Poema de domingo.- En el cielo, asomaban trémulas las estrellas con su brillo lejano, alcanzando intensidad al paso de las horas, hasta conformar el espectáculo más grandioso de la Creación. Era diciembre. Era la cercanía de Nochebuena con el esperado nacimiento de Jesús, El Cristo, percibido con la inocencia de los niños de ayer…
Bernardo Elenes Habas
Sé que vendrás.
Con tus pequeñas manos
la pena y el dolor.
Y tu palabra limpia
volverá a levantarse,
despejará conciencias,
alumbrará caminos
y será, de los hombres,
sabia guía inmortal.
Sé que vendrás
como espiga vehemente,
invariable y plural,
desde la tierra misma,
desde el sol y los mares,
desde el río de mi pueblo,
desde un pesebre humilde
para enseñar a amar.
Sé que vendrás,
como una estrella nueva,
como un canto sencillo,
como oración sublime
para mostrar tu axioma:
humildad, paz, amor.
Pero el hombre,
¡Ay el hombre!,
te acechará en silencio,
oirá tu palabra,
derramará sus lágrimas,
y otra vez, inclemente,
con los clavos del odio
te crucificará…
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