AMLO, el animal político que es, que sigue siendo

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El cerrojazo de la gira presidencial fue en Loma de Guamúchil, territorio yaqui.

Político por vocación pero standupero por vocación, el presidente tiene milimétricamente medidas a sus audiencias. Saca de su chistera las frases hechas, los clichés, el gag que sabe va a desatar el aplauso y que ha ensayado una y mil veces: “lo que diga mi dedito”, “por el bien de todos primero los pobres”, “orden no supervisada no sirve para nada, “importa más el territorio que el escritorio”, “si a los de abajo les va bien, a los de arriba les va bien”, y así, para sentirse correspondido en el aplauso.

Llega en su convoy de Suburban blancas y seguramente blindadas; helicóptero en el cielo, abundante milicia uniformada y de civil, acuerpado de funcionarios sonrientes y saludadores. Camina con soltura alzando la mano extendida, saludando a la pequeña multitud cautiva que corea, sin muchas ganas ciertamente esa especie de mantra que suele inundar el espacio acústico por el que pasa: “¡Es un honor/Estar con Obrador!”…

Va recogiendo peticiones, se detiene, abraza a alguien, se deja querer, posa para la selfie y avanza en el pequeño mar de brazos levantados y manos compulsivas que tocan las pantallas de sus smartphones para captar el momento.

En el templete para la televisión hay un muégano de cámaras y reporter@s deseosos de no perderse un instante.

Al presidente le entregan folders, hojas escritas a mano, palabras de acompañamiento y él sigue en lo suyo que es eso. La campaña permanente.

II

La que culminó ayer ha sido no solo la visita más prolongada de Andrés Manuel López Obrador ya como presidente, sino también la más intensa y la que a 20 meses de abandonar Palacio Nacional ha materializado varios proyectos que, al no estar en los presupuestos federales de años anteriores, se veían solo como promesas.

La única obra que ocupó renglones en pasados presupuestos fue la carretera Agua Prieta-Bavispe y esa fue inaugurada el sábado: 135 kilómetros en los que se invirtieron mil 571 millones de pesos y que beneficiará a la población de esos dos municipios y otros aledaños reduciendo los tiempos de traslado de cuatro horas a 90 minutos, facilitando con mayor seguridad el flujo de personas, mercancías y servicios.

En Puerto Peñasco se inauguró la primera etapa de la planta fotovoltaica que está proyectada para convertirse en la más grande de América Latina y la séptima más grande en el mundo.

No es de ninguna manera asunto menor, si se considera que junto a otros proyectos en marcha (modernización del puerto de Guaymas, carretera Guaymas-Chihuahua, mina de litio y relocalización de las vías y modernización de aduanas en Nogales) integran el llamado Plan Sonora de Energías Sostenibles, llamado a insertar definitivamente a esta entidad en el mercado global alimentado por energías limpias, del que mucho se ha hablado y en el que ha venido caminando codo a codo con el gobernador Alfonso Durazo.

Pero conociendo a López Obrador, no podía partir de Sonora sin pisar el territorio yoreme a donde acudió para supervisar los avances del Plan de Justicia para la Tribu Yaqui que en voz del gobernador de Loma de Guamúchil Obdulio Valencia Gotobopicio reconoció los avances pero recordó que aún quedan asignaturas pendientes en materia de agua, tierra y territorio, particularmente en lo que respecta a las 30 mil hectáreas que les fueron restituidas pero que ahora necesitan aprovechar no solo en labores agrícolas, sino en las de agostadero, para lo cual requieren hatos ganaderos.

Animal político que no deja de hacer campaña un solo día, el presidente le respondió que si eso quieren eso les van a dar, pero para eso tienen que ponerse de acuerdo con autoridades estatales y federales. Aprovechó el tema para fustigar las cuatro décadas del periodo neoliberal que, dijo, fueron como el porfirismo (de amargos recuerdos para la tribu yaqui) que no solo los marginó del progreso, sino que los combatió hasta casi el exterminio.

