
Un reciente estudio con el telescopio espacial James Webb de la NASA ha revelado datos inesperados que podrían cambiar nuestra comprensión del universo. Los hallazgos sugieren que nuestro cosmos podría estar dentro de un agujero negro, una hipótesis que, aunque teorizada durante años, nunca había contado con evidencia tangible.
El análisis de 263 galaxias a partir del Advanced Deep Extragalactic Survey mostró que dos tercios de ellas giran en sentido horario, mientras que el tercio restante rota en la dirección opuesta. Este patrón desigual apunta a la posibilidad de que el universo naciera con un eje de rotación inherente o, incluso más intrigante, que estemos dentro de un agujero negro giratorio.
Si esta hipótesis se confirma, podría responder preguntas fundamentales sobre la estructura del espacio-tiempo y la evolución cósmica. Sin embargo, los científicos advierten que se requieren más pruebas y cálculos para esclarecer estos misterios de la astrofísica. Mientras tanto, el telescopio James Webb sigue proporcionando información crucial que desafía las concepciones tradicionales sobre el origen y la naturaleza del universo.

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