El Día D

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Campañas negras y de contraste, guerra de encuestas, sumas y restas. Mucho fuego de artificio en esta recta final de las campañas electorales en Sonora nos han hecho perder el foco de un tema fundamental que, frente a una elección que se antoja cerrada cobra especial relevancia: la operación político-electoral en el ‘Dia D’.

Sí. El domingo seis de junio lo que estará a prueba es la eficiencia, la operatividad y los recursos humanos y materiales con que cuentan los principales partidos políticos para buscar una votación copiosa a su favor y cuidar las manos de los adversarios por las eventuales mapacherías, esas prácticas cuya patente se le venció al PRI desde hace mucho y ahora todos los partidos las manejan como genéricas y similares, para hablar en términos farmacéuticos hoy que hasta el presidente anuncia la Vitacilina desde su mañanera.

Los estudios sobre el tema electoral indican que para estas fechas, un segmento importante de la sociedad ya tiene definido su voto y saldrá a ejercerlo, pero otro segmento usualmente más amplio esperará hasta el mismo domingo para decidir dos cosas: uno, si sale a votar, y dos, por quién votar.

Eso es lo que arroja un alto grado de incertidumbre sobre el resultado final, más cuando se prevé una elección competida. 

La ventaja de dos a uno o de 20 puntos que suele presumir Alfonso Durazo es un sueño guajiro. Lo saben en Morena y lo saben en la Alianza opositora, por ello tienen desde hace tiempo trabajando a sus respectivos ejércitos de tierra para la operación el día de la elección; ejércitos que se van a encontrar en las calles ese domingo, disputando voto por voto.

La encuesta que publicó Latinus-Reforma ayer, dándole seis puntos de ventaja a Durazo es la mejor prueba de que la elección se encuentra prácticamente en un empate técnico.

Extrañamente los morenistas olvidaron que Loret y Reforma son los más preclaros exponentes de la corrupción, el chayote y la voz del conservadurismo, para convertirse en la fuente más confiable de información y festinar esos seis puntos. 

La encuesta, desde luego tiene varias interpretaciones, sobre todo si se considera que en casi todos los reactivos sobre conocimiento y capacidad, Ernesto Gándara supera a Durazo (conoce mejor los problemas, es más cercano a la gente, manejaría mejor la economía y ha hecho más por el estado. El único reactivo que gana Durazo, aunque usted no lo crea es “puede combatir al crimen organizado”).

Con el agregado de que esa encuesta recoge las tendencias de las últimas semanas en el sentido de que la campaña de Gándara va a la alza, mientras que la de Durazo va a la baja, sobre todo a partir del primer debate.

La suma que ha hecho El Borrego, de liderazgos y hasta candidat@s de otros partidos, señaladamente el PT muestran que algo está pasando en Morena con la candidatura a gobernador.

Pero retomando la idea inicial: ¿Qué partidos están más preparados para operar el ‘Día D’?

Sin duda el PRI y el PAN tienen las estructuras más antiguas, preparadas y forjadas en esas lides, aunque no le sirvieron de nada en 2018 para contener el tsunami lópezobradoristas. 

Morena, sin embargo, ha crecido mucho en estos tres años y ha alimentado su militancia con personajes de otros partidos que también acumulan experiencia en la operación electoral; tiene además la asesoría de militantes de viejo cuño forjados en otras partes del país, que les han ayudado mucho en la organización y la capacitación. Sumen además el ejército nada flaco de funcionarios que tienen tres años operando los programas sociales con un inocultable fin electoral.

Tengo en mi poder un par de documentos que muestran una pequeña parte de cómo operan.

Un trabajador del Cobach me proporcionó una solicitud de préstamo de caja de ahorro utilizada para gestionar dicho crédito. Para asegurarle que se lo otorgarían, al señor le entregaron un formato llamado SUMA20, en el que debe presentar los nombres, teléfonos, clave seccional y domicilios de 20 personas que se comprometan a votar por Morena. El señor anda a todo galope buscándolos, y en esa misma situación se encuentran muchos empleados más de diversas dependencias federales, y otros tantos beneficiarios de programas sociales, sobre todo los relacionados con el otorgamiento de recursos para micro y pequeñas empresas.

Es una vieja práctica que combina el clientelismo con la coacción, y forma parte de lo que se está haciendo para inducir los votos.

Hay además otro tema sobre el que no se han medido los efectos que pueda tener en el resultado final: el de las candidaturas impugnadas. 

Son 10 candidatos comunes de Morena-PANAL-PVEM las que están en litigio y contra el tiempo, en un conflicto que tiene dos planos.

Por un lado, el hecho de que el PANAL haya rebasado la cuota de candidatos comunes contenida en sus propios estatutos, lo obliga ahora a retirarse de la candidatura común en al menos cinco casos, teniendo que nombrar a sus propios candidatos y competir solos, pero eso plantea nuevos problemas porque los plazos para el registro ya vencieron y las boletas ya están impresas.

En el otro plano, ayer el Tribunal Estatal Electoral ‘tumbó’ las candidaturas de Ernestina Castro Valenzuela y de Fermín Trujillo Fuentes, pero eso no fue por rebasar la cuota del convenio, sino porque se registraron por partidos distintos al que los postuló para el cargo de diputados que actualmente ostentan (con licencia), algo que no está permitido por la ley.

También en este caso tendrían que volver a registrarse bajo los requerimientos legales, pero tampoco les alcanza el tiempo. Incluso si impugnan ante la instancia superior, su principal enemigo es el calendario.

Esto, más que repercusiones legales -finalmente pueden llegar a algún tipo de acuerdo-, tendrá repercusiones políticas, porque sacar al PANAL de las boletas lo deja fuera de la captación de votos, necesarios ya no para ganar algún cargo, sino para conservar el registro, algo que a los panalistas no les parece justo. Podrían incluso replantearse en estos días la conveniencia de mantener su apoyo al candidato a gobernador, o decantarse por otra vía, como ya lo están haciendo algunos en el PT, por razones diferentes.

De hecho, hay un antecedente en Sinaloa, donde la Sala Regional Guadalajara del TEPJF ante un tema similar, resolvió revocando el registro de candidatos en la misma situación que Ernestina y Fermín. Si el Tribunal Estatal sigue esa ruta, ambos se quedarían sin la candidatura; impugnarían en la instancia federal y el tiempo se los ‘comería’.

El tema es muy complejo y bien a bien, nadie sabe qué sucederá con esto, pero cualquiera que sea el caso tendrá repercusiones en el resultado final de la elección.

Como se ve, vienen días muy intensos en los que veremos una escalada de campañas negras, piquetes de ojos, zancadillas y finalmente el uso de todas las artimañas para ganar una elección, incluyendo el uso de grupos de choque y corporaciones policiacas. Nada nuevo, pero me temo que esta vez subirán de tono.

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