Sonora, como nunca podría alcanzar niveles de desarrollo compartido.- Avanzan las expectativas del gobernador Alfonso Durazo, se percibe su vocación municipalista para no olvidar cada rincón de la entidad.- Pero la unidad no sería completa de no atenderse el serio problema del agua…
Bernardo Elenes Habas
Avanzan bien las expectativas del gobernador Alfonso Durazo, a favor de Sonora. Se percibe su voluntad por darle al terruño la dimensión que tradicionalmente le ha sido negada. Sin embargo, no puede cerrar su inteligencia y sensibilidad al problema del agua…
El sur de la entidad no es ajeno a la vocación municipalista que el propio gobernador ha dejado que se abra ante el alma y la percepción de sus habitantes, avalando con proyectos de obras señeras que detonarán comunidades como Cajeme. Ya lo dijo durante la ceremonia de toma de posesión del alcalde Javier Lamarque.
Los signos de los tiempos parecen ser claros, con un presidente de la República que lo apoya, lo mismo que al alcalde de Cajeme. Pero persiste desde 2010 en el seno de la Nación Yaqui y de los productores del Valle, una herida que no deja de sangrar y que se recrudece con el tiempo, porque está inoculada con la soberbia y el engaño de sus causantes, Guillermo Padrés y Felipe Calderón: el Acueducto Independencia.
Obra a través de la cual se secuestra cotidianamente el agua que le corresponde a la región baja de la cuenca del Río Yaqui, y que, consta en los archivos oficiales, se construyó y funciona en forma ilegal. Sin embargo no ha podido ser detenida como un acto de justicia, pese al grave deterioro que provoca en tiempos inciertos cuando la sequía acecha…
Ya pidió la suspensión de ese monumento a la corrupción, con un alto grado de valor civil y amor por la Tribu Yaqui, al presidente Andrés Manuel López Obrador, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. Pero el Mandatario señaló que no era posible, porque ya había inversiones…
Y la memoria de los sonorenses recordó en el acto la narrativa de AMLO, sus decisiones de fondo, la forma en que destruyó los avances del aeropuerto internacional de Texcoco, con un costo de más de 113 mil millones de pesos, premisa que demuestra que las inversiones no son barrera para sembrar la justicia a plenitud…
Hoy, de nuevo, se escuchó la voz de los productores del sur, en la persona de Miguel Anzaldo Olea, presidente del Distrito de Riego del Río Yaqui, en el Foro de Participación Ciudadana para la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo, realizado el sábado anterior en Cajeme, bajo convocatoria del Gobierno del Estado.
En esa asamblea de voluntades visionarias que luchan por un horizonte brillante para Sonora, Anzaldo Olea, pidió no se olvide al agua como uno de los insumos principales al momento de concretar planes de crecimiento social y de desarrollo regional. Y les recordó con datos de la misma CONAGUA en el estudio del 2012 denominado Agenda del Agua 2030, donde se hace patente la condición deficitaria en la que caería la Cuenca del Río Yaqui y otras del país, ante las fuertes demandas del vital líquido.
Se trata, dijo, sobre la advertencia del estudio de la CONAGUA “de una realidad que ya nos alcanzó”, misma que entra en crisis con la operación del Acueducto Independencia que ilegalmente se mantiene funcionando con extracciones de grandes volúmenes de agua hacia proyectos inmobiliarios de la ciudad de Hermosillo, sin considerar las afectaciones a usuarios de la parte baja de la cuenca, esencialmente a la Tribu Yaqui y productores del sur de Sonora.
Son, sin duda, señales muy claras, dichas de frente, con voz alta y clara como suelen hablar los sonorenses, y que no deberán ignorarse para que el desarrollo anhelado de la entidad tome el magnífico cauce que le está diseñando el gobernador Durazo Montaño, pero sustentado en la unidad de las regiones, de su gente que anhela crecer, que sueña con un Sonora de todos, para todos…
De lo contrario, los tambores de inconformidad, aunque se escuchen lejanos, seguirán sonando y con voz incisiva pidiendo justicia…
Le saludo, lector.
