
El poema se vuelve canción, se pasea entre los círculos armónicos de la guitarra y crece con el viento y llora rozando las frondas de los viejos mezquites. El poema en sí, tiene su propio ritmo y por ende su música que se dimensiona por caminos y veredas, por calles somnolientas, en cuyas esquinas hace sus nidos la nostalgia…
Bernardo Elenes Habas
Hoy empiezo de nuevo
desafiando tormentas,
hundiendo mis dos manos
en las sombras del tiempo,
navegando la noche,
oteando la distancia.
Hoy empiezo de nuevo
buscando en las estrellas
el faro taciturno
que defina buen puerto,
llamarada nocturna
alumbrando la ruta,
de la fe, la esperanza…
Hoy empiezo de nuevo
reconstruyendo sueños,
tatuando en carne viva
los recuerdos del alma,
seres que se marcharon
como se marcha el día,
como se va la tarde
herida entre la niebla…
Hoy empiezo de nuevo…
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