No como ahora, dijo, que se están abriendo más de 40 mil hectáreas al cultivo mediante obras hidráulicas como canales de riego, el acueducto yaqui y la planta potabilizadora que llevará agua a las comunidades y cuyos trabajos ya están a la vista.

Animal político que es, insertó el tema de la sucesión presidencial y dijo que quien lo releve continuará esas obras porque aunque anden muy emocionados, “los corruptos no van a volver”.

“Lo que diga mi dedito”, dice socarronamente mientras bate el viento con su índice en el gag ensayado una y mil veces, sabedor de que algún aplauso va a desatar.

III

La Casa Naranja es el pretexto, la política el motivo, y la intención, extender hasta donde sea posible la presencia de Movimiento Ciudadano en todos los municipios de Sonora.

Ernesto “El Pato” de Lucas inauguró el sábado pasado la segunda Casa Naranja (la primera está en Puerto Peñasco) en su natal Magdalena y lo hizo en un ambiente de fiesta, convocando amigos y simpatizantes pero sobre todo, gente sin partido que encontrará en esas instalaciones un espacio para la gestión social, el trabajo organizativo o estrictamente laboral o académico en su sala de cómputo, y hasta para el esparcimiento, pues cuenta con un área de juegos infantiles.

“El Pato” no pudo evitar soltar la risa cuando se le preguntó si aquello era una casa de campaña, habida cuenta su posición de puntero en la carrera por la candidatura de MC al Senado. Y aunque fue evasivo en la respuesta queda claro que desde allí se operará el trabajo de tierra en ese y otros municipios aledaños.

El acompañamiento de sus compañeras de bancada, Rosa Elena Trujillo y Natalia Rivera, así como Jorge Russo, además del dirigente estatal de MC, Manuel Scott no dejan lugar a dudas.

Mucho menos si se considera que la Casa Naranja en Magdalena será operada por el exalcalde Luis Melecio Chavarín y que por allí andaban departiendo alegremente personajes como Humberto Souza, que anda picando piedra en Puerto Peñasco, lo mismo que Paty Azcagorta en Caborca o Humberto Robles Pompa, que llegó desde Nogales acompañado de hombres y mujeres que darán de qué hablar en las próximas semanas, como Jéssica Juvera y María Elena Morera, que ya fueron candidatas a diputaciones en la contienda pasada.

De hecho, la siguiente Casa Naranja será abierta en aquella fronteriza ciudad, y posteriormente se abrirán otras en Cajeme y Navojoa.

Movimiento Ciudadano, como su nombre lo indica, se está moviendo.

IV

Febrero se va volando y con él, las esperanzas de que el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Luis Fernando Rentería Barragán cumpla la ley y comparezca ante el Congreso del Estado para presentar su informe anual de actividades.

El señor Rentería, que llegó a la presidencia de la CEDH presumiendo blasones académicos y profesionales, además de una férrea disposición a cumplir y hacer cumplir la ley, ya se pasó por salva sea la parte la que crea esa comisión que preside y que a la letra dice: “El presidente de la Comisión deberá comparecer personalmente a rendir por escrito, ante la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso del Estado, un informe anual de actividades durante la primera semana del mes de febrero de cada año”.

Los diputados y diputadas podrán solicitar a su vez, la información y documentación que soporten dicho informe y que deberá ser presentada en los siguientes cinco días hábiles de que eso suceda.

Pero si el ombudsman no ha comparecido, no hay informe y mucho menos solicitud de información; por lo tanto nadie sabe bien a bien qué es lo que ha hecho esa institución durante el primer año con Luis Fernando Rentería al frente. El asunto cobra relevancia porque han trascendido algunos asuntos espinosos sobre los que existen varias preguntas, pero ninguna respuesta.

Para peor, comienzan a trascender versiones de conflictos internos entre el presidente y algunos de sus funcionarios, señaladamente con su contralora, Andrea Escalante Antillón.

La opacidad no es buena consejera.

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