
Poema de domingo.- Yo tengo el corazón de tierra y la piel oscura, como tú. Dentro de mí corren los ríos, siento que el aire y la montaña crecen como un murmullo mineral entre mis brazos, y el golpe de la vida arde en mis venas con un fulgurante rumor de sangre constelada. Yo tengo el corazón de tierra y la piel oscura, como tú. Llevo una sensación de eternidad que se convierte en herida cotidiana, en grito irrenunciable encadenado a tu recuerdo, en lámparas dormidas sembradas en el barro desnudo de tus huellas, en turbio tiempo ciego que exprime sus tormentas para darle a tu nombre el fresco olor rural de la distancia. Yo tengo el corazón de tierra y la piel oscura, como tú…
Bernardo Elenes Habas
Mi corazón yoreme
no ha sido derrotado,
tiene las cicatrices
Se le clavaron hondo
extranjeras miradas,
lo arrastraron sin tregua
por más de cuatro siglos,
y desde el Maso Koba,
una tarde de invierno,
brutal, violentamente,
lo hicieron descender…
Cuando la luna crece
y aúllan los coyotes,
se viste de venado,
recorre las llanuras,
busca la serranía,
siembra la libertad.
Pero al morir la noche
y despertar el día,
mi corazón yoreme
lleno de rebeldía,
se vuelve una pitahaya,
herida por el sol…
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