Sería bueno conocer la opinión del consejero presidente del Instituto Estatal Electoral de Sonora, Nery Ruiz Arvizu, respecto a acciones que atentan contra el derecho de libre asociación y afiliación partidista de los ciudadanos de este estado.
Y no solo su opinión nos gustaría saber, si no también qué hará el organismo que encabeza ante agresiones y amenazas en contra de sus comisionados a sancionar la celebración de las asambleas distritales con las que la organización civil VAMOS Sonora tramita su registro como partido político estatal y de paso exigir garantías para ciudadanos que atienden la convocatoria de liderazgos de dicha agrupación, así como a quienes organizan dichos encuentros mandatados por la ley.
De pasada, también sería bueno conocer la opinión del responsable de la política interna del Estado, el secretario de Gobierno, Álvaro Bracamonte, considerado como factor responsable de garantizar el libre ejercicio de derechos políticos de los sonorenses, ante versiones respecto a que los operativos de represión contra VAMOS Sonora se diseñan en las alcantarillas de dicha dependencia estatal.
Y también nos gustaría saber qué hará para que se sometan al orden y a la civilidad política a los alcaldes Santos González, Francisco Gim Nogales, por citar solo a dos, quienes han desplegado estrategias mafiosas y propias del crimen organizado para bloquear y sabotear los esfuerzos de Norberto Barraza Almazán en sus afanes de construir un partido estatal.
Nery y Álvaro
Si lo que pasó en Nogales resultó sorprendente y que derivó en la cancelación de la asamblea en uno de los dos distritos locales de dicha jurisdicción electoral, lo ocurrido en San Luis Río Colorado el miércoles pasado resulta un ejemplo de estupidez política de parte del presidente municipal, al enviar a su caterva de genízaros a agredir de forma abierta a ciudadanos interesados en participar; a organizadores y a comisionados del IEES, obligando a la cancelación del evento.
Sorprendente y curioso el que el presidente del órgano conductor de los procesos electorales de la entidad no haya ni pestañeado ante la abierta y descarada participación de autoridades municipales de los citados municipios y de Etchojoa, Cajeme y otros, en contra de aspiraciones legítimas, reguladas por la ley y que además ponen en riesgo la integridad física de su personal. Dicha omisión es irresponsable.
Sabe que hayan visto esos trogloditas para que arremetan de esa forma contra una organización modesta y que se supone no les representa ningún riesgo electoral, para que emprendan acciones policiacas, que confirma eso de que “Con el pueblo muy cabrones, pero con los narcos, maricones”, habida cuenta de que en San Luis Río Colorado es un secreto a voces las complicidades de la policía municipal, su jefe y el alcalde con un grupo criminal.
A lo mejor sería importante que el mismo gobernador Alfonso Durazo Montaño fuera quien les apaciguara la hormona a esos promotores de violencia, habida cuenta de que el de Bavispe pudiera ser considerado el mejor ejemplo de la buena convivencia política y del respeto al ciudadano y a las distintas fuerzas políticas y no sorprendería a nadie si decide intervenir para que cuando menos VAMOS siga intentando cumplir los requisitos para ser partido estatal.
Norberto Barraza
Por cierto, sorprendente la sensibilidad y solidaridad del presidente Andrés Manuel López Obrador con quienes no pudieron entrar a la tocada de Bad Bunny en el Estadio Azteca por la clonación masiva de boletos expedidos, además de instruir una investigación por el aparente fraude de Ticketmaster.
“Nos dio mucho sentimiento ver a jóvenes tristes que no pudieron entrar al concierto”, se lamentó el presidente al anunciar que invitará al reguetonero portorriqueño a que se presente en El Zócalo de forma gratuita, con el compromiso de que su gobierno aportará la parafernalia que incluye hasta una tirolesa, juego de luces y demás, lo cual nos enterneció en lo más profundo.
Ese estallido de buenos sentimientos del presidente lo pinta de cuerpo entero como un ser humano en vías de perfeccionamiento, atento y solidario con quienes sufren problemas que pueden dejar daños irreversibles en su psique y que posteriormente impliquen traumas que frustren su formación como ciudadanos y los limiten como actores productivos de la sociedad.
Obvio que el mandatario nacional ha recapacitado y ya no ese sujeto frío, lejano y falto de empatía hacia desgracias colectivas o el sufrimiento de por ejemplo de padres de niñas y niñas con cáncer, a quienes dejó en el desamparo por la falta de medicamentos oncológicos y que de pasadita hasta calificó de golpistas; el desprecio a víctimas de feminicidios y a familiares de masacrados por el crimen organizado o de fallecidos por la caída de una línea del metro.
