
Cuando Bill Gates contrajo matrimonio con Melinda French en 1994, tomó medidas extraordinarias para garantizar la privacidad de su boda. El fundador de Microsoft eligió la isla hawaiana de Lanai como el escenario de la ceremonia y, para evitar la presencia de medios de comunicación y curiosos, reservó todas las habitaciones de hotel disponibles en la isla.
Además, para impedir cualquier intento de captura de imágenes aéreas, alquiló todos los helicópteros disponibles en la vecina isla de Maui. Estas estrategias aseguraron que el evento se llevara a cabo sin la intromisión de la prensa, un desafío constante para figuras de su nivel de fama y fortuna.
El episodio refleja el nivel de planificación y recursos que algunas celebridades destinan a proteger su vida privada en momentos clave.

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