse de vacaciones en la playa, las pasiones culinarias se desatan y que lo que vi no es un indicador de la cotidianidad. Nuestros vecinos del norte, no comen… tragan. En el desayuno engullen tocino, salchichas, hot cakes y pasteles con singular frenesí. Me toco ver a uno que pidió un omelette de seis huevos con jamón, queso, champiñones y pimientos. En la comida, no le hacían el fuchi a las pastas y todo tipo de carnes (por supuesto sin picante). Mis connacionales, no negaban la cruz de su parroquia: en el puesto de fritangas, la cola siempre era larga. Al final, el tropismo para los postres no mostraba nacionalidad.

La ingesta en la alberca, en unos y otros no tuvo distinción: papas fritas y pollo empanizado, nachos inundados en queso derretido, tacos de pescado,

hotdogs, hamburguesas, tostadas de ceviche y pizzas. Como la estancia era “todo incluido”, la ingesta etílica en todas sus manifestaciones era notable. Ahí tampoco había distingos, todos iguales. Me sorprendió ver como los destilados le van ganando terreno a la cerveza. Tal vez porque el entorno no era favorable, no me tocó ver a nadie engorilado. Todos tránquilos.

No deja de llamarme la atención el actual protagonismo del tatuaje en las y los jóvenes (y algunos no tan jóvenes). Me cuesta mucho entenderlos (7). Deberé esforzarme más en ello, pero si los tatuajes son un signo de los tiempos como lo es el reggaetón o los corridos tumbados, me queda muy claro que voy a toparme con pared y mi entendimiento se cerrará.

Ambos se tatúan; sin embargo, en los mexicanos y extranjeros tienen manifestaciones y significados distintos. Si tengo trabajo en entender a un tatuado, los que vi en mis paisanos me cuesta más comprenderlos. También, puesto que el tatuaje tiene su vertiente estética, me quedo sin dudar con los que vi en los güeritos. ¿Seré malinchista?

En las playas y las albercas de los destinos vacacionales, contrario a lo que uno podría pensar, que nadar y/o chacotear en el agua sería la actividad prioritaria para los adultos, la realidad nos dice que la que se lleva las palmas es otra actividad: ver y ser visto.

En esa tesitura, a Giorgio Armani, quien vistió tanto a mujeres como a hombres, no le gustaban los actuales trajes de baño masculinos: bombachos y largos. Sin

embargo, le quedaba muy claro que pasados los 40’s, la sarcopenia masculina en los miembros inferiores era mejor cubrirla. Vi solo a un atlético cincuentón con un traje de baño de natación tipo waterpolo caminando muy temprano en la playa de la mano de su mujer. En la alberca, ninguno. Todos los demás con trajes aguanganados y largos; mexicanos y extranjeros; chavos y rucos.

Para las mujeres la cosa cambia. En las jóvenes (nacionales y extranjeras), un 10% aproximadamente optaron por la gloriosa tanga, un 80% por diferentes modelos de bikini (de chiquitos a muy chiquitos) y el 10% restante, por coquetos trajes de baño enteros.

En las no tan jóvenes, pero sin ser aun candidatas a la credencial del INAPAM, para el caso de las nacionales, un 30% optó por los bikinis (ya no tan chiquitos) y el resto, por sobrios trajes enteros. En las extranjeras, la proporción se invertía: el 70% con bikinis. Y en las de sesenta y más, por parte de las mexicanas, absolutamente ningún bikini; en cambio en las extranjeras, hasta un 20% portaban bikinis sin mayor problema. Me quedo muy claro que la relación con su cuerpo (con todo lo que ello implica) a todas luces es muy distinta en las mujeres de ambas culturas.

En las cenas hubo de todo. En los restaurantes de especialidad el uso de sandalias y tenis fue la regla. Mucha informalidad y comodidad en el vestir en hombres y mujeres, tanto en nacionales como extranjeros. La elegancia, aunque no brilló por su ausencia, no dejó de hacerse presente (8). Al respecto, no

dejo de tener en cuenta lo que precisamente Armani mencionaba: “La elegancia es la coherencia. Si no sabemos mirarnos, nunca lograremos ser coherentes. Somos lo que somos, no lo que nos gustaría” (9). Me parece que no son pocos los que no usan los espejos en sus casas.

En fin. Así es el futbol… Sumándome a lo manifestado por Marco Polo: los viajes ilustran, y no creo que mis percepciones vayan a cambiar mucho para el 2026.

Referencias:

1. https://www.unicef.org/mexico/comunicados-prensa/el-%C3%ADndice-mundial-de-obesidad-supera-por-primera-vez-al-de-bajo-peso-entre-los 2. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC5129778/pdf/36_9_3.pdf 3. https://www.cdc.gov/obesity/childhood-obesity-facts/childhood-obesity-facts.html 4. https://www.gob.mx/issste/articulos/la-obesidad-en-mexico 5. https://www.cmajopen.ca/content/10/2/E439.long 6. https://www.ers.usda.gov/amber-waves/2025/august/us-obesity-rate-changes-differ-for-rural-and-urban-areas-as-well-as-across-regions 7. https://unamglobal.unam.mx/global_revista/por-que-los-adolescentes-se-tatuan-y-hacen-piercings/ 8. https://www.glamour.mx/articulos/que-es-la-elegancia-en-una-persona 9. https://loff.it/society/efemerides/giorgio-armani-2-204371/