Amigas y amigos nuestros, que la prelación del INE favoreció en la selección de funcionarios de casilla, nos comentan de una campañita donde militantes o simpatizantes de Morena presionan para que se sumen en contra de lo que presumen será un fraude electoral este domingo 6 de junio.
Inédito el que el partido oficial señale a la oposición como eventual entidad que pretenda atentar contra la voluntad ciudadana en las urnas, porque al menos en los principales municipios de la entidad, el único partido, los únicos candidatos con posibilidades de tratar de torcer y sesgar la voluntad popular, son quienes representan la corrupta incompetencia de la cuarta transformación.
Para acabar pronto, el único riesgo de que se cometa fraude en la elección en Sonora es de parte de Morena y sus verrugas, quienes disponen primero de un Instituto Estatal Electoral a modo; en los municipios con el padrón más abultado, manotean recursos materiales, humanos y financieros para lo que se ofrezca el día de la elección, incluidos sus policías, así como una estructura federal que a lo largo de todo este proceso electoral ha actuado como un área más de ese partido.
Incluso el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador se convirtió en aquello que tanto repudió, al constituirse en el principal promotor del voto en favor del partido de su propiedad, con cotidianas declaraciones políticas; dispersión de recursos federales para seducir el voto ciudadano y utilizar la fuerza de la procuración de justicia para perseguir y tratar de intimidar a la oposición.
O sea, que no vengan con el cuento de que si pierden será por un fraude electoral y así tener bases para demandar nulidad donde los resultados les sean adversos, ya que es evidente que esa treta es lo único que les queda frente a las tendencias que los tienen por debajo de la intención del voto en los municipios más importantes ahora mal administrados por ellos; en 17 de los 21 distritos electorales locales y en seis de los siete distritos electorales federales, y no se diga en la elección a la gubernatura.
En resumen, el único partido con la posibilidad de violar la voluntad ciudadana depositada en las urnas es el que “dirige” Adolfo Salazar Razo, con el apoyo de Guadalupe Taddei y su mayoría en el consejo general del IEES, así como de los mapaches de la calaña del superdelegado, Jorge Taddei, que en el caso de Hermosillo, se suman las lacras mafiosas reclutadas por Célida López Cárdenas, aunque van a perder a pesar del fraude electoral que sin duda intentarán.
Como ven, quienes deben organizarse para evitar trapacerías en la jornada electoral, son los partidos que integran la Alianza Va Por Sonora y en menor medida Movimiento Ciudadano y el PT, aunque en sus casos seguramente serían fáciles de conformar, dada su simulada oposición.
Lo único que nos quedó ante la información que nos hicieron llegar ese par de amistades que serán funcionarios de casilla este próximo 6 de junio, fue recomendarles que no se dejen intimidar y que denuncien de forma pública el acoso que son objeto, y que en la jornada de votación se mantengan atentos y reporten cualquier irregularidad.
Desde nuestra perspectiva, estamos seguros que este 6 de junio se registrará a la inversa el fenómeno de la elección del 2018 y que frente a la contundencia de los conteos y de sus resultados, anulará cualquier estrategia fraudulenta, así como maniobras legaloides de nulidad, y que los durazos, las célidas y demás yerbas, deberán conformarse con el bofete que les aplique en la mera jeta la voluntad popular.
Mientras tanto, curiosas tendencias mediáticas se observan en estos días de cierre de campañas, cuando de forma inexplicable se encuentra uno amalgamas de quienes se dicen cien por ciento borreguistas pero que apoyan con todo a la reelección de Célida López Cárdenas en Hermosillo, en un fenómeno poco usual que también se replica en Cajeme en la competida elección municipal.
Pues cada quien con las incongruencias que derivan de operaciones de medios, que en nuestro caso prospectamos que la supuesta carga de Durazo que hace la de Puerto Peñasco en la elección municipal de Hermosillo, no le será suficiente y que Antonio Astiazarán y “El Borrego” ganarán en esta jurisdicción a partir del embone de las fortalezas de ambos y de los partidos postulantes. Lo otro quedará en simple mercadeo publicitario, que qué bueno no se atrevieron a ofertar a este espacio.
Pues flaco favor le hacen a Durazo los estrategas de doña Célida, al dispersar en medios de comunicación la versión de que en ella descansan las posibilidades de triunfo del chilango en Sonora, en el marco de una reducida franja de posibilidades de éxito, dadas las tendencias que a tan pocos días de la elección marcan que el abanderado de la Alianza Va Por Hermosillo ya la rebasó y que incluso, las mismas reacciones públicas de la majadera muestran su desespero porque sabe que fue rebasada.
