
GABINETE EMPRESARIAL
Se lee y se escucha bastante bien que se mencione que está casi en aplicación la jornada laboral de 40 horas en la economía mexicana, y no está mal entenderlo de esa manera.
Pero no deja de ser importante analizar cuál es el propósito productivo del país para lograr alcanzar una mejor sociedad, donde la mayoría de sus actividades están basadas en el trabajo.
Hablar de una mejor sociedad implica que tenga todos los satisfactores necesarios para manifestarse en una mejor calidad de vida, que es principalmente lo que se busca.
Uno de los elementos fundamentales que permite colocar a una economía en el plano de la competitividad es la productividad, que es lo que permite avanzar en sus requerimientos.
Y no se trata de decir que está incorrecto buscar la reducción de la jornada laboral, pero sí se debe considerar si la economía en vías de desarrollo del país está preparada para ello.
Hoy, más que nunca, se requiere generar más actividad en la producción de bienes y servicios en las diferentes áreas de la economía, especialmente en un mundo que se está reinventando.
Si hoy existe interés en conocer y tomar ejemplos de países cuyas economías han avanzado de forma precisa, al pasar del subdesarrollo al desarrollo, se deben considerar esas experiencias para determinar cuáles fueron las estrategias aplicadas para lograrlo. Y se encontrará que lo que menos se aplicó fue la reducción de la jornada laboral.
Porque si desde hace tiempo la jornada laboral es mayor a 40 horas y todavía no se alcanza el desarrollo pleno de la economía —porque el Producto Interno Bruto no ha sido el mejor— ahora, con la disminución del tiempo laboral, difícilmente se lograrán alcanzar niveles de crecimiento económico del 9 o 10% sostenido para pasar al primer mundo.
Para lograrlo, este crecimiento económico tiene que ser sostenido anualmente durante algunos años, donde la producción es el elemento básico, y fundamental es la ampliación de la planta productiva.
Entendiéndolo desde el punto de vista económico, lo que hoy requiere el país es la producción de bienes y servicios, apoyados de manera fundamental en incrementos de la productividad.
Es importante el sentido social de la propuesta, pero para avanzar en el bienestar de la sociedad mexicana también se requiere la generación de economía en sus tres sectores.
Porque será desde ahí donde se podrá impulsar el desarrollo social que logre mejorar el nivel de vida de las familias, que es lo que siempre se busca en cada uno de los objetivos públicos.
No se necesita ser estudioso de la materia para entender que, si existe una economía cada vez mejor, habrá oportunidad para cumplir con los satisfactores necesarios para la sociedad; si no, no se podría.
Además, en una economía en movimiento como la mexicana, el efecto que tendrá la reducción laboral no será muy benéfico para las pequeñas y medianas empresas de distintos sectores.
Porque la instrumentación de ese cambio laboral, aunque sea de forma paulatina, tendrá efectos económicos negativos en las empresas y en sus ingresos, especialmente en estos tiempos inciertos.
Se debe considerar que, en este caso, aunque haya una satisfacción social por la reducción laboral, habrá un efecto negativo de retorno económico necesario para atender las necesidades de la sociedad.
