‘Puede cambiar el mundo’: el brutal impacto de una bolsa de Cheetos tirada en una cueva

73
0
Capturadepantalla2024-09-02alas154211
Capturadepantalla2024-08-04alas193520
-_728X90
720x90
Capturadepantalla2023-02-13alas213814
Capturadepantalla2023-02-13alas214531
Capturadepantalla2022-09-12alas043937
Capturadepantalla2023-02-13alas215907
Capturadepantalla2023-02-13alas220711
previous arrow
next arrow

El Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad es uno de los enclaves más espectaculares de Nuevo México, Estados Unidos. Se formaron hace entre 300 y 250 millones de años y está formado por 83 cuevas independientes, las cuales se encuentran repletas de espectaculares estalactitas y estalagmitas. Una de ellas roza los 500 metros de profundidad y, en su conjunto, solo pueden visitarse mediante visitas guiadas y organizadas por el Servicio de Parques Naturales del país (NPS, por sus siglas en inglés).

El problema está en que no todo el mundo es consciente de la fragilidad de los ecosistemas subterráneos que florecen en este tipo de parajes naturales. La mejor prueba de ello es el caso de un sujeto al que se le cayó (o arrojó) una bolsa de Cheetos dentro de la ‘Gran Sala’ de las Cavernas de Carlsbad. Fue descubierta cuando ya había pasado un tiempo allí, lo que podría haber causado una alteración significativa del equilibrio natural del entorno.

El NPS advirtió que la bolsa, al estar expuesta a la humedad de la cueva, proporcionó un ambiente ideal para el crecimiento de hongos y microorganismos. Este proceso desencadenó una cadena alimentaria temporal en la que también participaron insectos y que afectó al delicado ecosistema de su interior.

No es algo trivial

En una publicación en Facebook, el NPS ha explicado el problema: “el maíz procesado, ablandado por la humedad de la cueva, formó el ambiente perfecto para albergar vida microbiana y hongos”, empieza el mensaje. Después, añade que “los grillos, las arañas, las moscas y los ácaros pronto organizaron una red alimentaria temporal”, lo que se tradujo en “la dispersión de los nutrientes dentro de la cueva y las formaciones circundantes”.

“Desde la perspectiva humana, una bolsa de patatas fritas derramada puede parecer algo trivial, pero para la vida en la cueva puede cambiar el mundo”, se puede leer como conclusión. Los guardabosques del NPS tardaron alrededor de 20 minutos en retirar cuidadosamente los restos de la bolsa y en limpiar las zonas afectadas por los hongos.

Las cuevas son entornos únicos, en gran parte aislados del mundo exterior, y albergan una rica variedad de organismos adaptados exclusivamente a las condiciones extremas del subsuelo. La entrada de material externo puede desestabilizar esta biodiversidad, como ha sucedido en otros casos. Un buen ejemplo es el deterioro de las pinturas rupestres prehistóricas en la cueva de Lascaux en Francia, donde la intervención humana introdujo microorganismos que dañaron severamente los murales.

Las cuevas son entornos aislados, por lo que resultan especialmente vulnerables

La basura es un grave problema para los parques nacionales de los Estados Unidos y del mundo en general. Se estima que, solo en el país norteamericano, 300 millones de personas visitan estos enclaves cada año, los cuales generan casi 70 millones de toneladas de residuos.

Fuente: msn.com

Comentarios