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Alfonso Durazo Montaño jugó sus cartas. Meses atrás inicio una afiliación de perfiles panistas y padrecistas que, ante el curriculum de los mismos, exasperaron a propios y extraños.

 

La especulación nació desde entonces, y se hablo de la injustica partidista hacia quienes venían trabajando – con esfuerzo y dedicación – para construir en primer orden las bases de Morena en Sonora, y en segundo para aspirar a alguna de las candidaturas rumbo al próximo 01 de julio.

 

El jugueteo con las mismas al senado, particularmente la posición uno de esta fórmula, fue el primer ejemplo. Primero se dijo que una permuta con Baja California subía a Alfonso Durazo Montaño a la posición uno, luego Célida López Cárdenas, padrecista hasta el tuétano, entró en juego y se mencionó como posible candidata tanto en Baja California como en Sonora.

 

En tanto, cinco mujeres, votadas primero por los consejeros estatales de Morena, y valoradas luego por la supuesta encuesta nacional de este mismo partido, permanecían a la expectativa, hasta que la famosa y bien reconocida a nivel nacional Lylli Téllez (por su papel como periodista y no como política) entró arrebatando todo, dejando sin oportunidad a nadie, y sacando ventaja del oficioso dedazo de Andrés Manuel López Obrador, disfrazado elegantemente como “encuesta nacional”.

 

Ahí, en ese punto, las candidaturas a los siete distritos federales por Sonora se pusieron en riesgo.

 

Al momento de la presentación de la formula rumbo al senado, varios hombres y mujeres estaban ya registrados como coordinadores federales (así le llamaron en Morena a las aspirantes), y ante la sorpresiva designación de Lylli Téllez, esas aspiraciones tragaron saliva y entraron en pánico ante esa famosilla encuesta nacional.

 

Se puso entonces en juego la integridad y la ideología de Morena.

 

Los reclamos, las posturas exigentes por respeto, la negociación al interior de las mesas de dialogo, la defensa de los perfiles y demás argumentos partidistas fueron la constante de la militancia, con Alfonso Durazo Montaño como intermediario.

 

Y es que, como aspirantes a las siete posiciones federales, se encontraban varios con ascendencia panista y padrecista, y a eso había que sumarle ahora la posibilidad de que la encuesta nacional que designó a la multi citada Lylli Téllez, trajera del anonimato a otro periodista, deportista, presentador de televisión, u otro que asegurara votos solo por su fama nacional o estatal.

 

Finalmente, de entre los aspirantes a las diputaciones federales, Morena se decide por su más fieles militantes, y en relación con la coalición con el PT y el PES, les abre la oportunidad a los perfiles más reconocidos de esos partidos.

 

En el distrito I, con sede en SLRC, el PES va con su dirigente estatal y fundador del partido, Manuel de Jesús Baldenebro Arredondo a quien, pese a su ascendencia priista, se le considera uno de los activos políticos más importantes cuando de coaliciones o candidaturas comunes se habla.

 

En el distrito II, con sede en Nogales, el PT impone a Ana Gabriela Guevara Espinoza quien, por cierto, ha desarrollado un trabajo sumamente improductivo como senadora.

 

El III, con cabecera en Hermosillo Norte, le fue entregado a Lorenia Valles Sampedro dentro de una negociación con el PES, a quien le correspondía esa posición. Valles Sampedro es de ideología perredista, pero vestirá ahora los colores de Encuentro Social.

 

Hasta ahí los acuerdos con la coalición Morena-PT-PES.

 

El resto de las diputaciones federales le correspondían a Morena, y con los nombres en el listado Alfonso Durazo Montaño enderezó la plana, y le cumplió a la militancia recalcitrantemente morenista.

 

Del distrito IV al VII van, en estricto orden, Heriberto Aguilar Castillo, Wendy Briseño Zuloaga, Javier Lamarque Cano e Hildaelisa Gonzales Morena.

 

No aparece un solo panista, un solo padrecista, ni un solo priista en las cuatro posiciones que le corresponden al partido de Andrés Manuel, y esto fue porque Alfonso Durazo Montaño tejió fino, y dentro de esa “encuesta nacional”, su opinión fue de peso contundente para designar los nombres finales.

 

Esto habla bien del líder estatal, porque manda un importante mensaje a esa muchedumbre que, suponiéndose indispensable en los procesos electorales, se acerco a Morena ambicionando candidaturas que ya se vio, no se entregaran a diestra ni a siniestra.

 

En los próximos días se conocerán las listas finales respecto a alcaldes y diputados locales, y en ellas veremos a la padrecista y oriunda de Puerto Peñasco, Célida Teresa López Cárdenas rumbo a la alcaldía de Hermosillo, pero por la forma en la que las candidaturas federales se decidieron, en los próximos días podrían darse cambios estructurales en las candidaturas locales.

No se les olvide que, la peñasquense solo se registró como aspirante, pero desde ese día, no ha hecho más nada a favor de su candidatura. Eso no habla nada bien de su aspiración con Morena.

Gracias por la lectura. Puede seguirme en @mensajero34 y en facebook.com/gilberto.armenta.16

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