Insistimos, más allá de incongruencias y fantasías producto del mercadeo mediático, de temerarios e ilógicos equilibrismos, la fórmula de la Alianza Va Por Sonora en Hermosillo tendrá más votos que la postulada por el partido oficial y sus rémoras, quedando sólo el pendiente de la reacción de la aristocracia morenista, ante la osadía de quienes operaron esa versión respecto a que la reeleccionista expadrecista tiene más capital electoral que el enviado de Palacio Nacional.
Miren, la declinación de Ricardo Bours Castelo como candidato del MC a la gubernatura, representó importante plus a para el despegue de las tendencias en favor de “El Borrego” en todo el estado, que en el caso de Hermosillo tal transferencia beneficia notablemente a “El Toño” Astiazarán, agregándose por supuesto el que en los últimos días se generalice el conocimiento público sobre corruptelas, tanto de la reeleccionista como del que supuestamente trae en el lomo, no descartándose que la oposición se lleve carro completo en el municipio capitalino.
Dicha declinación también impactó la elección municipal en Cajeme, donde el plus beneficia evidentemente a Rodrigo Bours Castelo, quien estaría en condiciones de lograr lo que no pudo en la elección del 2018 como candidato independiente, aunque tiene en la otra esquina a Anabel Acosta Islas, quien como abanderada de la Alianza Va Por Sonora está cerrando muy fuerte, con un Javier Lamarque francamente desinflado.
Por supuesto que le ha pegado muy duro a Morena y a sus candidatos las frecuentes estupideces que se vomitan en las mañaneras; las torpes políticas públicas federales en materia económica, de salud y en seguridad pública, que se complementan con la imagen de corrupto de siete suelas que ha resultado su candidato a la gubernatura de Sonora, a quien le levantaron las faldillas con su veintena de propiedades ocultas en sus declaraciones patrimoniales y adquiridas con recursos financieros de sospechosa procedencia.
Y luego está la información respecto al fraudulento esquema liquidación de policías federales para dar paso a la creación de la inocua Guardia Nacional, que de acuerdo a documentada denuncia, generó utilidades para él y su pandilla por casi mil 119 millones de pesos, producto de mochadas consensuadas a las indemnizaciones del personal liquidado.
En base a testimoniales de agentes liquidados y litigantes contratados por la secretaría de Seguridad, cada agente firmó una carta de liquidación en la que cedió casi 200 mil pesos del monto total que le correspondía y que sumaba un promedio de caso 700 mil pesos, como un gesto que le permitía ser dado de alta de inmediato en la Guardia Nacional.
Durazo Montaño comisionó al padrecista Elliot Romero Grijalva como titular de la Unidad de Transición, quien conseguir esos moches echó manos de los abogados Nayeli Martínez Ortega, Raúl Carmona Jaime, Enrique Carpizo Aguilar, Norma Jazmín Hernández Catalán, Iván Emmanuel Chávez Espejel, entre otros, quienes entregaron esos recursos a Romero Grijalva, sin que se tenga registro de que la millonaria suma recaudada haya sido depositada en alguna cuenta de la secretaría de hacienda o de la misma Secretaría de Seguridad.
No por nada el dispendio financiero que despliega la campaña a la gubernatura, tanto en la operación de medios de comunicación por debajito de la mesa, como en el pago de brigadistas y adquisición de materiales para su distribución, gasto que obviamente no es reportado ante instancias electorales.
A lo anterior se suman inconsistencias, opacidad, falta de comprobaciones y desconocido destino de casi 70 millones de pesos durante su gestión como titular de esa dependencia federal, observados por la Auditoría Superior de la Federación.
Todo lo anterior, sumado al trabajo proselitista de la oposición agrupada en la Alianza Va Por Sonora y los perfiles limpios de quienes abanderan esa causa prospectan la debacle del proyecto de imponer en esta entidad un modelo centralista, clasista y autoritario, con los agregados de esta recta final del proceso electoral donde sus aliados del PT, Verde y Panal sufren la arrogancia de Durazo al ser tratados como perros de rancho, que en las fiestas los amarran y en los pleitos les dicen húchale, como bien lo dijo mi compa Gerardo Ponce en una red social.
