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*Mañana, presentación del libro “De La Habana a Camagüey” en la biblioteca Rafael Meneses (Garmendia y Tabasco)

Una añeja demanda de los habitantes del poblado Miguel Alemán para convertir esa comisaría en el municipio 73 del estado de Sonora comienza a caminar de nuevo y esta vez viene en serio.

El cabildo de Hermosillo aprobó ayer de manera unánime una propuesta de los regidores Antonio Contreras y René García para emitir la opinión positiva que se requiere para iniciar el trámite legal ante el Congreso del Estado e iniciar el proceso de municipalización de la también llamada Calle 12.

El tema, de una complejidad abismal, pondrá a prueba a los legisladores que habrán de tomar una decisión que no tiene que ver solo con un la denominación, sino con el abordaje de la realidad concreta de esa comunidad de aproximadamente 50 mil habitantes y una población migrante que en ciertas temporadas llega a componerse por 30 mil jornaleros agrícolas.

Se han elaborado en el transcurso de los años varios estudios para justificar la municipalización de la Calle 12, pero uno de los más completos por su carácter multidisciplinario es la investigación que presentaron en 2018 los académicos Roberto Ramírez Méndez, Alejandro Aguilar Zéleny y Marcela Aguirre Limón para la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).

En ella se hace una detallada revisión de las condiciones en las que se encuentra ese núcleo poblacional: pobreza, marginación, servicios públicos deficientes, inseguridad, violencia, alcoholismo y drogadicción; actividades productivas, sincretismo cultural y el nacimiento de una población de nuevos sonorenses de origen étnico: mixtecos, zapotecos y triquis señaladamente, que tiene su propia identidad cultural, lenguaje, costumbres y tradiciones, así como necesidades de servicios educativos y de salud pública.

Hasta 1980 no había políticas públicas específicas para atender a estos grupos migrantes; es en ese año cuando se puso en marcha un programa nacional de jornaleros agrícolas que luego se replicó en el nivel estatal, buscando en primer lugar el reconocimiento y respeto de los derechos humanos elementales de los trabajadores y la mejora de sus condiciones de vida, principalmente en los campos agrícolas y eventualmente en el poblado, dice el estudio.

“Por su población permanente y flotante, por sus dimensiones físicas y sus necesidades cotidianas y su misma dinámica social; pero también por su gran aporte económico, debe reconocerse que la condición de ‘poblado’ no es suficiente para el desarrollo y la armonía en Miguel Alemán. El depender de las decisiones y autoridad del municipio a través de un comisario no resulta suficiente ya para dar respuesta a sus problemas y necesidades”, se plantea en una parte de la investigación citada.

Y agrega: “Paralelamente a este proceso de carácter político, sin embargo, es necesario y muy urgente establecer una serie de medidas que permiten ir dando respuesta a todas estas necesidades, un consejo o comité de planeación que permite unir esfuerzos, integrar recursos y tomar en consideración las necesidades de sus distintos habitantes. De cualquier manera, debe tomarse en consideración muy seriamente la condición pluriétnica y multicultural que caracteriza a la población de Miguel Alemán e incorporarlos en los programas y políticas de desarrollo”.

De entonces a la fecha, más instituciones de los tres niveles de gobierno se han involucrado en la atención a esta problemática, pero el diagnóstico no es del todo bueno: muchos niños y jóvenes se han quedado al margen de la oferta educativa y bajo el riesgo de una vida callejera con acceso relativamente fácil a las drogas, la violencia y la delincuencia sin que puedan contar con un apoyo, orientación y alternativas de estudiar, aprender algún oficio o incorporarse a la vida productiva en la región, sostienen los investigadores.

El estudio se centra en la población indígena, pero es claro que los habitantes permanentes de la Calle 12 comparten también las carencias y en general la problemática social que genera la propia dinámica que por sus características tiene esa comunidad,

Se entiende que con su elevación a rango de municipio, la autoridad local tendría más autonomía financiera y acceso a recursos que permitirían atender de mejor forma todos esos aspectos que durante décadas han sido descuidados.

