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Bernardo Elenes Habas

Poema de domingo.- Ya no hay quijotes, don Jesús, de su estatura.- El jueves anterior, 9 de abril, Diario del Yaqui fundado por Jesús Corral Ruiz –ahora bajo otros propietarios desde el 27 de diciembre de 2017-, cumplió 78 años de vida.- Como perenne homenaje al hombre que le dio horizonte y luz a esa barca del periodismo, enciendo los tizones del poema que un día, hace 28 años, puse en sus manos.

Bernardo Elenes Habas

Yo estuve ahí. En la ramada solariega de Diario del Yaqui, hasta su cumpleaños número 73, en 2015. 

Ese mismo año, después de haber sumado mi esfuerzo periodístico y literario, a la barca de tinta y papel fundada por don Jesús Corral Ruiz, la empresa prescindió de mis servicios, junto con Miguel Cebreros Cervantes, el legendario cronista deportivo. 

Jesus Corral Ruiz, fundador de Diario del Yaqui

Esa determinación gerencial, no borró mi lealtad y admiración por don Jesús, que fue mi maestro y de quien fui amigo. 

Por eso ahora, cuando El Diario cumple 78 años de vida (ya sin la guía luminosa de su creador), rindo homenaje a don Jesús quien, siendo un muchacho que apenas cumpliría 23 años (La Colorada, Sonora, octubre 6 de 1919), lo concibió en su imaginación desbordada, le dio vida, prestigio, dimensión histórica, en un pueblo –Cajeme- que apenas abría sus alas al progreso. 

Y el homenaje no sólo es subjetivo, tatuado en la memoria y la gratitud indeleble, sino también plasmado con mis herramientas de juglar, a través de un poema que puse en las manos de mi amigo, cuando su Diario cumplía 50 años, en 1992. 

Al año siguiente -1993-, cuando diciembre comenzaba a sembrar sus villancicos y luces multicolores, Jesús Corral Ruiz decidió construir su propio camino hacia la eternidad. Contaba con 74 años. 

Este es el poema que sobrevive el tiempo y sus tormentas: 

YA NO HAY QUIJOTES, DON JESUS, DE SU ESTATURA

Señor, con esta misma voz con la que forjo en las mañanas/ oraciones de tierra./ Con esta misma voz que ha aprendido a darle cauce a las pasiones./ A conjugar con humildad/ vocablos ignorados/ como Amor. Justicia. Libertad./ Con esta voz que grita y se estremece cuando golpea/ el infortunio a los humildes,/ le hablo y le digo,/ que ha trazado un camino perdurable./ Que junto a la ortiga, abre sus pétalos la flor/ e inunda con aromas su horizonte./ Que el valle, la sierra, la costa, la distancia,/ saben llamarlo por su nombre./ Porque es usted Sonora,/ conjunción de Padre-Hijo./ De sangre renovada en el río sin límites del tiempo.

Yo sé que hoy se le vendrán de golpe los recuerdos,/ e intentarán abrir su luz las cicatrices./ Pero, ¿cuántas batallas no han pasado por sus manos?/ ¿Cuánto rumor de sueños no se han vuelto semilla/ en la parcela vertical de su conciencia?/ ¿Cuántas ideas no han sabido derramar/ sus pródigas espigas?

Primer ejemplar de El Diario 9 de abril de 1942

Ya la maldad no moja sus raíces./ Y las injurias se quiebran en su pecho/ como torrente de aves derrotadas.

¿Quién puede, ahora, vestirse su armadura/ y cabalgar las sombras/ inventando sin tregua la alborada,/ como lo hizo usted, desde un lejano abril/ que huele  a  tinta, letras, lágrimas?

¿Quién puede enseñar a los demás a navegar un Barco de Papel,/ a edificar -por vocación y compromiso y gratitud-,/ la historia cotidiana de Cajeme,/ a darle brillo a la memoria de Sonora?

Hay una deuda con usted, que no será saldada.

Ya no hay Quijotes, DON JESUS, de su estatura.

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