Bad Bunny
Eso quedó atrás, ya que hace unos días López Obrador dejó ver cierto cambio en su relación con el entorno emocional de la gente común y corriente, cuando luego de casi cuatro años, reconoció que se sintió mal por los más de 130 muertos que dejó el incendio de un ducto de PEMEX en la comunidad de Tlahuelilpan, estado de Hidalgo, y ya lo demás fueron consecuencias y por eso su solidaridad frente a la tragedia de tantos jóvenes que no pudieron asistir al concierto de referencia.
Resulta evidente que algo está cambiando en la conducta del inquilino de Palacio Nacional y ya tiende a dejar de ser aquel que por su irresponsabilidad y torpeza derivó en más de medio millón de decesos a causa de la pandemia del Covid-19 o que la guerra entre bandas del crimen organizado ya haya causado más de 130 mil homicidios dolosos; que miles de mujeres víctimas de la violencia hayan quedado sin refugios y que miles de madres sin estancias infantiles donde dejar a sus hijos para poder llevar sustento a sus familias.
Bad Bunny al parecer hace ese milagro y ahora vemos a un presidente solidario, solícito a escuchar y sensible a una causa popular tan importante, que para observadores expertos representa el parteaguas de la historia reciente de este país en lo que a la conducta presidencial se refiere, despejando así la ruta hacia su beatificación y que México destaque en el concierto de las naciones del mundo, como garante de los gustos musicales de la juventud.
Por este contexto de sensibilización del presidente, no faltan quienes consideran factible el que retire o deje sin efectos el llamado Plan B y reconozca que las reformas a leyes secundarias del marco jurídico electoral, además de atentar contra la Constitución General de la República, va contra criterios de equidad en contiendas electorales y por ende, es antidemocrática.
López y Monreal
Pudiera servirle de algo el posicionamiento del senador Ricardo Monreal quien encontró en ese plan B 21 aspectos de inconstitucionalidad, inconsistencias, contradicciones y problemas de técnica legislativa de la propuesta, además de oportunismo electoral cortoplacista, además de quebrantar el principio de equidad de las contiendas, sin tener una proyección de Estado a mediano o largo plazo.
Esa resucitada sensibilidad del presidente podría entender que ante dicha disección y conclusiones, sería sumamente complejo superar el inminente retén en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde a pesar del entreguismo de buena parte de sus magistrados, la rusticidad de la propuesta podría derivar en un resolutivo en contra de ese atentado en contra de la democracia mexicana.
Pero lo mejor de todo sería que ese renovado espíritu presidencial lo llevara a recuperar aquella reconocida actitud de hombre de bien que lo distinguió durante la primera década de este siglo, lo cual le permitiría abandonar esa ruta que lo hace a él y a su partido, iguales y hasta peores que sus antecesores en el poder.
Como ven, mucho se espera del presidente que según esto, está a tiempo de cumplir aquel compromiso electoral de reconciliar a la sociedad mexicana y que por alguna maldita razón perdió de vista en los últimos años. En hora buena si así ocurre, que seguramente también incluirá moderar sus ataques a medios de comunicación, que como sea, bien pudieran merecer ser tratados como Bad Bunny.
Zaira y “El Roger”
Por lo demás, contundente el reto de Zaira Fernández y Pascual Soto al dirigente estatal formal del PRI en Sonora, Rogelio Díaz Brown, a quien invitan a sumarse a la rebelión en contra del dirigente nacional de ese partido, Alejandro Moreno, antes de ser dejado colgado de la brocha y vendido en canal.
A Zaira y al Pascual les sienta bien ir por la libre y construyendo estructuras, en tanto que para “El Roger” resulta como una camisa de fuerza tener que sujetarse a la institucionalidad y al tradicionalismo en la conducción del Partido, cuando además hay quienes aseguran que está en proceso el choque de trenes que conducen los otrora aliados en negocios y proyectos políticos, Manlio Fabio Beltrones Rivera y Ricardo Mazón Lizárraga.
Las cosas se están poniendo del cocol por esos rumbos. De pronostico reservado la conclusión de dicho diferendo cuando los tiempos de definiciones se acercan de forma acelerada y no se advierte ningún atisbo de eventual arreglo o conciliación luego del proceso tan percudido a través del cual se impuso la actual dirigencia estatal.