Hay que estar pendientes de la chamba que hagan los redactores de la ley que crearía el municipio 73 en Sonora ya que, a diferencia de las últimas dos comisarías que fueron elevadas a municipios tienen características muy distintas a las de la Calle 12.

Plutarco Elías Calles fue el nombre que se le dio a la comisaría de Sonoyta que dependía de Puerto Peñasco (hoy existe una iniciativa de la diputada María Alicia Gaytán para volver al nombre original) en 1989, cuando contaba con unos 10 mil habitantes. En 1996, la comisaría de Villa Juárez es elevada a rango de municipio y aunque cuenta con una importante población indígena, se trata fundamentalmente de nativos de la etnia Mayo. Su población en ese entonces no llegaba a 20 mil habitantes.

En Miguel Alemán, solamente la población migrante es mayor a la de esos dos municipios. De ese tamaño es el reto de una municipalización que debe considerar esas características.

II

Soltó una buena ‘chisma’ el colega Fernando Oropeza ayer, cuando tuiteó que Norberto Barraza Almazán, habría regresado de la Ciudad de México con la candidatura de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de esta capital en la bolsa.

Los últimos reportes ubicaban al promotor del partido político estatal Vamos, que no pudo obtener el registro en el IEE, más cerca del Frente Amplio por México pero en estos tiempos de reacomodos preelectorales todo puede suceder.

Si la versión resulta cierta, el principal damnificado sería Charly León, a quien muchos ubican como el candidato natural del partido naranja a la alcaldía de Hermosillo. Ayer mismo me comuniqué con Charly para preguntarle al respecto y me respondió lo siguiente: “No hay nada para nadie, todo el que quiera construir en proyecto de MC es bienvenido; estamos iniciando apenas procesos internos en lo federal al día de hoy”.

III

Si por alguna razón desconocida usted no ha adquirido un ejemplar del libro “De La Habana a Camagüey”, o se ha quedado con las ganas de acudir a una de las apoteósicas presentaciones del mismo, le tenemos buenas noticias.

Este jueves será presentado en la Biblioteca Rafael Meneses, sita en calles Garmendia y Tabasco, en la meritita Plaza Tutuli de Hermosillo y desde aquí les extendemos una cordial invitación para que nos acompañe en este encuentro que tendrá como plus el hecho de que la presentación correrá a cargo del maestro Joel Verdugo-Córdova, icono del Pluma Blanca, último reducto de los últimos poetas malditos de la ciudad solar; fotógrafo y escritor de historias cruentas que no deberían ser leídas por militancias frágiles.

El libro en cuestión recoge testimonios e intenta crónicas de ciudadanos diversos en un país que ha hecho de la uniformidad consigna y dogma; surgió de dos azarosos viajes a Cuba que no tenían intención de traducirse en letras impresas, pero así fue, con el agregado de que al ir a presentarlo en La Habana fue decomisado por autoridades aduanales catalogándolo en el oprobioso anaquel de la ‘literatura contrarrevolucionaria’ y eso desencadenó otros hechos que posteriormente serían incorporados a los textos iniciales.

Por supuesto, va el agradecimiento al alcalde Antonio Astiazarán, que nos hizo el honor de acompañarnos en la primera presentación; a la directora del Instituto Municipal de Cultura y Artes, Marianna González Gastélum, que también estuvo en ese evento y le ha dado una especial atención a los escritores y escritoras locales en estos ciclos de presentación de sus obras.

Desde luego, también se reconoce el trabajo de la buena amiga Czarina Oloño, subdirectora de patrimonio cultural y bibliotecas del IMCA que se ha encargado de darle vida a este programa de presentaciones, y de mi estimada Myrna Ledgard, bibliotecaria de la Rafael Meneses, que siempre trae las pilas cargadas para la promoción de estos eventos.

Recuerden no hacer planes para mañana jueves. Los esperamos a las siete de la tarde. Nos vamos a divertir.

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